Igual que los viejos rockeros nunca mueren y siempre regresan a los escenarios, los grandes cinéfilos tampoco desaparecen. Cineocho, que durante años organizó el Festival de Cine de Teruel y que para estas fechas llenó la ciudad de artistas y de sueños proyectados en pantalla grande, vuelve ahora a la carga para recordar lo que fue aquella iniciativa cultural. Lo hace con un tributo que del 26 al 30 de diciembre llenará con otro tipo de magia las fiestas navideñas, la del cine hecho con más ganas e ilusión que medios. Durante esos días se espera que desfilen por Teruel algunas de las viejas glorias del cine aragonés además de otros realizadores contemporáneos.
El que fuera director del festival de cine, el empresario del sector audiovisual Fermín Pérez, presentó ayer junto con Elifio Feliz de Vargas, otro de los históricos de Cineocho, lo que va a ser este Tributo en el que podrán verse algunas de las películas que se exhibieron en aquellos años, a la vez que habrá lugar para conocer el cine que se hace ahora en Aragón.
Todo ello envuelto en cierta nostalgia porque el Festival de Cine de Teruel nació como una muestra de cine para convertirse en una competición de Super 8, el formato amateur de los cineastas no profesionales de la época, que con mucha imaginación y pocos recursos emulaban, a su manera, a los grandes realizadores y hasta al cine de Hollywood. Incluso hubo quienes con su atrevimiento llegaron a hacer largometrajes con este formato no profesional.
Durante los cinco días que durará este tributo, entre el 26 y el 30 de diciembre, habrá proyecciones, coloquios y una exposición, todo ello en las dependencias de la Delegación Territorial del Gobierno de Aragón, tanto en su salón de actos como en la sala de exposiciones.
El tributo acogerá además el I Concurso de Smart Cinema con películas de 1 minuto cuya temática será el amor, para el que hay 164 trabajos inscritos.
La celebración del Festival de Cine de Teruel anunciaba en los años 80 y 90 del pasado siglo la llegada de la Navidad. En aquel Teruel más en blanco y negro que otra cosa, el certamen daba color a los turolenses con artistas del mundillo del cine y una programación con títulos que hubieran sido imposibles de ver en aquellos años de no haber sido por la gente de Cineocho.
Entre el 26 y el 30 de diciembre está previsto que visiten la ciudad algunos de los cineastas amateurs que participaron en el festival, entre ellos Juanma Bajo Ulloa, que no ha confirmado todavía su asistencia pero sí ha mostrado su interés en poder acudir. Era un chaval en aquellos primeros años de la década de los 80 y ya apuntaba maneras. Llegó a Teruel y triunfó. "Mi madre guarda el trofeo", comentó a Fermín Pérez cuando este le llamó para invitarle a participar en el tributo.
El Super 8 ha sido la mayor escuela de cineasta de todos los tiempos. En ese formato comenzaron autores como Steven Spielberg, cuyo primer corto se proyectará en la sesión inaugural del día 26 junto con el largometraje del mismo cineasta Super 8, una película que evoca la magia de aquel formato, único medio disponible entonces para hacer audiovisuales al margen de la industria cuando no existía el vídeo doméstico ni los móviles.
Entre los invitados que han confirmado su asistencia están la actriz Mar Regueras, protagonista de Buscando al hombre perfecto y autora del libro El amor y su puta madre, y el realizador Alejo Lorén. Está por confirmar que pueda asistir Jesús Font, y quienes sí lo harán serán varios cineastas aragoneses de distintas generaciones que acudirán a lo largo de la semana a Teruel, entre ellos Vicky Calavia.
El festival no tiene un presupuesto cerrado y se hará con aportaciones de los organizadores, ya que no hay ayudas institucionales. El Gobierno de Aragón sí que colabora cediendo el salón de actos para las proyecciones y la sala de exposiciones, donde se exhibirá la muestra La máquina del tiempo del cine aragonés gracias a la colaboración del Festival de Cine de Zaragoza. La misma ofrece un recorrido por la historia del cine en Aragón desde todos sus ámbitos e incluye varios espacios dedicados a las actividades en torno al séptimo arte que se han realizado en Teruel.
De haber contado con algún apoyo económico institucional se habría hecho también algún reconocimiento, aseguró Fermín Pérez, quien aclaró, no obstante, que tampoco era ese el objetivo, ya que la intención era hacer un tributo sin más del festival con el ánimo de repasar lo que se hizo y recordárselo a los turolenses.
En este sentido, el director del desaparecido certamen cinematográfico apuntó que siempre se había querido buscar hacer "una cosa sencilla sin grandes pretensiones" y que tuviera "un punto nostálgico". Todo ello sin tener que "vivir la terrible experiencia de volver a pedir subvenciones sino llamar a los amigos".
Después de la experiencia de preparar este tributo, Pérez dejó claro que no tendría continuidad en próximos años. "Se nos había olvidado por qué dejamos de organizar el festival", comentó al rememorar la falta de apoyo institucional y el incumplimiento político de hace veinte años de firmar un convenio.
Fermín Pérez dejó claro que se habían acercado esta vez a los políticos sin pedir nada, solo invitándoles a participar si querían hacerlo de una u otra forma. No ocultó que le hubiera gustado que colaborara el Ayuntamiento de Teruel para hacer una programación con más películas, y que les hubiese gustado poder clausurarlo con la proyección de Jota de Carlos Saura. Lamentó que no haya sido posible porque, según les manifestaron, la película está reservada ahora solo para "festivales importantes y este no está en esa categoría", a pesar de tratarse de la capital turolense.
Autor: F.J.M. Teruel