Ya lo he escrito alguna vez. Rozar el 20% de audiencia en los tiempos que corren es, para cualquier programa, una grandísima noticia positiva. Cuando parecía que las entrevistas de Bertín Osborne languidecían en Telecinco, lejos del seguimiento que habían conseguido en su etapa original en La 1, el programa resurge con fuerza rozando ese dato psicológico. La mejor cifra ha llegado de la mano de un personaje muy de la gente, el futbolista Joaquín. Risas, chascarrillos, colegueo y buen rollo. Siempre lo he dicho, el éxito de una entrevista depende del invitado. Es el hándicap de este tipo de programas, resuelto con habilidad por sus responsables. Por esto Mi casa o la tuya está sumando espectadores en el último mes: porque cuenta con personas que despiertan interés y que, semana a semana, crean hábito en el espectador. Rappel aportó una casa especialmente llamativa. José Bono y Joaquín no solo tenían una retahíla de anécdotas sobre sus apasionantes vidas política y deportiva, también se animaron a abrir sus puertas. Y, claro, entrar en las casas de los demás gusta mucho más que merodear siempre por la misma estructura de líneas rectas en la que el cantante vive a las afueras de Madrid.
Cuando el presentador es también el protagonista
No todos pueden dar el mismo juego ante Bertín Osborne. Para ser su invitado no solo hay que abrir la casa, también el corazón. Porque el anfitrión se toma muy en serio lo de la naturalidad con todo aquel que habla. De hecho, es la marca del programa. El presentador se ha mostrado dispuesto a llevar el plató al centro de su vida, a cada una de las estancias de sus verdaderas casas. De hecho, se ha abierto tanto al mundo que ya no solo es su programa, también el de su mujer y todos sus hijos. Tira de ellos y ellas en cuanto lo necesita. Como cuando, en un programa claramente obligado por Mediaset para promocionar su última película, utilizó a sus propias hijas para ilustrar el tema del que se hablaba. Si Osborne no tiene problemas para narrar íntimos episodios de cómo ha tratado y educado a sus hijas, ¿cómo se van a esconder los invitados? Es una invitación a dar un paso adelante y soltarse del todo. Lo más de la naturalidad ocurrió con el futbolista Joaquín. El cantante se sintió verdaderamente indispuesto, pero no tuvo problema alguno en permitir que su vahído se emitiera para toda España. Todo muy normal.
¿Y cómo dices que se llama?
Otro de los grandes momentos de la última emisión de Mi casa o la tuya fue cuando Bertín Osborne dijo estar gratamente sorprendido porque el futbolista del Betis Joaquín no se equivocara con el título del programa. Y es cierto. Aún cuando solo había uno, en La 1, era habitual ver mal escrito ese título. El En la tuya o en la mía era continuamente cambiado por En tu casa o en la mía, Tu casa es la mía y otras fórmulas similares. Así ha seguido siendo, con más razón, tras la mudanza a Telecinco. Imagínense ahora que TVE amenaza con resucitar su versión con Lolita al frente. Vaya lío.