Las fachadas y cubiertas inferiores de la Catedral recuperan color tras una limpieza en profundidad
Trabajar en las fachadas y cubiertas inferiores de la Catedral es como hacerlo en un libro abierto de historia. Durante siete meses se ha intervenido en sus fachadas y cubiertas, recuperando las formas que se perdieron, en los casos que ha sido necesario, o dejando la forma que el tiempo ha ido modelando. Todo para "poner en valor" este edificio en cuya construcción se emplearon diferentes técnicas en las distintas fases constructivas del monumento, como destaca el arquitecto responsable de la obra, Joaquín Andrés.
La limpieza de las fachadas permite que ahora se aprecie todavía más las diferentes fases constructivas del conjunto catedralicio, así como las distintas restauraciones que se han llevado a cabo a lo largo del tiempo.
Esta diferenciación está clara desde la plaza de la Catedral. La fachada más próxima a la torre es más primitiva y la colindante con la calle Santa Emerenciana pertenece a la época en la que intervino Regiones Devastadas, tras la guerra civil. La disposición de los sillares reflejan ese salto en el tiempo, pero a la hora de intervenir en ellos se siguen las mismas fases: "Lo primero que hacemos son limpiezas previas, después tratamientos de consolidación y por último, los acabados manteniendo lo que hay dentro de lo posible", explicó María Dolores Núñez, que se ha responsabilizado de la dirección técnica.
Las obras han sido ejecutadas por la empresa turolense López Corella, que durante más de medio año se ha ocupado de recuperar las cubiertas laterales, -ya que en la nave central y en el cimborio se intervino en 2008- y todas las fachadas del edificio.
El responsable de la empresa,?Esteban López, explicó que en algunas jornadas llegaron a trabajar hasta 38 personas a la vez y reconocía las dificultades que en días puntuales han tenido que afrontar, al trabajar en el corazón de la ciudad. "Hemos coincidido con las fiestas, con un mercado y con bodas y hemos cortado muy pocos días el tráfico para poner los andamios", contó.
A la hora de intervenir en los materiales se han tenido en cuenta diferentes criterios siempre siguiendo una máxima: "No inventamos, si no hay suficiente información se deja como está", explicó la restauradora Sofía Martínez.
Así, por ejemplo, en el alero de la linterna superior del atrio hay un trabajo de yesería mudéjar que se ha reproducido en las partes donde ya había desaparecido que ha sido muy costoso. "Nos llevó un mes de trabajo", comentó la restauradora. Y aunque desde pie de calle se ve de forma uniforme si nos acercáramos se podría ver la diferencia entre la parte antigua y la que se ha copiado.
Ya en la calle Santa Emerenciana, la diferencia entre lo que había hace siete meses y lo que hay en la actualidad es sustancial. La fachada estaba muy sucia y ahora luce limpia y pintada. Las catas arqueológicas realizadas, donde aparecieron restos del antiguo claustro de la Catedral, se han protegido, y también se han cubierto impactos de metralla de la Guerra Civil, mientras que otros se han dejado al descubierto. En esta fachada apareció la antigua placa de la calle, bajo la de cerámica de Teruel, y la inscripción de un número, que se ha dejado a la vista.
Los trabajos van más allá de la limpieza y pintura de la fachada. Se ha intervenido también en las rejas de los vanos. En el conjunto externo en el que se ha intervenido durante estos meses se han puesto a punto 39 rejas, además de la de la entrada principal, en la que ha actuado la Fundación Santa María de Albarracín.
También se han sustituido los vidrios de los vanos de ventanas, linternas y óculos, en ocasiones por cristales y en la mayoría por alabastro, siguiendo el criterio que ya se estableció en la intervención de 2008 en la nave central y el cimborrio.
Los marcos de yesería alrededor de algunas de las ventanas, que se construyeron siguiendo la técnica del "fingido", como si fueran ladrillos, también han recuperado su esplendor.
El presupuesto global de esta actuación en la Catedral de Teruel, que promueve la Diócesis de Teruel y Albarracín, asciende a 1,6 millones de euros, que se han financiado con cargo al Fondo de Inversiones de Teruel (Fite). La siguiente actuación se llevará a cabo en los próximos meses en su torre mudéjar.
Autor:P. Fuertes Teruel