Feria Alfambra
El ladrido de decenas de perros y los puestos del mercadillo han dado sonido y color a la IV edición de la Feria Agrícola y Ganadera de San Isidro de Alfambra. Es la primera vez que el evento contaba con rehalas y vendedores ambulantes y la previsión de la organización era que atrajeran a mucho más público, aunque la lluvia que cayó durante toda la jornada mermó la asistencia.
La muestra está plenamente consolidada y hasta allí se acercaron ayer agricultores y ganaderos de varios puntos de la comarca Comunidad de Teruel para compartir experiencias en el marco de una jornada lúdica. Cada año la exposición evoluciona para atraer a más personas. Por eso ahora han sumado a la oferta de actividades las rehalas, que están sirviendo de reclamo para los cazadores, y los comerciantes de diversa índole, que atraen a público familiar.