El mercado, con más de 200 expositores, se extendió por medio pueblo, desde la plaza de Valderrobres hasta el recinto ferial
Miles de personas visitaron durante el fin de semana la feria de mayo de Valderrobres, que se erigió en capital de la ganadería y el comercio del Matarraña con veinte expositores de animales y más de 200 comerciantes.
La feria de Valderrobres es un acto social para los vecinos del Matarraña que no pierde comba por más que pasen los años. Según explicó el concejal delegado de Ferias, Enrique Segurana, la muestra es “antiquísima”, tanto que el Ayuntamiento conserva los “escritos de hace 700 años conforme el rey nos autorizaba” la celebración del mercado. “Con sus dimes y sus diretes, ha ido perdurando en el tiempo”, hasta estos días en los que la cabecera comarcal celebra dos ferias, una en mayo y otra en septiembre.
Hubo una clara apuesta por la ganadería con más de 20 expositores de ganado ovino, caprino, equino y bovino, así como una gran muestra de pajarería que hizo las delicias de los niños. Los lotes mejor presentados tuvieron premio y se celebró un sorteo.
Segurana destacó la participación de Oviaragón y Ternasco de Aragón, que “están apostando muy fuerte” por tener una presencia importante tanto en esta feria como en otras que se celebran en Aragón.
Anexa a la carpa ganadera estaba la dedicada a los empresarios de la comarca. Durante la mañana de ayer, la estrella fue el cortador de jamón de uno de los expositores que hizo las delicias de los visitantes. En esta carpa había empresas agroalimentarias, de maquinaria agrícola, carpintería metálica y dedicadas a las nuevas tecnologías.
Durante todo el fin de semana, en este espacio se sucedieron degustaciones de todo tipo, desde licores hasta aceites, pasando por vinos, miel y chocolates. También hubo una charla sobre ropa ecológica. Más allá estaba ubicada la barra de los quintos y un escenario por donde desfilaron exhibiciones de cocina, actuaciones de música country o una clase magistral de zumba.
Además, durante los dos días niños y adultos pudieron disfrutar en familia en un espacio con hinchables y juegos gigantes de madera.
Todo ello, aderezado con la presencia de más de 200 comerciantes que llenaron de colorido y ambiente el municipio desde el recinto ferial hasta la plaza de Valderrobres. Camino al puente de piedra se dirigían a la hora del vermú un grupo de seguidores del Real Zaragoza de Utebo (Zaragoza) que, ante el gran ambiente que percibieron, decidieron hacer un alto en el camino en su viaje a Reus (Tarragona) para ver el partido de su equipo.
La guinda al pastel la puso una exhibición de perros de ganado. Segurana agradeció su colaboración a los ganaderos que han tomado las riendas de esta demostración. “Hay gente de Valdeltormo, de Morella y hasta del País Vasco. Se monta un buen ambiente”, destacó el edil.