La Mesa de la Minería de Aragón priorizará el balneario de Ariño, el castillete de Escucha y el centro de día de Montalbán
La Mesa de la Minería de Aragón priorizará el 15 de febrero los proyectos de infraestructuras en las comarcas mineras susceptibles de recibir fondos del Plan del Carbón 2013-2018. Entre los que recibirán cualificaciones más altas se encuentran la ampliación del balneario de Ariño, el centro de día de Montalbán, la restauración del castillete minero de Escucha, la ampliación del centro especial de empleo de Atadi en Alcorisa y la residencia de Mequinenza (Zaragoza).
El importe de estos proyectos, pertenecientes al bloque social y de turismo, ronda los 10 millones de euros. Por su componente de creación de empleo (unos 80 en total), son los que han recibido una valoración más positiva por parte de los técnicos de Administraciones públicas, sindicatos y empresarios que integran la mesa técnica que en las últimas semanas ha realizado un trabajo previo de selección para que la semana que viene sea la mesa política la que apruebe los proyectos que serán enviados como prioritarios ante el Instituto para la Restauración de la Minería del Carbón (IRMC) dependiente del Ministerio de Energía, Turismo y Agenda Digital.
La mesa cree que el turismo y los servicios sociales son dos buenos nichos de empleo, por eso han priorizado por encima de todos el proyecto del Ayuntamiento de Mequinenza para concluir su residencia de ancianos, con una previsión de creación de entre 30 y 40 empleos. Justo detrás en el orden de prioridades vendría la ampliación del balneario de Ariño, valorada en 3,7 millones de euros que prevé la creación de 26 nuevos puestos de trabajo. Su alcalde, Joaquín Noé, ha puesto el acento en los últimos años en que las ayudas deben ir a parar a los municipios más damnificados por la pérdida de empleos en las minas, el verdadero sentido del Miner.
Montalbán pretende crear una decena de empleos con la apertura de un centro de día, mientras que en Alcorisa habría tres puestos de trabajo más con la ampliación del centro especial de empleo de Atadi. Por último, Escucha busca 720.000 euros para rehabilitar el castillete del Pozo del Pilar con el objetivo de hacerlo visitable y que sea un complemento del museo minero de la localidad, que recibe decenas de miles de visitantes cada año.
El segundo bloque de proyectos priorizados es el de industria y ganadería. En este se encuentran iniciativas como un vivero de empresas en las Cuencas Mineras, un centro de desarrollo logístico y empresarial en Castellote o mejoras tecnológicas en los polígonos industriales de Andorra y Utrillas. También hay una batería de inversiones en materia de eficiencia energética y proyectos para la rehabilitación de escombreras en multitud de municipios mineros.
Sin partida confirmada
“No sabemos el dinero que va a haber para Aragón”, indicaron ayer a este diario fuentes del sindicato CCOO que aseguraron que ni siquiera han visto publicada en el Boletín Oficial del Estado la convocatoria para proyectos de infraestructuras. Las propuestas de Aragón irán a parar al IRMC, el cual en función de las prioridades de las distintas mesas regionales decidirá sobre el reparto de fondos.
El conocido como Plan Miner comprende 250 millones de euros para invertir hasta 2018 en los proyectos de infraestructuras, mientras que el global de iniciativas presentadas a la Mesa de la Minería de Aragón ronda los 39 millones de euros. En las últimas semanas, comarcas, ayuntamientos y mancomunidades han estado defendiendo en el seno de la mesa técnica sus proyectos para lograr la confianza de los técnicos, que los han mirado con lupa para no caer en viejos errores de conceder ayudas a ideas con escasa viabilidad.
“Estamos haciendo las cosas bastante bien”, indicaron desde CCOO. “La prioridad son los puestos de trabajo, por eso hemos ido a por apuestas seguras como el turismo o los servicios sociales”, aseveraron. Por este motivo, desde el sindicato aseguraron que quedan en espera actuaciones en polígonos industriales como los de Calanda o Albalate del Arzobispo a falta de una mayor concreción de cómo se traducirían estas inversiones en la creación de nuevos empleos.