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Los dos amores de la infancia de Luis Buñuel se juntan en el CBC de Calanda

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 Las fotografías/fetiche expuestas en una vitrina en la exposición

Carmencita Sampietro, una vecina de Luis Buñuel en su infancia, fue el primer amor del cineasta cuando tan solo eran unos niños y la familia Buñuel no se había trasladado a vivir todavía al Paseo de la Independencia de Zaragoza, sino que residía en el Coso.

Carmencita Sampietro, una vecina de Luis Buñuel en su infancia, fue el primer amor del cineasta cuando tan solo eran unos niños y la familia Buñuel no se había trasladado a vivir todavía al Paseo de la Independencia de Zaragoza, sino que residía en el Coso. En realidad fue uno de sus dos primeros amores porque el otro fue su madre, María Portolés. Ambos se juntan ahora en el Centro Buñuel de Calanda (CBC) con motivo de la exposición de pintura Ese oscuro objeto del deseo, donde el artista zaragozano Eduardo Laborda expone junto a sus desnudos tres fotografías originales de su colección particular que son auténticas reliquias no exentas de un embriagador aroma de fetichismo.

La exposición de pintura de Eduardo Laborda que acoge el CBC y que se inauguró el pasado sábado coincidiendo con el inicio del Festival Internacional de Cine Buñuel-Calanda, muestra por primera vez al público en un mismo lugar a los dos amores de la infancia de Buñuel, Carmencita Sampietro y María Portolés junto a una instantánea de Luis Buñuel, ya anciano, dedicada a su amiga inolvidable de la infancia.

Ambos compartieron una pasión voyeurista, que no deja de tener mucho que ver con la exposición de desnudos, ya que desde la casa de unos familiares escudriñaban uno de los primeros salones de exhibición cinematográfica que se abrieron en Zaragoza a principios del siglo pasado.

Estos materiales, que forman parte de la colección de rarezas que posee Eduardo Laborda, se habían dado a conocer anteriormente en las publicaciones del pintor, tanto en el libro Zaragoza. La ciudad sumergida como en varios artículos de la revista de arte Pasarela dirigida por él mismo.

En la sala de exposiciones del CBC estas fotos ocupan un discreto lugar entre los cuadros de desnudos, dentro de una vitrina, junto a un audiovisual en el que Laborda evoca la escena inicial de la película Él rodada por Buñuel en México en el año 1952.

El montaje audiovisual está hecho con las fotografías de Buñuel, ya mayor, y de Carmen Sampietro, vestida de Primera Comunión. El plano arranca en la dedicatoria manuscrita de la foto en un movimiento panorámico de abajo hacia arriba hasta encuadrar los saltones ojos de Buñuel mirando hacia abajo a la vez que una voz en off lee la dedicatoria como si del propio cineasta se tratara. No es su voz sino la de otro cineasta turolense, José Manuel Fandos, habitual colaborador de Laborda junto con Javier Estella.

La imagen queda un rato congelada en un primer plano de los ojos de Buñuel que montan por corte con un plano de los pies de Carmencita Sampietro vestida de Primera Comunión. La cámara inicia entonces un movimiento panorámico ascendente hasta encuadrar su rostro.

Montaje como en "Él"

El montaje es similar al de la secuencia inicial de Él cuando el protagonista, Francisco Galván, interpretado por Arturo de Córdova, recorre con su mirada los pies de la primera fila de la iglesia donde se celebra la ceremonia del lavatorio de pies en Semana Santa, y se fija en los de una mujer tras regresar hacia atrás su mirada. El plano de la película inicia entonces una panorámica ascendente hasta descubrir el rostro ruborizado de Gloria, al sentirse observada, personaje interpretado por Delia Garcés.

Laborda hace lo mismo con los planos de Buñuel/Francisco y de Carmencita/Gloria, para mostar al final una entrevista hecha a mediados de los años 80 con una cámara de súper 8. En ellos Carmencita Sampietro evoca, cuando ya había muerto Buñuel, su relación en la infancia y revela un ejercicio encantadoramente voyeurista que realizaban juntos.

Cuando la familia de Buñuel se trasladó a vivir de Calanda a Zaragoza se instalaron en el número 5 del Coso, que acababa de construirse y donde se instaló el primer ascensor de la ciudad, según explicó Isabel Comps en un artículo de la revista Pasarela.

