Por Elisa Alegre Saura
“Eramos inquietos” explican ahora echando la vista atrás, casi “aventureros” añaden con media sonrisa. Los cirujanos José María del Val y Antonio Minguillón rememoran frente a un recorte de este periódico el salto sustancial de la cirugía abdominal, desde el llamativo titular de hace un cuarto de siglo que explicaba una nueva técnica que revolucionaría el ejercicio médico: Cirugía por televisión, rezaba el titular de la información del periódico del domingo 1 de marzo de 1992. Practicada por primera vez en Teruel una operación con el método de Laparoscopia, añadía el texto.
En aquel 1992 se trataba de una técnica revolucionaria, y la inquietud de estos médicos convirtió el hospital Obispo Polanco de Teruel en uno de los primeros hospitales pequeños en incorporarla. No fue fácil, recuerdan. Para empezar, había que convencer a las autoridades sanitarias de entonces, en Zaragoza, para que compraran la torre de laparoscopia y muchos pensaban que para qué quería un hospital pequeño este equipamiento.
Y también había que afrontar la formación de los médicos en esta técnica nueva. “La empresa nos hizo un curso especial para nosotros en Barcelona” recuerda Del Val, para un pequeño grupo, con la dificultad de que el médico que lo impartía lo hacía en un catalán, idioma que ninguno dominaba.
Aquella fue la anécdota de unos inicios en los que los médicos se sorprendían de “lo bien que creíamos que se veía”, cuentan ahora, aunque la diferencia con las operaciones actuales sea abismal al usar tecnología con mucha más definición.
Así y todo, la mecánica de la laparoscopia sigue siendo la misma: introducir en el organismo una óptica microscópica acoplada a una cámara de televisión y de este modo permitir la visión y la intervención en el órgano afectado mediante unas herramientas especialmente diseñadas para ello.
Entre las ventajas, no solo la estética, porque las heridas que quedan son pequeñas, sino que los riesgos de que se haga una hernia a raíz de la cicatriz prácticamente desaparece, y también los riesgos de infección.
Estas eran las que se destacaban entonces y continúan estando vigentes hoy, y han hecho que esta técnica se haya ampliado de aplicarse a la extirpación de vesículas a prácticamente todos los campos de la cirugía abdominal.
Entre las intervenciones más destacadas está la cirugía de colon por laparoscopia, que se ha potenciado en el hospital en los últimos tres años, de la mano especialmente del doctor Minguillón. Pero también se aplica en otras situaciones, aunque menos habituales porque se dan menos casos, como intervenciones de hernia de hiato, apendicitis, vesícula, cirugía de urgencias o como técnica para explorar el abdomen cuando hay una dolencia que identificar.
Avance con la tecnología
“La tecnología ha cambiado el mundo de la laparoscopia” destaca con contundencia y conocimiento de causa el doctor Minguillón, y este avance ha cambiado también la experiencia en el quirófano: desde aquellos monitores de televisión, casi como los que teníamos en casa, a pantallas planas con alta definición. “Para nosotros entonces se veía muy bien en la pantalla y creíamos que había mucha luz, pero si lo comparamos con la tecnología actual no tiene nada que ver” apuntan.
Y eso explica que las intervenciones como las de vesícula, a las que en aquellos inicios había que dedicar toda una mañana, y en las que los médicos acababan agotados por utilizar pinzas y herramientas menos ergonómicas que las actuales, ahora han pasado a ser operaciones de apenas 40 minutos.
El entonces ya jefe de Cirugía del hospital, José María del Val, se mostraba convencido de que “esta cirugía el día de mañana será la que sustituirá complemente a la cirugía convencional”. Y 25 años después el tiempo le ha dado la razón.
De entrada todas las intervenciones son “candidatas” a hacerse por laparoscopia, aunque los profesionales advierten de que siempre hay que estudiar cada caso desde el punto de vista médico porque hay variables a tener en cuenta.
Alertan también de que esta técnica no puede hacer olvidar a los nuevos profesionales la necesidad de dominar la técnica abierta. “A nosotros la laparoscopia nos obligó a formarnos en algo nuevo, viniendo de la cirugía con técnica abierta, pero ahora los nuevos médicos comienzan ya con esta técnica pero no deben olvidar la necesidad de dominar también la cirugía tradicional” apunta Del Val, que alerta también en este sentido de que los nuevos profesionales pueden tener lagunas también debido a la superespecialización. “Si van a un hospital en el que solo hacen un tipo de intervención sabrán mucho sobre eso, pero si están en el futuro en un centro más general deberán saber enfrentarse a otras situaciones”.
Piensa también en la formación porque aquel 1992 fue también el año en el que el Hospital Obispo Polanco comenzó acogiendo a médicos residentes, y cirugía la primera especialidad que empezó a formarlos.
Las reticencias
A pesar de que la formación y la incorporación de las nuevas tecnologías son una constante en el ámbito sanitario, ambos profesionales recuerdan que hubo reticencias entre los cirujanos tradicionales de entonces, que se resistían a ver las posibilidades de esta nueva técnica frente a las operaciones con “técnica abierta”.
“Hubo una fase inicial de rechazo como pasa en otras cosas porque los cambios cuestan” señala Del Val, no solo en Teruel sino en otros centros más grandes de Aragón. Recuerda el caso de un cirujano que se negaba a practicar esta técnica pero que, al verse obligado a someterse a una intervención que daba la opción de hacerse por laparoscopia, escogió esta última opción.
El futuro
“Los cambios son estimulantes” recuerda ahora el jefe de cirugía, que apostilla que las nuevas técnicas siguen hoy tocando a la puerta y también despiertan recelos. Hablamos de cirugía robótica, por ejemplo, a partir de la experiencia de modelos como el robot conocido como “Da Vinci” que son los que operan, aunque detrás, manejando los mandos, esté un cirujano.
O la telemedicina o la telecirugía que se está experimentando ya, y que permite a un cirujano que no se encuentra físicamente en el quirófano, operar manejando instrumental robotizado.
“Eso ya se está haciendo” apunta el doctor Minguillón, y también hay ahora reticencias y hay quien lo ve como algo del futuro cuando es presente. A veces parece ciencia ficción, pero imaginar es lo que hace avanzar, porque también hace un cuarto de siglo aquello de operar “por televisión” parecía un sueño.