Manuel Morata
Manuel Morata, maestro de yoga: “El amor es fundamental en el ser humano y sin él no hay evolución posible”
Manuel Morata es el fundador de la Escuela Aragonesa de Yoga. Ha formado profesores desde 1980, tarea a la que continúa dedicándose. El miércoles impartió una conferencia en Alcañiz titulada Yoga, superando emociones y progresando en el amor, que formaba parte del programa organizado por el Servicio Municipal de Deportes (SMD) del Ayuntamiento junto con cuatro escuelas más de la ciudad para conmemorar el Día Internacional del yoga, que se celebraba coincidiendo con el solsticio de verano.
-’Yoga, superando emociones y progresando en el amor. Es un título sugerente para una conferencia. ¿Nos puede explicar qué quiere decir?
-Que el conocimiento de cada uno, que la aproximación de una persona a sí misma no se consigue con un exceso de ego, porque eso siempre lleva al sufrimiento, mientras que lo opuesto, es decir, ayudar a los demás y la solidaridad con otras personas, es lo que nos lleva a un estado de satisfacción interior y de felicidad. Esa era la finalizad de la conferencia que impartí de Alcañiz esta semana.
-¿Que objetivos persigue el yoga?
-El yoga tiende a una cierta realización del ser humano. El amor es fundamental y sin él no hay evolución posible. Uno puede desarrollar una mente muy potente, pero si no es precisamente para hacer el bien no se sentirá a gusto consigo mismo. El yoga intenta que la gente se calme, que busque un estado estable y a partir de ahí encuentre la percepción de uno mismo, con la concentración, la meditación, etc. Eso no es otra cosa que intentar unificar el espíritu, es decir, la parte interior de cada uno, y esa unificación lleva a la potenciación.
-¿Un estado neutro, sin emociones?
-Las emociones del ser humano generan un estado de contrariedad. Son causa de dispersión, pero si conseguimos trascender las emociones, haremos que nuestro trabajo en yoga sea más efectivo y conseguiremos sentirnos bien, además de disfrutar de otros efectos terapéuticos.
-¿Por qué hay cada vez más gente que se apunta a practicar yoga?
-Desde que el yoga empezó en España hasta ahora ha habido infinidad de escuelas y de practicantes y hasta los médicos lo están aconsejando, porque elimina tensiones, quita depresión o la reduce y todo esto llama la atención. Son algunas de las razones que explicarían por qué ahora se practica más.
-Y además está de moda.
-Hay modas, pero también hay una cuestión de salud. Los médicos, como digo, lo están recomendando. Antes, la parte parte científico-médica no se fiaba, hasta que ha habido pruebas que, estadísticamente, han confirmado que el yoga reduce la tensión arterial, disminuye las alergias, porque hay un factor emocional que está ahí metido.
-Pero no todos los maestros usan las mismas técnicas.
-Existen diferentes escuelas. La finalidad de toda escuela, práctica o método es llegar a la realización del ser. La manera de conseguirlo puede ser diferente y hay escuelas que, dependiendo de la manera de estar del individuo, optan por unas técnicas u otras. Hay prácticas premeditativas o meditativas, pero son lo mismo. Lo que pasa es que dentro del yoga hay maestros que dan más importancia a una parte del conjunto y otras lo hacen de otra forma, pero todas persiguen los mismos objetivos.
-¿Y para obtener todos esos beneficios en la práctica del yoga, el alumno ha de estar predispuesto?
-Si hay efectos beneficiosos en la práctica del yoga, eso significa que hay algo que cerrar. El efecto fundamental del yoga se da en la parte mental. La mente tiene un enorme poder sobre el mundo físico.
-¿Y hay pseudomaestros?
-En el yoga ocurre como en todo. ¿En qué profesiones no se da? Lo más importante es que la persona que enseñe tiene que estar motivada. Hay gente que ve el yoga como un medio de ganarse la vida y no depara en que puede haber personas que vengan con una serie de patologías que hay que tratar. Desde mi punto de vista, el correcto profesor de yoga es aquel que ve que esta disciplina como una alternativa más, aquel que apoya mentalmente con el yoga a un paciente, aunque éste siga tomando medicación.