La turolense Irene Covaleda reflexiona sobre la comunicación en una exposición en Valencia
En algún momento del proceso de creación artística ocurre a veces que se rompe el nexo que necesariamente debe unir al creador y al receptor de su obra. Cuando se da esa divergencia de caminos se quiebra la comunicación;?es opinable que esa ruptura desvirtúe el arte como tal, pero lo que sí es evidente es que ya no provoca en el espectador la sensación buscada por el artista, ni en su sentido ni en su intensidad.
Sobre este fenómeno reflexiona Notes al peu (Notas al pie), exposición de arte creada por la turolense Irene Covaleda que ha acogido la Sala de la Muralla del Colegio Mayor Rector Peset de la ?Universidad de Valencia. Ella misma la define como una muestra “pictórica que no está compuesta por pinturas”, ya que las obras, aunque montadas sobre marcos, están realizadas con escayolas, acrílicos, sellos, tarjetas postales, hules transparente y plásticos. Son imágenes de gran belleza plástica que saltan del plano en busca de la tercera dimensión, de forma que la iluminación de la propia sala que acoge la obra y el juego de sombras y claroscuros que origina sobre ella misma y sobre la pared forman parte indisoluble del discurso artístico.
La exposición, que corresponde al desarrollo de los estudios de doctorado en Producción Artística en la Facultad de Bellas Artes de Sant Carles de la Universitat Politécnica de Valencia de Irene Covaleda, parte del análisis de la corriente Mail Art y de la película francesa Caché, traducida al castellano como Escondida. Dirigida en 2005 por Michael Haneke (Amor, La pianista), la cinta narra como un presentador de televisión comienza a recibir cintas de vídeo grabadas en la que aparece él mismo, con un contenido cada vez más personal que le hace temer que el remitente anómino sigue minuciosamente los movimientos de su familia.
“En esa película se retrata perfectamente qué es lo que pasa por la cabeza del espectador de cine cuando no conoce las intenciones de quien lo realiza. De cómo la comunicación entre ambos se ha contaminado”, explica Covaleda.
Hasta meterse en este proyecto, la turolense había trabajado siempre desde la perspectiva del creador artístico, sin reparar en el receptor del arte. ·”Al conocer al director de mi tesis, Vicent Ponce, me puso el mundo al revés. Me hizo pensar en el público, en la forma en que reciben mi obra y en el efecto que puede producir”, explica la artista turolense.
El proyecto de investigación y Nota al peu, la exposición producto del mismo, también reflexiona sobre el Mail Art o Arte Postal, una corriente artística cuyas primeras manifestaciones correspondieron al grupo Fluxus y los neo-dadaistas a finales de los 50. Consistió en el envío de arte a través de correo postal, en forma de tarjetas postales, sellos o pseudochristmas, implicando también a los funcionarios de correos que pasaban a formar parte del juego al permitir la circulación de esos objetos artísticos, que en ocasiones iban firmados y en otras eran anónimos. “Vicent Ponce”, explica Covaleda mencionando al profesor que, junto a teresa Chafer, han dirigido su tesis, “me hizo ver que en el Mail Art cuando una persona recibe el objeto artístico lo está recibiendo en un marco que el creador no controla, y puede que no sea el lugar adecuado o las circunstancias adecuadas para interpretar bien el mensaje que realmente quieres hacerle llegar”.
[gallery link="file" ids="61765,61767,61764,61763"]Así, la comunicación es uno de los temas centrales de Notes al peu, cuyo título hace referencia precisamente a esas notas que suelen acompañar muchos libros, de carácter habitualmente científico, cuyo objetivo es clarificar o referenciar bibliográficamente los argumentos expuestos, pero que en ocasiones contaminan al interrumpir la lectura “y que además casi nadie lee”, poniendo en peligro el acto de comunicación establecido entre el libro y el lector.
Ese tema, no obstante, es recurrente en el quehacer artístico de Covaleda. Casi está obsesionada con el acto de comunicación entre ella, la obra y quien la observa. No puede exigir al espectador que interprete y entienda al cien por cien su arte, pero al menos sí “que invierta el máximo tiempo posible mirándola”. De ahí los materiales que dan corporeidad y tridimensionalidad a sus lienzos, valga el término; de ahí los plásticos transparentes que crean juegos, luces, que a veces tapan, que a veces tamizan y que, en cualquier caso, obligan a girar la cabeza, a moverse y a buscar nuevos ángulos para obtener una impresión visual completa de cada cuadro.
Primera gran exposición
Irene Covaleda es licenciada en Bellas Artes, nacida en Teruel aunque afincada actualmente en Valencia. Ha completado un máster en Educación y otro en Producción Artística. Notes al peu, que ha podido verse en la Sala La Muralla del colegio mayor Rector Peset de la Universidad de Valencia hasta la pasada semana, ha sido su primera gran exposición individual. Ya realizó una en Valencia, aunque lo hizo como integrante del colectivo artístico PAM! vinculado a la Universidad Politécnica de Valencia.
En Teruel ha expuesto en dos ocasiones aunque siempre de forma colectiva;?tras terminar el máster de educación en 2012 con el resto de estudiantes y en En el cielo, muestra colectiva de la Escuela de Arte de Teruel que pudo verse en mayo de 2013 con la participación de 25 artistas, profesores y alumnos de la Escuela, entre los que se contaban algunas de las firmas más destacadas del panorama artístico de la provincia. La obra que expuso en esta muestra colectiva, Con los pies en el cielo, forma parte de Notes al peu que ha podido verse en Valencia.