Se ha escrito mucho ya de los concursos de belleza y no pretendo yo ponerme a teorizar sobre el tema. Por un lado hay voces que hablan del poco favor que hacen a la mujer –sí, ya sé que también hay de hombres, pero menos– este tipo de certámenes. Por otro, y a las audiencias me remito, estos eventos venden. Vamos, que nadie ve Tele 5 pero el share no dice lo mismo.
La cuestión que a mí me ocupa es que las chicas que se presentan en representación de Teruel no son de Teruel. La de este año resulta que es de Zaragoza y que, según dice, está muy vinculada a Teruel, porque viene "mucho por Albarracín y Teruel". Cuando le preguntas si veranea aquí o tiene familia es sincera: "No, pero voy muchas veces a las fiestas de allí". Se debe referir a la Vaquilla, en la que ha estado en tantas ocasiones que no sabe ni como se llama.
La candidata de 2017 no es la primera que acude a este certamen sin tener sangre turolense. En algunas ocasiones tras sacar la entrevista diciendo que la candidata veraneaba en tal o cual pueblo nos ha llamado el alcalde de turno para decirnos que no la habían visto ni en pintura. La de este año por lo menos no miente.
En las diversas entrevistas que he hecho a estas chicas, ellas insisten en que este tipo de concursos son un trampolín perfecto para lanzarse al mundo de la moda. Mi desconocimiento del tema me lleva a no dudarlo.
Pero creo que nos hace un flaco favor que se presente por Teruel una persona a la que nadie conoce aquí y que sabe tan poco de nuestra provincia que se refiere a la Vaquilla como "las fiestas". Por lo menos se podría haber molestado en documentarse, que con internet no hace falta ni abrir un libro. Desde luego mi voto por Facebook –que es el apoyo que quería la candidata y por eso llamó al Diario– no lo va a tener.
Para presentarse por una provincia a estos concursos deberían exigir el empadronamiento. Al menos ganaríamos un habitante, aunque fuera temporal. Y si no tenemos representación en el concurso de mises tampoco me parece que se pierda mucho.