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Once palomas proclaman la Resurrección de Jesús en la procesión de Alcañiz Once palomas proclaman la Resurrección de Jesús en la procesión de Alcañiz
Las once palomas son liberadas y salen libres del interior de la granada

Once palomas proclaman la Resurrección de Jesús en la procesión de Alcañiz

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Once fueron las palomas que volaron ayer en Alcañiz en el Domingo de Resurrección cuando se escenificó el reencuentro de Cristo -en forma de Custodia bajo Palio-  con su madre, representada en la imagen de la Virgen del Carmen, que había venido en procesión y esperaba en la calle Espejo a que el Santísimo fuera conducido desde la iglesia de Santa María al centro de la plaza.

La procesión de Las Palometas -como la llaman popularmente en Alcañiz- está llena de simbolismos y de rituales como el que poco antes del encuentro repitió a las puertas de su casa la familia Molías con la colocación de las palomas en el interior de la granada que protege la imagen de la Virgen.

Fue Aurora Bosque, hija y nieta de las dos mujeres que durante décadas se encargaron de introducir las palomas, quien colocó -ayudada por su hijo- los once pichones dentro de la estructura protectora. Y todo ello ante la mirada de quienes habían acompañado a la cofradía del Carmen desde la iglesia de San Francisco (el templo del Carmen lleva años cerrado por su mal estado).

Esta es una procesión de tradición donde el simbolismo y los ritos se mantienen inalterados, tal y como se inició a finales del siglo XVIII, cuando tres o cuatro familias sacaban a procesionar a la Virgen del Carmen el Domingo de Resurrección. Es curiosa la granada, que ha sido restaurada en varias ocasiones, y también la vestimenta de los cuatro costaleros que fueron avanzando hasta el centro de la plaza donde se encontraba el Santísimo. A unos cinco mertos de distancia de éste, realizaron tres genuflexiones ante la Sagrada Forma. Concluido el rito, tirando de un pequeño cordón de la estructura, el presidente de la hermandad del Carmen, Vicente Dobato, liberó a las aves, símbolo de la nueva vida. La plaza estalló en una ovación mientras la banda de Nuestra Señora de Pueyos entonó el Aleluya de Haendel.

La liberación de las aves y la música dio por concluido la simbólica escenificación, y tanto la procesión que procedía de San Francisco con la talla de la Virgen en cabeza como la que había llegado desde la iglesia de Santa María La Mayor con el Santísimo  regresaron al templo principal para dar por concluida la Semana Santa de 2017.