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Los toros de Adolfo Martín, el sábado en el homenaje a Víctor Barrio: “Teruel para mí es punto y aparte” Los toros de Adolfo Martín, el sábado en el homenaje a Víctor Barrio: “Teruel para mí es punto y aparte”
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Los toros de Adolfo Martín, el sábado en el homenaje a Víctor Barrio: “Teruel para mí es punto y aparte”

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Cuando apenas ha transcurrido un año desde la trágica muerte de Víctor Barrio, y cuando en homenaje a su memoria se va a celebrar la corrida que cierra este año la Feria del Ángel, el sábado a las 19:00 horas en la plaza de Teruel, otra tragedia nos conmueve para dejar al toreo huérfano de un torero valiente como es Iván Fandiño. Bajo este ambiente de pena entre los aficionados y los profesionales hablamos con un ganadero ilustre que regresa con sus toros a Teruel, el origen de sus éxitos con aquella corrida de tan grato recuerdo para los aficionados de esta tierra.

-Ganadero, lo primero es preguntarle cómo se encuentra de las graves cornadas que sufrió hace un tiempo cuando trabajaba en su finca

-Pues afortunadamente estoy muy bien. Fueron dos percances, uno especialmente grave, pero no me han quedado secuelas y estoy muy bien.

-Esto me da pie para preguntarle sobre lo que está pasando en el toreo… ¿Qué ocurre para que en apenas un año hayan fallecido tres matadores de toros cuando en treinta años nada había pasado?

-Yo creo que es el destino y no hay que achacar nada a circunstancias concretas. Fíjate…Sin querer ser dramático, cuando vi las imágenes de la muerte de Fandiño pensé en mí, en cómo yo pude haberme salvado en aquel corral. El toro me zarandeó a su antojo durante un buen rato y me dio varias cornadas, una que entró en mi costado, otra que me perforó el intestino, otra que rozó el pulmón y el hígado… Lo mío fue un milagro y sin embargo el otro día, en un accidente, como ocurren tantos en la cara del toro todas las tardes, Fandiño se dejó la vida. Luego piensas en las veces que nos escapamos de ese fatal desenlace todas las tardes. El toro hace daño de muerte y te lo hace en apenas un segundo.

-Además Fandiño era de esos toreros que no ponía remilgos a ninguna ganadería y que se enfrentaba a los toros más duros.

-Pero eso no tiene nada que ver. Cualquier toro puede matarte y eso lo sabemos todos.

-La muerte de Fandiño como lo fue la de Víctor Barrio está haciendo aflorar lo peor que esconde esta sociedad a través de las redes sociales: Sectarismo, odio, quizá enfermedad…

-Yo a veces me pregunto cómo puede la sociedad engendrar tanta miseria y tantos miserables. Los toreros salen con un trapo a jugarse la vida delante de un toro de forma voluntaria y en esta fiesta, que es cultura de España, se muere de verdad. Si esto no lo aceptas o no lo comprendes me parece perfecto. No vayas a las corridas. El problema es que se ha generado un odio bestial, y digo bien, que causa espanto. Las aberraciones que se dicen contra el toreo y la gente del toro te dejan perplejo. Fíjate lo que se dijo de ese pobre niño de Valencia... Yo solo veo que en las redes sociales está aflorando el instinto más miserable y bestial del ser humano.

-Pero es evidente que algo poderoso está tratando de acabar con la Fiesta y que hay responsables de ello y existen intereses ocultos. ¿O le echamos la culpa a Walt Disney? 

-Yo creo que existe mucha hipocresía. El mundo de las mascotas es un negocio brutal que mueve cantidades ingentes de dinero alrededor del mundo. Y es verdad que mucha gente se gasta en los animales lo que no se gastaría nunca en las personas necesitadas. Claro, lo que se pretende es fomentar una ideología que tiene que ver con el animalismo para que revierta en beneficios económicos a aquellos que se dedican a este tipo de negocio. Y por eso se apoya contra viento y marea, haciendo del ataque a la tauromaquia bandera. Y lo penoso es que hoy ya se puedan ver tranquilamente en un telediario las imágenes terribles de niños en medio del hambre y la guerra sin que nadie se conmueva, y por el contrario llorar y lamentarse profundamente por la triste historia de un perrito perdido… Y a eso le dan una cobertura en televisión que no le dan a un niño abandonado. Pues todo esto forma parte de ese negocio.    

