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La próxima fase de restauración de la muralla de Teruel se centrará en la torre de la Bombardera La próxima fase de restauración de la muralla de Teruel se centrará en la torre de la Bombardera
Bombardera excavada

La próxima fase de restauración de la muralla de Teruel se centrará en la torre de la Bombardera

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La próxima fase de restauración de la muralla de Teruel se centrará en la torre de la Bombardera y la puesta en valor de los restos de la traída de aguas del siglo XIX entre ésta y el torreón del Agua. Además, se realizará la conexión con el espacio ya abierto al público de la fortificación, con acceso desde la plaza San Miguel, para ampliar hasta la Bombardera el recorrido visitable.

El Ayuntamiento de Teruel ya ha encargado al arquitecto José Ángel Gil la redacción del proyecto de esta nueva fase de rehabilitación, a través de un contrato que tiene un importe de 20.143 euros (IVA?incluido).

Como ya hizo con la primera fase de intervención en este tramo, el consistorio tiene previsto solicitar financiación del 1,5% Cultural del Ministerio de Fomento para ejecutar el resto de las obras, que, a la espera de que concluya la redacción del proyecto, podrían tener un presupuesto cercano de entre 400.000 y 500.000 euros.

Gil explicó que el proyecto contemplará la demolición de las edificaciones adosadas a la torre de la Bombardera en la plaza del mismo nombre, que fueron expropiadas por el Ayuntamiento. Su derribo dejará al descubierto la base de la bestorre por este lado, que según reveló la excavación arqueológica realizada durante la primera fase de restauración, tenía un primer nivel cerrado y conectado con el casco urbano mediante una puerta con arco apuntado del siglo XIV.

Arco medieval

Este fue el principal hallazgo de las obras que concluyeron el pasado mes de abril y ahora será necesario completar la excavación. El informe redactado por Carpetania Integra, la empresa que ejecutó las obras y realizó el control arqueológico detalla que se descubrió un corredor que daría acceso a la torre desde la actual plaza de la Bombardera a través de la puerta con arco apuntado, que se encuentra tapiada, seguido de un pasillo con bóveda de sillería y arco rebajado. A continuación, comienza una escalera de acceso en ángulo hacia el interior de la torre. “Este acceso corresponde a la fase constructiva original de la torre, puesto que las huellas de cantero y tipología constructiva son similares” a los de la puerta que comunica con el paso de ronda de la parte superior de la muralla.

Este fue el último y probablemente más importante hallazgo que deparó la excavación interior de la torre de la Bombardera, pero no el único. Bajo tres estratos de vertidos y suelos de la segunda mitad del siglo XX, se encontró un nivel de uso que, según los arqueólogos, corresponde a la Guerra Civil. En el se localizaron numerosos restos de munición, junto a dos casamatas en las que se habrían situado francotiradores. “Entre los materiales descubiertos destacan balas, cartuchos, vainas de balas y peines de balas para los rifles Mosin y Máuser, restos de cajas de munición, restos de morteros, latas de conserva, abrelatas, cubiertos y una moneda de un céntimo de Isabel II”, señala el informe.

Aunque los arqueólogos vinculan los restos de munición a intensos tiroteos en los que la torre fue utilizada como parapeto, algunas fuentes apuntan que también cabe la posibilidad de que pudieran ser llevados allí desde las trincheras de la zona de Los Baños tras la contienda, cuando era práctica habitual recoger los materiales que habían dejado los soldados para venderlos como chatarra o con otros fines.

Niveles

Por debajo de este nivel, se descubrieron los restos de un suelo, posiblemente de los siglos XVIII o XIX, formado por ladrillos . Este suelo está cortado por una zanja que se abrió a principios del siglo XX para la instalación de la tubería de fibrocemento que reutilizó la canalización de la traída de aguas del siglo XVI.

En la torre se identificaron, además, cuatro casamatas construidas en la tercera guerra Carlista para la defensa de Teruel (1872-1875), posiblemente para dos cañones, aprovechando el espacio de anteriores aspilleras.

Para completar el estudio de la evolución histórica de la torre, según advierte Carpetania Integra, será necesario continuar los trabajos, ya que hasta el momento “no se ha realizado la excavación arqueológica total en profundidad hasta el agotamiento de todos los niveles arqueológicos”.

La excavación en el interior de la torre continuará en la segunda fase de restauración del tramo entre la Bombardera y el torreón del Agua, según confirmó José Ángel Gil.

El proyecto que está redactando incluirá la recuperación de los forjados del interior de la torre para crear un piso de acceso al paso de ronda, en la parte superior de la muralla.

En cuanto a la conexión de este tramo con el comprendido entre el torreón del agua y la plaza San Miguel, se estudia habilitar una escalera desde el adarve o espacio comprendido entre las dos hojas de la muralla, que de esta forma sería accesible para los visitantes.