Luis Buñuel tenía de vecina a una niña de su edad llamada Carmencita Sampietro, con la que inició una relación de amistad y complicidad que se prolongó hasta que fueron ancianos. En la fotografía dedicada que se exhibe en el CBC, por la parte de la imagen pone, manuscrito por el cineasta, lo siguiente: "A Carmen Sampietro mi inolvidable amiga de infancia. Tu siempre amigo. Luis Buñuel".

En el dorso de la instatánea, oculto por el marco de la foto, puede leerse: "Aún muy jovencita fuiste tú la primera persona que me produjo las primeras emociones "musicales". Recuerdo que tenías las partituras a piano de distintas óperas: Carmen, Fausto, etc. ¡Adiós a aquellos años! Pero aún no a esta vida. Tu fiel Luis".

En la entrevista que Eduardo Laborda le hizo en 1985, Carmencita Sampietro le contó una anécdota de la infancia que pone de manifiesto el carácter "muy simpático" y "abierto" de Luis Buñuel, pues en una ocasión en que acudieron al kiosko de música de la plaza de toros donde la gente se ponía a bailar, y al ver una niña a la que nadie le hacía caso porque no era muy agraciada, le dijo: "Carmencita, perdona que voy a sacar a esa niña. Detalles así tenía muchos, era muy bueno".

En aquella época, a través de unas rejas de la cocina de la casa, los dos niños curioseaban las proyecciones de películas que se hacían en el Palacio de la Ilusión, una de las primeras salas de exhibición cinematográfica permanentes que se abrieron en Zaragoza en un edificio diseñado por el arquitecto Ricardo Magdalena.

Grabación inédita

En la grabación inédita que se muestra en la exposición del CBC, Sampietro comenta que unas vecinas que eran sobrinas de su madre tenían una cocina con una verja que "daba a un boquete del cine, se veía la película y nosotros lo pasábamos en grande ahí junticos por el agujerico mirando la película".

Cuenta también en esta grabación del año 1985, que ella vivía en el mismo rellano que Luis, a la derecha ella y en la izquierda la familia de Buñuel "y estábamos siempre juntos y pasábamos los días admirable hasta que tuvieron que decirnos adiós, que se fueron a vivir a Independencia 29, la antigua Capitanía General".

En una ocasión se quedaron encerrados y para evitar que volvieran a hacer esas travesuras tapiaron la ventana y pusieron una claraboya en la cocina, "pero nosotros hicimos un agujero en el tabique por el que mirábamos por turnos aquellas imágenes mudas que se movían allí abajo", relataría Sampietro a Laborda.

La historia de este amor de la infancia y de esa práctica voyeurista al mirar por un agujero para contemplar las imágenes cinematográficas que se proyectaban al lado de su casa, tienen mucho que ver con la temática de la exposición pictórica de los desnudos pintados y dibujados por Laborda con un realismo que roza el hiperrealismo, algo que está muy presente también en el cine del calandino, cuya filmografía es propia de alguien que observa cada detalle de las personas como los entomólogos se fijan en las costumbres de los insectos.

El otro amor de la infancia de Buñuel fue su madre María Portolés, de la que Eduardo Laborda exhibe un retrato del año 1915 que consiguió de la forma más extraña que pueda uno imaginarse y que relata en el libro Zaragoza. La ciudad sumergida. En él cuenta cómo recuperó esa foto mientras recorrían la calle Costa y a la altura del número 6, enfrente del Gran Hotel, se encontraron tirado un retrato fotográfico de principios del siglo pasado que resultó ser la madre de Buñuel, con la que el cineasta mantuvo una relación muy especial por ser el primogénito.

Finaliza la muestra de cine queer de "Buñuel y otras miradas"

El Festival Internacional de Cine Buñuel Calanda finaliza hoy su sección paralela "Buñuel otras miradas" con la proyección de Mil nubes de paz cercan el cielo, amor, jamás acabarás de ser amor, de Julián Hernández y producida por Roberto Fiesco, director de la película Quebranto que pudo verse el pasado martes y que tuvo una excelente acogida.

Quebranto es un largometraje documental impresionante sobre la actrices Lilia Ortega y Coral Bonelli, antes conocido como Fernando García, que en su infancia fue un niño prodigido del cine mexicano y era conocido con el nombre artístico de Pinolito.

Fiesco recupera en este documental la figura de Pinolito y rescata a Coral Bonelli/Fernando García del olvido que se produjo cuando ella reivindicó que era una mujer atrapada en el cuerpo de un hombre.

Autor:Redacción Teruel