-¿Y la Fiesta qué está haciendo para defenderse?

-¡La Fiesta que va a hacer! Nosotros solo criamos un animal que vive como un rey para veinte minutos de lidia. Pero si te surge un movimiento que se dice vegetariano, que ya no consume leche porque ordeñar a las vacas es indigno para la vaca y no sé cuántas afrentas más qué puedes hacer. Esto no forma parte de la lógica humana ni de nuestra historia como especie. El hombre, como muchos animales, ha comido carne desde el minuto uno. ¿Hay que explicar esto? Pues por lo visto sí pero no sé si corresponde al toreo combatir esas ideas…

-¿Debe cambiar en algo el toreo? O aceptamos el espectáculo que quieren imponernos por ejemplo en Baleares…

-¡Vamos a dejarnos de chorradas! Esos que promueven ese espectáculo no tienen ni idea de lo que es el toreo. Tampoco les interesa, claro. A ver… el toreo está concebido así desde hace siglos. El toro se cría para morir en la plaza y hay unas normas establecidas para que no sea muerto de cualquier manera. Las banderillas tienen su función y los puyazos tienen su sentido aunque yo esté de acuerdo con que a los toros se les da demasiado… Pero el toro se cría para esos veinte minutos de combate en los que libera tanta adrenalina que apenas siente el dolor. Eso lo suscriben veterinarios ilustres y yo mismo te lo acredito. El toro me dio nueve cornadas en aquel corral y no recuerdo haber sentido dolor. Y el toro pelea porque quiere pelear. Que no se confunda a nadie. A campo abierto se lidian reses y ninguna huye. Y hay mucha hipocresía en todo esto. Hay religiones que sacrifican animales pero no se regula. Por miedo. Mira una cosa… esta gente se llaman a sí mismos activistas. Lo dice la palabra. Van a hacer todo lo posible para acabar con nosotros que somos pasivos y que nos dedicamos solo a nuestro trabajo.

-Pero el toreo tiene futuro… seiscientas mil personas han ido a los toros en San Isidro.

-Claro. Es que la Fiesta está arraigada y les va a costar mucho marginarla. Quizá lo consigan en la ciudad. No lo sé. Pero nunca en las zonas rurales. Y por otro lado, el toreo está muy vivo. Lo que ocurre es que todo el mundo busca el festejo diez. ¿Quién va a ver un partido de segunda B, o si me apuras de primera en el que no compita el Madrid o el Barcelona? En los toros ocurre algo parecido. Se quiere lo mejor en todas las plazas y eso es difícil porque las hay de toda clase y categoría.

-Cambiemos de tercio. En estos últimos veinte años Adolfo Martín se ha convertido en un ganadero muy importante de entre todos los que lidian reses bravas. ¿Cuál ha sido el secreto?

-Mucho trabajo. También es verdad que yo heredé una ganadería buena y que he sabido mantener su esencia para que muchos aficionados la respeten. Y eso es verdad que ocurre.

-¿Ha cambiado en algo la forma de selección y los parámetros que se tienen en la tienta?

-Para nada. Sigo seleccionando bajo el mismo criterio. Sigo buscando el toro fuerte que humille, que sea encastado y que tenga condiciones para embestir. En otras palabras que dé espectáculo. Lo que ocurre es que este toro no permite errores y no te los perdona. Por eso requiere de toreros que estén muy preparados para entenderlos y cuajarlos. Así que sigo manteniendo el mismo perfil ante la selección por una ganadería y por una sangre que es historia del toreo

-Hablamos de bravura y de casta en sus toros pero tengo una curiosidad: ¿La fiereza debe ser ajena al toro de lidia?

