La pintura gótica Virgen de la Misericordia, atribuida al Maestro de Teruel y conservada en el Museo de Arte Sacro de la capital turolense viajará la próxima semana hasta Lisboa donde será una de las principales piezas de la muestra Un compromiso para el futuro, que acogerá la Galería de Exposiciones Temporales de la Santa Casa de la capital portuguesa del 10 de mayo al 10 de septiembre.
Se trata de una obra realizada con temple al huevo sobre tabla durante la primera mitad del siglo XV, de 1,13 x 0.92 metros. Es una de las mejores pinturas góticas de los reinos hispanos, y quizá la más interesante que se conserva en el Museo de Arte Sacro de Teruel, sobre todo por la peculiar y atípica iconografía que representa.
El museo turolense la cederá hasta septiembre a la Santa Casa de Lisboa, una institución de cariz religioso y con fines sociales que está preparando una gran muestra para conmemorar los 500 años de la primera edición impresa del Compromiso de la Cofradía de la Misericordia, el texto que definió los ideales de las misericordias portuguesas, instituciones fundadas en el país vecino en el siglo XV para acoger a enfermos y discapacitados.
El comisario de la exposición, el catedrático e investigador de la Universidad de Lisboa Henrique Leitao, galardonado en 2014 con el Premio Pessoa, explicó a la Agencia EFE que La Virgen de la Misericordia del Museo de Arte Sacro de Teruel “es una de las obras más significativas de la pintura gótica del siglo XV” y que será “una de las protagonistas de nuestra exposición”.
Viaje a Portugal
Será la primera vez que esta obra, atribuida a un artista anónimo denominado Maestro de Teruel por autores como Gudiol Ricart y que ha sido expuesta en Zaragoza o Madrid entre otros sitios, abandone temporalmente España. En su día estaba previsto que fuera expuesta en el Museo de Filadelfia (EE UU) durante una muestra temporal sobre pintura gótica, que no se llevó a cabo finalmente por problemas presupuestarios.
Ha sido necesario pedir permisos al Ministerio de Cultura y formalizar los seguros preceptivos para un viaje en el que la obra de arte será desplazada en un transporte especial escoltado por la Guardia Civil hasta la frontera con Portugal, donde las autoridades lusas se harán cargo de su custodia.
El Museo de Arte Sacro de Teruel no percibirá ingreso alguno aunque todos los gastos por el desplazamiento correrán a cargo de la Santa Casa de Lisboa. Para Pedro Luis Hernando, director de la institución museística turolense, “es una excepcional ocasión para que mostrar parte de nuestro patrimonio artístico menos conocido. Gracias a este tipo de cesiones se va a hablar en muchos sitios de Teruel, y no solo porque estemos despoblados”.
Autor desconocido
La obra está datada en la primera mitad del siglo XV y hasta ahora la crítica la ha atribuido de forma mayoritaria al Maestro de Teruel, un artista sin identificar, probablemente centroeuropeo e influenciado por el expresionismo de Marcel de Sax. “Muchos de los autores del gótico son anónimos porque no conservamos datos sobre su nombre o procedencia”, explica Pedro Luis Hernando. “Lo que sí podemos saber, gracias a métodos como el morelliano, que compara pigmentos utilizados, perspectivas, manos, rostros y diferentes rasgos de cada obra, es que probablemente una serie de obras han sido realizadas por el mismo maestro, en cuyo caso se le bautiza con el nombre de la ciudad donde se encuentra su obra más importante”.
Es el caso del Maestro de Teruel, autor del que, aparte de la autoría de La Virgen de la Misericordia y de otras tablas góticas, se desconoce todo. “Por los rostros que plasma en sus pinturas estamos casi seguros de que era un pintor de procedencia centroeuropea, pero poco más”. Debió de ser además un importante artista, no solo por la indudable calidad de la tabla sino porque “por la magnitud artística de la pintura tuvo que tener un fuerte mecenazgo detrás, y posiblemente estuvo en algún lugar importante”, explica Pedro Luis Hernando.
Y?es que tampoco se sabe si la obra fue pintada en Teruel. “No necesariamente”, advierte el director del Museo, “aunque desde que se tienen referencias de ella ha estado siempre en la capital turolense”.
Sin embargo otros autores, como María del Carmen Lacarra, atribuyen La Virgen de la Misericordia?turolense a otro pintor denominado Maestro de Velilla, perteneciente a la escuela aragonesa cuatrocentista del gótico internacional avanzado, que sería además autor de otras obras como la Coronación de la Virgen María del Museo Lázaro Galdiano de Madrid o el retablo mayor de la iglesia de Velilla del Jiloca, en Zaragoza. Se denomina gótico internacional a la corriente desarrollada en Italia, Francia y Países Bajos entre finales del siglo XIV y siglo XV. Recibe este nombre porque en esa época los artistas viajaron por Europa, arraigando una estética común por todo el continente.
Una iconografía atípica y un misterio por resolver
La Virgen de la Misericordia no es la obra conservada en el Sacro de Teruel más cara desde el punto de vista económico, pero sí la más especial en cuanto a la iconografía que representa. Habitualmente las misericordias góticas se reflejaban con una virgen protegiendo con su manto a los fieles. En esta obra del Maestro de Teruel además se incorpora una atípica y original referencia directa a los siete pecados capitales: en la parte superior izquierda Cristo lanza flechas que le proporciona un ángel, mientras otro le pide clemencia, para castigar los siete pecados capitales, representados por otras tantas figuras. Seis de ellas están pintadas sobre unas hornacinas en dos torres situadas a los lados de la composición, y la séptima está a los pies de la Virgen, que con su manto protege a los fieles de las flechas castigadoras.
Las saetas divinas se clavan en las figuras que representan el pecado según la naturaleza de este; la correspondiente a la gula se clava sobre la panza de un orondo personaje, la de la lujuria lo hace en el culo de alguien que trata de esconderse mientras que el de la ira ataca al corazón de alguien que porta un cuchillo, por citar varios ejemplos.
La Virgen, que parece dialogar con Jesucristo, aparece vestida con túnica azul y una original y atípica corona de orfebrería y perlas. Pero lo más peculiar aparece bajo su manto. A la izquierda aparecen personajes del clero;?el papa, sacerdotes y monjes, mientras que a la derecha las figuras representan la población civil en sus diferentes estratos sociales. Todos miran hacia la izquierda, en dirección a la Virgen, excepto un misterioso personaje, el único con barba del grupo, embutido en una llamativa capa con capucha azul celeste, que está girado hacia la derecha y mira directamente hacia el espectador de la pintura. Aunque se desconoce la naturaleza exacta de ese detalle, es evidente que es un mensaje del pintor. “Quizá un autorretrato que el Maestro de Teruel, fuera quien fuera, dejó inscrito en la pintura”, aventura el director del Museo de Arte Sacro de Teruel.