El equipo rojillo tiene este domingo la difícil visita a Tarazona
Todo el Club Deportivo Teruel se conjura para devolver al equipo a la senda de la victoria. El martes por la noche se desarrolló la anunciada reunión entre la directiva del equipo, el cuerpo técnico y los capitanes para acercar posturas y conjurarse para llevar al CD Teruel hasta lo más alto con “más fuerza y más compromiso para sacarlo adelante”, explicó el presidente de la entidad, Ramón Navarro.
En los último ocho partidos el CD Teruel ha logrado tres victorias, cuatro empates y ha hincado la rodilla en la hierba en una ocasión, sumando 13 de los 24 puntos en juego lo que le ha relegado a la cuarta posición, la última que da derecho a disputar los play off por el ascenso a Segunda B, con el Ejea pisándole los talones a tan solo un punto de distancia en la clasificación.
En ese escenario, la directiva reunió a unos y otros para tratar de acercar posturas y resolver los problemas que pudiera haber en el seno del vestuario rojillo. Unas asperezas que ayer deberían haber quedado zanjadas.
La tormenta se desató el pasado domingo en el partido contra el Andorra en Pinilla, que terminó con empate a un gol. Un marcador que no sentó bien en la grada, que abroncó a los jugadores de Moisés Gutiérrez, que en las últimas tres jornadas ha sumado dos empates y una victoria por la mínima frente a Sariñena. Además, la crisis en el banquillo se evidenció cuando el brazalete de capitán lució en el brazo de Kamate en lugar de en el de Jael.
La cumbre celebrada entre la directiva, el entrenador y los capitanes debería haber servido para pulir las asperezas del equipo.
Sin embargo, la puesta en escena de ese mayor compromiso asumido por todos se encontrará con un serio obstáculo este domingo, ya que el Teruel tiene que viajar a Tarazona para disputar el encuentro correspondiente a la jornada 28 de la liga de Tercera. Los de Moisés se medirán al tercer clasificado en su campo en una salida difícil. Un encuentro en el que los jugadores rojillos deberán exprimir todo el jugo a ese renovado voto para poder regresar a sus cuarteles de invierno con un botín de los puntos que confirme esa mayor involucración y evitar que la sombra de la crisis continúe volando sobre el vestuario turolense.
Y es que el Teruel tiene que reconciliarse con la afición. Y al revés. Unos y otros se necesitan y se retroalimentan. Los responsables del club esperan que la grada vuelva a involucrarse con el equipo de la manera incondicional a la que había acostumbrado, sobre todo en este apretado final de temporada, en el que cualquier ayuda es poca.
Precisamente, el míster Moisés Guitiérrez habría insistido en la reunión a tres en su sistema, por el que estas últimas semanas ha cargado de trabajo a sus jugadores preparando la recta final de la competición y mirando incluso un poco más allá, al play off. A partir de estas jornadas algunos equipos empiezan a agotar sus opciones (de pelear por el playoff, de mantener o no la categoría, etc.) y se prevén enemigos menos apurados, menos necesitados de sumar a toda costa. Esto, y la curva de trabajo físico de los entrenamientos debería ayudar a mejorar la situación del equipo de Pinilla hasta final de temporada.