-La fiereza va unida a la casta. Es el punto de emoción que da el toro a la hora de embestir y una sensación de peligro intangible que hace más importante todo lo que ocurra delante de él. Si un animal no produce esa sensación en el tendido, a lo mejor te tiene menos metido en la faena y corres el riesgo de banalizar lo que está ocurriendo.   

-Sus toros ofrecen sobre todo emoción. ¿Hace falta más emoción en las plazas y un poquito menos de arte?

-No. El toro debe ofrecer temple y una embestida lenta y con ritmo constante. A partir de ahí, cada uno expresa y crea con su propio talento y transmite más o menos según su personalidad. Ocurre, eso es cierto, que hoy se tiende a valorar solo algún tipo de faena. Hoy los chavales se tienen que quedar absolutamente quietos y sobre ese estatismo ejecutar la faena solo desde los brazos. El problema es que hay un toreo sobre las piernas que no se puede desdeñar. Pero como aquí se trata de cortar orejas, de dar veinte muletazos que lleguen aunque no haya habido capote, quites o todo lo demás, pues a eso y punto. Y al final el campeón es el que más orejas corta y el que más contratos firma.

-La corrida de Teruel la va a matar Enrique Ponce. A pesar de eso le pregunto si echa de menos a las figuras anunciadas en sus mismos carteles.

-No. Vamos a ver… Cada uno lleva su curso. A mí también me han matado los toros figuras como Castella que incluso se encerró con seis en Nimes. Y Ponce no había matado ninguna pero lo va a hacer en Teruel. Me merecen todo el respeto como lo tengo por los toreros que lo hacen de forma más habitual.

-A Morante no lo ve matando una corrida suya…

-¿Por qué no? Me están envistiendo toros que según meten la cara Morante los hubiera cuajado con el capote. Te voy a decir una cosa: Morante es un torero muy valiente. Se pasa a los toros muy cerca y muy despacio. Eso es muy difícil y hay que ser consciente del peligro que entraña. Y tengo claro que Morante podría cuajar perfectamente uno de mis toros porque su principal cualidad es que humillan como pocos, cosa que es perfecta para una faena de arte. También te digo que mi toro no es para matarlo todos los días. Requiere un plus de entrega y esfuerzo que quizá no se pueda exigir todas las tardes. Mira…, Morante coge al toro Madroñito con el que debuté en Teruel y le forma un lío. Lo sé. Con veinte pases, eso es cierto. Pero es que no hacen falta cuarenta para volver loca a una plaza.

-¿Qué va a traer Adolfo Martín a Teruel?

-Pues van a ser todos cuatreños. Las camadas ahora son más cortas y toros de cinco años apenas lidio. Y va a ser una corrida de toros para una plaza con la categoría de Teruel. Sin estridencias, con su cara, casi todos cárdenos y fuertes. En el tipo de la casa que es lo importante para que embistan. Ojalá la gente disfrute con mis toros. Lo deseo de verdad.

-Ganadero, ¿Volver a Teruel es un compromiso especial?

-Teruel para mi es punto y aparte, y lo digo sin darme coba. Es donde yo debuté en plaza de segunda en España, donde he tenido éxitos importantes y sobre todo donde tengo muchos amigos… La gente de Aragón, la gente de Teruel, es extraordinaria y me conozco la provincia porque me han invitado más de cuarenta veces a actos relacionados con el toreo. Fíjate la afición que hay en esa zona minera… Gente extraordinaria. Lo repito y lo repetiré siempre. Y luego me ocurre otra cosa también. Tengo una edad y las cosas me producen nostalgia. Aquel éxito ya lejano me marcó y las relaciones personales con aficionados de Teruel me evocan tiempos muy bonitos. Mira… Recuerdo a Carlos Barragán con el que tuve relación desde hace muchos años, toda una vida diría yo. Luego es verdad que pierdes el contacto pero hemos participado juntos en muchas labores del campo y en conversaciones. Teruel para mí fue todo y es verdad que por el camino se ha quedado gente a la que quise mucho y que esta plaza me sigue trayendo su recuerdo.

-Pues si Teruel existe, en Teruel nos vemos ganadero.