Con paso lento, como no podía ser de otro modo, pero seguro y sin vacilaciones. Así se mueven los caracoles del jazz en Alcañiz. Tanto es así que desde que se formó, en febrero de 2015, hasta que se ha dado a conocer en sus primeros conciertos en directo, hace pocos meses, Snails Jazz Quartet ha pasado a ser un quintet, desde que Ander González (percusiones) se uniera al grupo formado por Jorge Sancho (guitarra), Jesús Navarro (saxofón tenor), Roberto Ramos (batería) y Nacho Sancho (bajo eléctrico).
La banda nació a iniciativa de Jorge Sancho, zaragozano aficando en Alcañiz, después de que en 2012 se quedara sin empleo en la empresa de plásticos en la que trabajaba. “Con 54 años y ante las dificultades que tenía para volver a encontrar trabajo, decidí hacer lo que me gusta y comencé a estudiar música”.
Sancho había tocado en una banda punk de los años 80, aunque ahora lo que más le atrae es el jazz, uno de los palos, por su naturaleza, más complejos de interpretar y dominar. “Yo creo que me atrapó este estilo por el reto personal. Tenía tiempo y soy muy disciplinado, así que me dije ¿por qué no? Y?le cogí el gusanillo”.
La banda de jazz, que ha comenzado a tocar en salas de Alcañiz y localidades del Bajo Aragón para darse a conocer, está ligada además al nacimiento de una asociación, Snail Jazz, que nace con el objetivo de dar a conocer el jazz. “Aquí en Alcañiz hay mucha tradición por la música”, explica Sancho, “y me consta que hay mucha gente a la que le gusta el jazz. Pero por comodidad en ocasiones no queremos salir de nuestra zona de confort y se queda en un estilo muy minoritario para escuchar en soledad”.
Pero Sancho asume que el jazz no es una música popular por su dificultad, tanto para interpretarla como para entenderla realmente y llegar a disfrutarla. “Una vez leí que si eres un músico de rock, con 3 acordes consigues 3.000 seguidores, pero si hacer jazz, con 3.000 acordes tendrás 3 seguidores”, explica. “El jazz es muy rico en armonías, pero son complejas y a veces no son fáciles de escuchar. El rock, en cambio, es mucho más fácil de escuchar al oído y por eso es mucho más popular. Sin embargo cuando te familiarizas con el jazz, la cantidad de matices que tiene lo hace una música inigualable”.
Por eso mismo, Snails Jazz Quartet propone unos directos pensados para hacer que el público disfrute, y no concebidos como una masterclass purista de jazz. Se trata de mezclar estándares de jazz con blues y jazzblues, versiones de Jerry Hancock, Miles Davis o B. B. King o improvisaciones sobre bases rítmicas para convencer a la audiencia. “Yo entiendo que si tocas 15 estándares de jazz seguidos, cualquiera que no sea un gran aficionado al jazz se va a aburrir. Y no se trata de eso, sino de hacer que la gente se familiarice con este tipo de música, y vea que puede ser muy agradable”.
Aunque ninguno de los componentes de la banda se plantea ni mucho menos vivir de la música o, al menos de momento, grabar un disco, Snails Jazz Quartet comienza a darse a conocer tocando en directo por salas del Bajo Aragón. “No es fácil porque, aunque hay gente que tiene ganas de organizar actuaciones en directo, las salas no suelen estar bien acondicionadas, sobre todo para tocar cinco personas, pero poco a poco vamos consiguiendo actuaciones”.
La pasada semana debutaron en El Liceo de Alcañiz, el 11 de febrero actuarán en La Tasca de la capital del Bajo Aragón, y en breve esperan debutar también en Alcorisa.
En el corto plazo figuran como objetivos trata de crecer como banda, no solo en calidad sino también en cantidad –buscan un trompetista y un pianista–, realizar alguna charla didáctica sobre jazz bajo el paraguas de la asociación, y seguir ensayando al menos una vez a la semana en la calle de las Anas, en el local que les presta uno de los decanos de la música de Alcañiz, Zarpalagreña