Los truficultores no tienen problemas para vender la trufa. Este año hay poca y se la quitan de las manos, pero aunque haya mucha, como en la campaña pasada, saben de antemano que no hay problema para su comercialización. Por eso, matizan que el precio depende más de la calidad que de la cantidad "porque escasez hay siempre", comentó Manuel Doñate, que es truficultor en Sarrión, quien no obstante reconoce que este año sí hay muchas más demanda que disponibilidad en la oferta.
El año pasado se recogieron entre 35 y 40 toneladas según los cálculos de Atruter, aunque algunos autores cifran la producción en unos 44.000 kilos. En cualquier caso, más del 80% de todo ello se recogió en la comarca de Gúdar-Javalambre, ya que en el resto de España se vieron muy afectados por la sequía. Además, en la pasada campaña la trufa era de una gran calidad.
Y es que, como apunta Doñate, "en el resto del mundo apenas hay trufas", pero sí mucha gente con un elevado poder adquisitivo para comprar el producto siempre que sea de calidad.
Oferta y demanda
La trufa comienza a recolectarse el 15 de noviembre y las primeras que aparecen no son de gran calidad ni por su color todavía no están negras ni por el aroma, que no es tan intenso como las que ya están más maduras.
Pese a ello este año se pagaron el primer sábado a 125 euros por kilo, mientras que el segundo día de mercado ya oscilaba entre los 150 euros y los 225. El pasado sábado la Tuber melanosporum sin seleccionar se cotizaba a entre 300 y 400 euros mientras que la de primera calidad superaba los 600 euros.
Más de 800 euros en Fitruf
La calidad mejorará en los próximos días y también su valor en el mercado. Aunque los truficultores aún no han hablado del precio que alcanzará durante la XVI edición de la trufa, casi con seguridad superará a los 800 euros por kilo del año pasado, en el que había mucha más cantidad.
De todas formas, los truficultores de Gúdar-Javalambre insisten en que para la elaboración de un plato son necesarios muy pocos gramos por lo que por un precio más que asequible cualquiera puede convertir un guiso normalito en uno digno de un chef con estrella Michelin.
Autor: M. C. A. Sarrión