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El pasado jueves los veinticinco alumnos de primero y segundo de ESO del Instituto de Cantavieja pudieron conocer de cerca el flamenco gracias a un taller organizado por su profesor de música, Josele Castelló.
No es la primera vez que los alumnos aprenden sobre diferentes tipos de música con músicos que se dedican a ello, ya que en diciembre también disfrutaron de un taller de blues donde pudieron hacerse su propia “Diddley Bow”, la primera guitarra de blues, diseñando los mástiles y ensamblándola.
En esta ocasión Josele, con la colaboración del Área de Juventud de la Comarca del Maestrazgo, invitó a dos reconocidos artistas de la provincia de Castellón.
Tocar el cajón
Por un lado David Ruiz, que aprendió a tocar el cajón flamenco con los mejores profesores de España hace unos diez años.
Ha tocado y toca el cajón con varios grupos, representando a una de las mejores marcas de cajones, y tratando de fomentar el flamenco a través de este tipo de talleres y actuaciones.
Por otro lado, el guitarrista Ramón Jarque, un virtuoso de la guitarra al que el flamenco le viene de familia. Jarque empezó a tocar con cinco años, a los trece ya actuaba y con quince años tenía un grupo con el que tocaba jazz, blues, flamenco, rumbas, etc.
A lo largo de su carrera ha acompañado a músicos de nivel, y también al cante a muchos cantadores de renombre. En la clase de música colocaron catorce cajones e invitaron a todos los chavales a aprender a tocar un poco. David les explicó los golpes de cajón característicos y, a través de esos golpes, cómo se toca el cajón, integrando más golpes cada vez hasta conseguir una secuencia que los chicos pudieron tocar.
Objetivo
Josele explicó que “el objetivo era introducir más tipos de música en clase, conocer las músicas que no están puestas en solfa”. Según Josele, “este es el ejemplo más claro y más cercano a nosotros, bueno el más cercano es la jota, y esto tiene mucho que ver con la jota tradicional, no la que se ve en la tele.
La idea es que entiendan que hay músicas a las cuales se puede acceder con nuestro sistema de anotación musical, pero que hay otras que se escapan un poco de eso porque son de tradición oral o porque no siguen un compás exacto y hermético, sino que es una cosa viva que va evolucionando, explica Josele.
Funcionamiento
Son músicas -añade- que funcionan de otra manera, y esto lo utilizaremos para empezar a trabajar las jotas de aquí, las que se producían antiguamente”.
Para ejemplificar lo aprendido, tocaron un tango y una bulería para los chavales.
No fue lo único que sonó esa tarde ya que, aprovechando su estancia en la comarca, a las siete de la tarde ofrecieron una actuación en la localidad de La Iglesuela del Cid. A pesar del frío reinante en la zona a causa de las fuertes nevadas que cayeron durante dos o tres días, más de treinta personas se dieron cita en el Salón del Ayuntamiento para escucharles.
David ofreció un breve apunte sobre los palos flamencos, que son más de cien y sus derivaciones, explicando que se agrupan en tres bloques, los de la zona de Andalucía, con Cádiz y Sevilla a la cabeza, los del Levante, en el entorno de Murcia, y los que viene de América, llamados “cantes de ida y vuelta”, y que son los que los emigrantes andaluces que marcharon a esas tierras fusionaron con los ritmos latinos: la rumba, la guajira, el tango, etc.
Así, en el concierto tocaron palos de los tres bloques. Soleares, bulerías, alegrías, rumbas… formaron parte del repertorio que hizo disfrutar al público, y entrar un poco en calor, con canciones como Bésame mucho, con ritmo de bolero-rumba, Lágrimas negras, My way, o la conocidísima Entre dos aguas de Paco de Lucía, entre otras.