El número de nacimientos aumentó durante el primer semestre de este año un 9,5% en la provincia de Teruel con respecto al mismo periodo de 2015. No obstante, esta subida no compensa el dato del crecimiento vegetativo de la población, que sigue arrojando un saldo negativo al superar las defunciones a los nacidos en 311 personas, según los datos provisionales de las Estadísticas del Movimiento Natural de la Población dados a conocer ayer por el Instituto Nacional de Estadística (INE).
Entre enero y junio de este año se produjeron en la provincia 496 nacimientos, 43 más de los que hubo en el mismo semestre de 2015, cuando se registraron 453, lo que supone un crecimiento del 9,5%, rompiendo así la tendencia negativa de los tres últimos años durante el primer semestre del ejercicio. La cifra constituye un dato atípico por el incremento que supone, pero habrá que esperar a conocer las estadísticas de la segunda mitad del ejercicio para ver si la tendencia se mantiene.
El número de nacimientos entre enero y junio no arrojaba un dato positivo desde 2012 cuando los mismos aumentaron un 7,5%, mientras que en 2013, 2014 y 2015 tuvo lugar un descenso continuo del 3,4%, el 3,5% y el 17,6%.
Esa caída tan grande y desproporcionada dentro de la serie histórica ocurrida en el primer semestre del año pasado explicaría en parte la recuperación que se ha producido durante los seis primeros meses de 2016 con un crecimiento del 9,5%.
A la vez que aumenta el número de nacidos en la primera mitad del año, disminuyen los fallecidos, puesto que se han producido en ese tiempo 807 defunciones frente a las 972 que hubo en el mismo periodo del ejercicio anterior, lo que supone una diferencia de 165 personas menos y un descenso porcentual del 17%.
Que el número de nacidos haya aumentado en los seis primeros meses de 2016 un 9,5% y que a su vez hayan disminuido las defunciones un 17% no mejora para nada el problema demográfico que sufre la provincia, puesto que el saldo de la evolución vegetativa es negativo y se trata de cifras tan pequeñas que porcentualmente pueden llamar a engaño.
En porcentaje, la natalidad sube muchísimo en Teruel frente a la evolución que experimenta en el conjunto del Estado, donde sufre una caída del 4,6% en lo que va de año, lo que da como resultado una diferencia de algo más de 14 puntos.
Pero en números absolutos las cifras no engañan porque el saldo vegetativo sigue siendo muy negativo al haber más fallecidos que nacidos: 807 en el primer caso y 496 en el segundo. Eso quiere decir que no se produce una reposición de la población, ya que nacen algo más de dos terceras partes del número de fallecidos que hay.
Tendencia común
La tendencia es común en el conjunto del Estado, si bien en términos estadísticos y proporcionalmente es muy distinta la diferencia entre defunciones y nacimientos que hay en España con respecto a la provincia.
En España, durante el primer semestre hubo 195.555 nacimientos frente a 208.553 defunciones. Eso quiere decir que el 94% de las muertes que se producen se reponen con los nacidos en el mismo tiempo. En cambio ese porcentaje es muy inferior en Teruel, donde los nacidos solo reponen el 61,5% de los fallecimientos.
La Estadística del Movimiento Natural de la Población, que ofrece datos sobre nacimientos, defunciones y matrimonios, y que ayer hizo pública el INE, incluye también los datos definitivos del año 2015, en el que se registraron en la provincia de Teruel 986 nacimientos y 1.780 fallecimientos. Esos resultados arrojan un saldo vegetativo negativo de 794 personas, que es la diferencia entre nacimientos y defunciones.
De madres extranjeras
De los 986 nacidos, 489 fueron hombres y 497 mujeres, mientras que el 23,4% del total (231) fueron hijos de madres extranjeras. Este dato indica el importante peso demográfico que tiene la inmigración para mantener la población turolense. En el conjunto del país el número de nacimientos de madre extranjera supuso el año pasado el 17,9%, nada menos que cinco puntos y medio por debajo de lo que sucede en Teruel.
En relación a los matrimonios, en los seis primeros meses de este año se produjeron 166 en la provincia, según los datos provisionales facilitados por el INE, que no especifica para ese semestre el tipo de enlace. A?lo largo de 2015 hubo en Teruel 377 enlaces matrimoniales entre personas de diferente sexo, 2 entre varones y ninguno entre mujeres.
Las estadísticas de nacimientos en la provincia de Teruel muestran una caída de los mismos desde la década de los años 70 hasta finales del pasado siglo, para presentar en el tránsito de milenio unos dientes de sierra muy pronunciados, y mostrar seguidamente una recuperación sorprendente a partir del año 2002.
Incremento progresivo
El crecimiento del número de nacimientos estuvo asociado a la llegada de población inmigrante durante la primera década del siglo XXI y permitió un incremento progresivo anual de los mismos hasta que estalló la crisis. A?partir del año 2009 comenzó de nuevo el declive y empezó a disminuir el número de nacidos con un ligero repunte en 2011.
Ese descenso producido a partir de entonces, unido a la pérdida de población, ha hecho que la tasa de natalidad cayese el año pasado hasta el 7,2 por mil. Esta tasa mide el número de nacidos al año por cada mil habitantes y en España se sitúa en 9, casi dos puntos por encima de la que se da en Teruel. En la provincia turolense la tasa más alta desde principios de este siglo se produjo en el año 2009 al alcanzarse 8,54 nacimientos por cada mil habitantes, según datos de los Indicadores Demográficos Básicos facilitados también ayer por el INE.
En 1979, el año de las últimas décadas que más nacimientos hubo en la provincia con 1.876, la tasa de natalidad turolense era de 12 nacidos por cada mil habitantes, cuando el año pasado se redujo drásticamente al 7,2 por mil al haber nacido solo 986 niños en la provincia, de acuerdo con la información del Instituto Nacional de Estadística.
En el año 2000 el número de nacimientos en la provincia era de 1.070 niños. Tras mantenerse en ese nivel durante el siguiente lustro, con algunos incrementos o descensos, volvió a crecer a partir del año 2005, ejercicio en el que se alcanzaron los 1.114. La cifra fue aumentando de forma progresiva hasta el año 2009 cuando se alcanzó el mayor número de nacimientos en lo que va de siglo con 1.245 niños.
A?partir de esa fecha comenzó el declive, que ha ido paralelo al de la pérdida de población. La década actual comenzó con 1.197 nacimientos en 2011, un 1,2% menos que el año anterior, y a partir de entonces no ha dejado de ir disminuyendo. En 2012 cayeron un 5%, al año siguiente un 1% y en 2014 un 1,1%, el mismo descenso que se produjo en 2015.
Autor: F.J.M. Teruel