Carmen Más dirigió a la orquesta mixta
Veintiún violines, nueve violas, doce violonchelos, cinco contrabajos, cuatro clarinetes, dos fagots, cuatro flautas, dos oboes, dos saxofones, cuatro percusionistas, cinco trombones, cinco trompas, dos trompetas, un arpa, tres guitarras y un piano, o lo que es lo mismo, ochenta y dos instrumentistas de los Conservatorios de Ginebra (Suiza) y de Alcañiz participaron en el segundo intercambio internacional de música que tuvo lugar en la capital bajoaragonesa.
La experiencia, que se celebra por segundo año consecutivo, tuvo su mayor exponente en el concierto que pudo escucharse este sábado pasado en el Teatro de Alcañiz, aunque por detrás existió un ingente trabajo subterráneo de cuatro días de ensayos a marchas forzadas, a un ritmo de cinco horas diarias.
Con la preparación de Pablo Castañé en la sección de viento, Trinidad Colom y Alfredo Carrión en la de cuerda, Carmen Más Arocas como directora de la orquesta del Conservatorio José Perís Lacasa de Alcañiz y Mirella Vedeva al frente de la Orquesta de Jóvenes Estudiantes de Ginebra, los músicos prepararon en tiempo record un concierto de más de una hora que pudieron disfrutar 350 personas, el aforo completo del teatro.
"La experiencia ha sido muy satisfactoria para todos", explicó Eduardo García Vázquez, director del Conservatorio de Alcañiz, "tanto para nuestros alumnos como para los suizos". Aunque durante la semana previa al concierto que duró el intercambio también hubo tiempo para la convivencia y para realizar excursiones turísticas, el grueso de la agenda estuvo copada por la práctica y los ensayos. Según García Vázquez, "Este tipo de experiencias es muy enriquecedora sobre todo porque aporta mucha motivación. Si no existe el elemento Ginebra no es fácil pedirle a un alumno que ensaye durante 22 horas para hacer un concierto. Pero en esta ocasión se han volcado, y un grupo motivado se cohesiona mejor y todo el mundo se responsabiliza mucho".
Durante el concierto, la orquesta formada por músicos suizos y alcañizanos y dirigida por Carmen Más interpretó un programa compuesto por tres movimientos de El lago de los cisnes (Tchaikovsky), Trisch-trasch polka (Strauss), un fragmento de Opera de Eugene Onegin Walz (Tchaikovsky), Annen polka (Strauss), Rosas del sur (Strauss), Bauern polka (Strauss) y Danubio Azul (Strauss).
El programa fue confeccionado por Mirella Vedeva, buscando que fuera atractivo para el público y fácil de escuchar, "y teniendo en cuenta que alumnos de entre 11 y 18 años tenían que preparar una hora y diez minutos de concierto en cuatro días de ensayos", lo que no significa, según García Vázquez, "que estos temas sean sencillos de interpretar".
El nivel de los concertistas fue excelente "y muy homogeneo", según el director del Conservatorio de Alcañiz. El prestigio de los músicos de la Orquesta de Jóvenes Estudiantes del Conservatorio de Ginebra es enorme, pero durante los ensayos se puso de manifiesto "que los suizos también son adolescentes como los de Alcañiz, con las mismas inquietudes e igual de centrados o descentrados", bromea Vázquez. En su opinión, el nivel que mostraron todos los músicos, de aquí o de allá, fue "excelente".
Devolución de la visita
A pesar de ello no todo fue estudiar y ensayar. Los 23 jóvenes músicos suizos, la mitad de los cuales repetía la experiencia del intercambio con Alcañiz del año pasado, tuvieron ocasión de visitar las Grutas de Molinos, Zaragoza o la propia localidad de Alcañiz. Y a mediados de diciembre treinta alumnos del José Perís Lacasa, junto a cuatro acompañantes del AMPA y la directora Carmen Más devolverán la visita a tierras ginebrinas:?"Hay chicos de once años que están emocionados con el viaje, porque para ellos va a ser una experiencia inolvidable".
Es la segunda vez que Ginebra y Alcañiz realizan un intercambio musical, y el centro que dirige Eduardo García Vázquez, que ya había participado en otras experiencias similares con centros en Teruel o el resto de España, tratará de instituir la figura del intercambio internacional, anual "o con la periodicidad que sea, porque es un camino nuevo que se ha abierto y que queremos seguir recorriendo".
Entre las posibilidades que se abren para el centro turolense figura la de instituir alguna experiencia a tres bandas entre Alcañiz, Ginebra y Roma, otro de los centros que suelen incluir este tipo de intercambios en su programación educativa.