El coronel del Ejército de Tierra y doctor en Historia Fernando Martínez de Baños participó el pasado martes en la visita que militares del cuartel general de la OTAN en Bétera (Valencia) realizaron a Teruel para conocer los escenarios de la batalla que tuvo lugar en ella a finales de 1937 y principios de 1938. Autor de libros como Guerra Civil en Aragón, El maquis, una cultura del exilio español y Canfranc en la encrucijada, es partidario de la musealización de los escenarios de la guerra y asegura que en Teruel hace falta hacerlo.
- ¿Qué importancia tiene la Batalla de Teruel dentro de la historia?
- En lo que es la historia militar, desde el punto de vista estratégico, el despliegue que tenía el ejército nacional aquí en la ciudad de Teruel era como un entrante en el despliegue republicano. Era un objetivo no muy táctico ni estratégico, sino más de valor moral. Cuando llegan las tropas republicanas a Teruel el objetivo es conquistar la ciudad como única capital de provincia que se conquistó, además de intentar boicotear los planes de Franco para atacar Madrid y que distrajese tropas para ayudar a los sitiados aquí en la zona de Teruel.
- ¿Conocemos bien lo que pasó en la batalla?
- Han pasado casi 80 años y las operaciones de los dos bandos están muy trilladas, esa es la verdad. Yo creo que falta también por estudiar el tema logístico, porque alimentar una batalla con 100.000 combatientes por un lado y 100.000 por otro, en carburantes, comidas y sanidad supone un esfuerzo de gente impresionante. Creo que en ese aspecto no se ha trabajado del todo porque es menos vistoso. Desde el punto de vista militar sí creo que se ha trabajado todo.
- ¿Dónde habría que profundizar más?
- Yo creo que quedaría ahondar un poco en el sufrimiento de la gente sitiada. Al margen de políticas, lo que pasó aquí, como en otras ciudades, es un sitio de población civil, no nos metamos si tendrían que haber sido evacuados o no. El caso es que están dentro de una plaza sitiada con todas las penurias que pasan y con un invierno tan frío con esa carencia de medios, comida y demás. Creo que sería también interesante ahondar en esa vivencia tan personal y tan brutal.
- La mayoría ha fallecido ya.
- Claro, es más complicado y la gente que lo pasó no quiere contarlo porque es una cosa muy dolorosa. Esto es un reconocimiento a la fortaleza humana capaz de adaptarse a situaciones muy terribles. Y?por supuesto también la vida de los soldados que combatían en este frío y en este clima tan duro y con esas nevadas que cayeron, que pienso que sobrepasa un poco el límite de la resistencia humana.
- En otros países se han acondicionado los escenarios bélicos de la II Guerra Mundial como enclaves de turismo cultural. ¿Cree que Teruel sería un buen sitio para hacer lo mismo?
- Sin duda. Yo creo que la ciudad de Teruel tendría que estar inundada de carteles, al margen de políticas y de ideologías, explicando lo que ocurrió en cada sitio. Mi opinión es dejar todo lo que había y poner todo lo que no había, como han hecho en Alfambra, que en un monolito están puestos los nombres de unos y de los otros, muertos en combate y en represiones. Hay que tener en cuenta que esto hace 80 años que pasó, ya está bien; queremos mirar hacia delante con la reconciliación y reconocimiento a la persona que luchó por sus ideales y sus intereses políticos o como fuera. Es como si ahora vamos por Cantavieja y vemos en una calle un cartel que pone "Aquí estuvo el cuartel del general Cabrera", y piensas que es interesante porque es un hecho histórico, que es lo que tenemos que llegar a entender.
- ¿Aprender historia sobre el terreno?
- Sí, no cabe duda.?España en el siglo XIX tuvo tres guerras civiles y numerosos pronunciamientos. Hemos estado siempre dándonos bofetadas y al comenzar el siglo XX seguíamos igual. Hay que tener cabecica para decir ya está bien, a ver si somos capaces de saber quiénes somos, hacia dónde vamos, cuál es nuestra razón de ser y convivir todos en paz, y no estar siempre mirando hacia atrás hacia las guerras, que ya hemos tenido suficientes y demasiadas.
- ¿Por qué cree que existe interés entre la gente por conocer los escenarios donde se desarrolló la Batalla de Teruel?
- Yo creo que no solo ocurre en Teruel sino en todo Aragón. Yo he llevado gente a la zona de Belchite, a Alcubierre, a muchos escenarios de guerra y les gusta ver in situ dónde ocurrieron los hechos. Yo les intento convencer de que eso es un territorio de guerra, un camposanto y el hecho de saber realmente qué es lo que ocurrió. Y?retomando un poco la figura de antes, que era qué faltaba por estudiar, yo creo que también hay que estudiar un poco en profundidad el hecho del coronel Rey d"Harcourt, la decisión que tuvo que tomar de entregarse, que luego fue procesado por el bando de Franco, que ya muerto es condenado al ostracismo su viuda.
- El lado más humana.
- Claro, Rey d"Harcourt ya se da cuenta que van a morir todos porque les amenazan con meter una mina y volar enteramente el edificio. Hubiera sido enterrar a 1.500 personas de golpe. La faceta humana y luego también lo que decía el obispo Polanco de que le trataron bien cuando fueron hechos prisioneros, pero luego cómo desobedecen las tropas de la República una orden del presidente del Gobierno diciendo que salvasen su vida. Ese factor humano es lo que falta por mirar. Esto lleva a hacerse la pregunta de para qué sirvió todo ese sufrimiento, porque al final la Batalla de Teruel queda en tablas; el frente se queda igual solo que hay cerca de 100.000 personas menos en el mundo que se han muerto, otras han pasado muchísimo frío y hay muchos prisioneros de ambos bandos. En fin, un auténtico desastre, por eso creo que la gente tiene interés en conocer, pero no de una manera tan política como nos la quieren meter ahora en estos tiempos.
Autor: F.J.M. Teruel