Síguenos
La torre de San Miguel de Castellote, una torre del siglo XXI inspirada en el gótico La torre de San Miguel de Castellote, una torre del siglo XXI inspirada en el gótico
Castellote torre

La torre de San Miguel de Castellote, una torre del siglo XXI inspirada en el gótico

banner click 236 banner 236
Piedras calizas talladas de forma manual, al igual que se hacía en la Edad Media, conforman el cuerpo de la torre de San Miguel, en Castellote. Se trata de un campanario de nueva construcción que está hecho a imagen y semejanza del que había antaño y que se perdió durante la Guerra Civil. En su origen, el monumento debió de ser de estilo gótico levantino, al igual que la iglesia, que es muy similar a la cercana de Molinos, que no tiene torre anexa. Posiblemente, Castellote tampoco la tuviera en el momento de su construcción, según comentó José Fernando Murria, responsable de MMT Arquitectos que ha dirigido el proyecto, y se añadiera después junto al templo. No es habitual construir un campanario, como explica el arquitecto, quien reconoce que aunque ha restaurado decenas es el primero que levanta de cero. “Es un trabajo bonito, el pueblo tenía mucho interés en volver a tener torre y, aunque encontrar los datos para su reconstrucción ha sido laborioso, al final se ha conseguido”, dice el técnico. El punto de partida fue una foto tomada antes de la guerra en la que se aprecia la atalaya. A partir de ahí se diseñó el campanario y se calcularon las medidas que debía tener. Desde el suelo a la punta de la veleta que la corona hay 41 metros de altura, especifican desde el gabinete de Murria. La atalaya nace con planta cuadrada de 5,35 por 5,35 metros, pero a media altura se convierte en octogonal y tiene 25 metros cuadrados de planta. En el ultimo cuerpo se estrecha y está rematada por un chapitel con estructura de hierro recubierta de cobre. Murria indica que en un principio se pensó en dejar la torre mocha puesto que así son las de estilo gótico que hay por la zona, y citó la de Alcañiz o Valderrobres, pero finalmente y por decisión de los vecinos se colocó un chapitel similar al que tenía la que aparecía en la foto que sirvió de modelo a seguir. Las obras están concluidas en el exterior, pero queda por terminar la colocación de las barandillas en las escaleras. “El andamio no deja trabajar por dentro”, indicó. El alcalde de Castellote, Ramón Millán, incidió en el valor sentimental de la torre y subrayó la importancia que ha tenido para impulsar el turismo la recuperación de monumentos claves para el municipio, como el castillo o la propia iglesia de San Miguel, que fue incendiada durante la guerra civil. En ese momento fue derruida por completo la torre, de la que actualmente muy pocos vecinos del pueblo se acuerdan. Además, también se perdió el archivo y las campanas se fundieron para fabricar munición, según recuerda Rita Pereira, que es la guía turística de la localidad. Las campanas son uno de los hitos pendientes según explicó Millán puesto que las que hubo en San Miguel eran reconocidas en toda la contornada. “Había una que se llamaba María Rosa que tenía un tañido tan agudo que se hablaban con las de Morella”, argumentó Pereira, quien añadió que esta campana se conocía popularmente como Garbancera porque sonaba los domingos, que era el día en el que se comían legumbres en los hogares. Las obras para levantarla comenzaron en el año 2015 y previsiblemente se terminarán para el mes de septiembre, cuando Castellote celebra su patrón, que es San Miguel. El presupuesto para acometer las distintas fases de las obras se eleva a 436.000 euros que se han obtenido a través del Fondo de Inversiones de Teruel (Fite) principalmente. También se han incluido partidas procedentes del FIMS, Fondo de Inversiones Financieramente Sostenibles de la Diputación de Teruel.