Le llamaban "correcaminos" y era uno de los ídolos de la afición alcañizana cuando corría por el antiguo trazado urbano. Ganar el Premio Ciudad de Alcañiz en 1986 le dio suerte. Ese año también se proclamó Campeón de España, cumpliendo así con la tradición que aseguraba que quien vencía en la carrera urbana se terminaba haciendo con el campeonato general.
- ¿Tiene grandes recuerdos de Alcañiz?
-Tengo los mejores recuerdos con respecto a todos los circuitos de España, porque Alcañiz era el Mónaco de España y lo que más me marcó y me sigue encantando y me hace feliz es que toda la gente de aquí sigue sintiendo esa pasión por el automovilismo de competición. Cada vez que vuelvo a Alcañiz me siento enormemente feliz. Ya estuve el año pasado, cuando se conmemoró el 50 aniversario del circuito.
-Aquí ganó varias veces, pero ¿cuál es el mejor recuerdo?
-Sí, corrí unas cuantas veces y algunas gané. Se decía que el que ganaba aquí terminaba ganando el campeonato nacional de turismo. En 1986 gané en Alcañiz y a final de año terminé ganando el trofeo final. A mí me pasó y se cumplió.
-"Correcaminos" es mítico y querido. El domingo del 50 aniversario los aficionados que había por la calle en el acto de homenaje al Automóvil Club Circuito Guadalope (ACCG) le miraban, le saludaban...
-Bueno no es que sea mítico, es que yo ya he cumplido 70 años y llevo corriendo desde los 21. En Alcañiz comencé en 1967 y siempre que he podido he corrido.
-¿Y cuál fue su última carrera?
-Fue con un Porsche 911 de clásicos, en 1993.
-¿Cómo cambió este circuito durante todos esos años?
-Bastante. Al principio corríamos con la gente al borde de la pista. Después se fueron poniendo guardarraíles, se mejoró el trazado, la curva del embudo dejó de ser adoquinada... Es un circuito urbano que exige mucho de pilotaje, y si llovía podías estar por delante de otros coches que eran mucho más rápidos que el tuyo. Esto motivaba mucho.
-Es decir, que aquí se aprendía a conducir.
-Sin duda alguna.
-También tuvo algún percance complicado con otro piloto, ¿no?
-Si. Fui a adelantar a un piloto que corría con el pseudónimo de "Prudencio", que por cierto falleció hace poco, y en la parte rápida, entre los dos puentes, le fui a adelantar. La verdad es que él no me vio, se me cruzó por delante y tuvimos un impacto fuerte. A mí no me pasó nada y él se rompió la cadera y algún hueso, pero nada más.
-¿Era un circuito peligroso?
-El peligro está en no conocerlo y en hacer cosas que no puedes o no debes hacer. Si no las conoces no puedes entrar en la curva a fondo, y si estás loco y lo haces entonces el peligro no lo tiene el circuito, sino el piloto.
-¿Qué representó Alcañiz en su carrera?
-Siempre que he venido a Alcañiz he disfrutado, y ojalá toda España fuera como Alcañiz en cuanto a afición al automovilismo.
-¿Estaba justificada la suspensión de las Carreras?
-Me reservo la opinión, aunque de momento digo no.
-Usted apoyó la cadena humana que se organizó cuando se suspendieron.
-Apoyé la cadena humana, pero prefiero no entrar en polémicas, que tampoco sirve para nada.
-Aquel circuito fue sustituido por otro permanente. ¿Qué le parece Motorland como circuito de velocidad y como complejo deportivo del mundo del motor?
-El esfuerzo que se ha realizado por tener un circuito permanente como el de Motorland en donde caben todo tipo de carreras es importante y hay que defenderlo y valorarlo. Yo no lo conozco a fondo porque no he corrido en él, aunque he estado allí porque me invitaron el día de inauguración. He de decir que es un circuito muy bueno, con mucha seguridad en cuanto a escapatorias, pero no es un circuito urbano, sino permanente, y es otra filosofía distinta de carreras a la que practicábamos en el circuito urbano
-En definitiva, que no aporta la emoción del que desapareció.
-Cuando yo corría en España había circuitos urbanos por todas partes. Todos han desaparecido menos el de Alcañiz. No es que este circuito urbano exista porque se hagan carreras, que no es así, pero sí existe esa pasión por el automovilismo, que es incomparable y única en España.
-¿Para que esto sea así ha tenido que haber un club como el Automóvil Club Circuito Guadalope (ACCG) que se ha encargado de movilizar a la gente y mantener el espíritu?
-Estoy seguro de ello, porque son ya 50 años los que ya lleva cumplidos este club automovilístico. Y creo que lo que habría que hacer es ponerle una estatua conmemorativa al Doctor Repollés, que fue el que tuvo la iniciativa de crear este circuito urbano, de organizarlo y de poner en marcha unas carreras que todos los que hemos pilotado aquí jamás podremos olvidar.
Autor:Maribel Sancho Timoneda