La Sala de Caballerizas del Castillo de Valderrobres exhibe desde el pasado 8 de enero una colección de paisaje del pintor catalán Pere Bernadó, que será visitable hasta el 10 de mayo próximo.
Se trata de una treintena de cuadros de pequeño formato en los que el impresionista plasma paisajes extraídos de sus idas y venidas por el territorio del Matarraña y de los montes de Montserrat. Clásico pintor de caballete y bártulos a cuestas, se siente exclusivamente atraido por el paisaje, y aunque no esquiva algunos elementos antropizantes, como casas, torres o cascos urbanos, la naturaleza más agreste de su Olesa de Montserrat natal es lo que más excita sus pinceles.
O su espátula, mejor dicho. Y es que la técnica que utiliza Pere Bernadó en la actualidad es en exclusiva la espátula, un estadio posterior al pincel que, desde que lo probó, enamoró al pintor.
Y es que casa perfectamente con el estilo impresionista de Bernadó, del cual reúne dos características bien patentes. Por un lado la luminosidad que reflejan sus obras y el mimado tratamiento de la luz. Y?es que da la impresión que Bernadó podría pintar veinticuatro cuadros diferentes del mismo paisaje, uno por cada hora del día, en función de cómo la luz incide en los montes, los árboles o el agua de los ríos.
Y por otro, la pincelada –valga el término, ya que Bernadó no usa este útil– es vigorosa, rotunda y abrupta. Perfectamente distinguible a pocos centímetros del lienzo. Cada cuadro revela su auténtica naturaleza global, su gran valor estético y de detalle, cuando la distancia difumina los trazos y los convierte en textura de color.
Aunque su pintura no está exenta de fuerza y expresividad, el propio pintor define su obra como "llena de matices suaves"?y "con una imagen general de delicadeza y equilibrio". Sus paisajes suelen aparecer lavados bajo un leve velo blanco, que le proporcionan cierto aire de misterio, intimista, acogedor e incluso terapéutico.
Su vocación de acercarse al lienzo y al pincel va más allá de lo estético, ya que a través de ellos trata de reinterpretar rincones de su Cataluña natal que resulten característicos, no tanto en lo geográfico como en lo subjetivo de sus gentes. Y lo que vale para la serranía de Montserrat vale también para el Matarraña, otro de los escenarios que habitualmente inmortaliza en el lienzo.
Esa actitud de reinterpretación para dotar de personalidad al territorio a través de la pintura surge de una observación muy emotiva del paisaje antes de plasmarlo, y tiene como resultado una realidad pictórica que, más allá del ultrarrealismo, trata de reflejar una realidad incluso más cierta y verdadera que ella misma tal cual.
Pere Bernadó nació en la provincia de Barcelona en 1953, y desde 1994 ha realizado una veintena de exposiciones individuales, sobre todo en Barcelona pero también en Almería y varias ciudades de Holanda. Además ha participado en otras tantas exposiciones colectivas, la mayor parte de ellas en Olesa de Montserrat, su localidad natal.
Grabados de Dalí
Aunque la esposición de paisajes de Pere Bernadó ya es visitable, el próximo 19 de marzo se hará un acto de presentación oficial en el Castillo de Valderrobres que contará con la presencia del artista catalán.
Dicho acto será aprovechado además para inaugurar oficialmente otra exposición, una de las grandes muestras que lucirá el Castillo de Valderrobres durante 2016, y que sustituye a las series de grabados de Picasso tituladas La flauta doble y El entierro del conde Orgaz.
Se trata de la serie completa de xilografías de Salvador Dalí que el genio gerundense realizó para ilustrar La Divina Comedia de Dante. En torno a cien xilografías convivirán con la muestra de Pere Bernadó, ya que estarán expuestas en las salas nobles del Castillo de Valderrobres, en la planta superior.
Autor:Miguel Ángel Artigas Gracia Teruel