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La Feria de Sarrión se llena de público que cada vez conoce y aprecia más la trufa

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Tres miembros del jurado, ayer por la mañana durante la deliberación para premiar a la trufa de mayor calidad

Menos gente pero con muchas ganas de comprar. Esa es la conclusión que extraían tras el primer día los expositores que participan en la Feria Internacional de la Trufa de Sarrión.

Menos gente pero con muchas ganas de comprar. Esa es la conclusión que extraían tras el primer día los expositores que participan en la Feria Internacional de la Trufa de Sarrión. La mayor parte coincidían en señalar que durante la jornada de ayer se había notado menos movimiento por el recinto ferial y lo achacaban a que el puente de la Constitución este año ha caído mal porque los festivos están en el centro de la semana.

Sin embargo, otros recordaban que en esta edición las charlas se han llevado a cabo en el nuevo edificio multiusos, que está fuera del recinto ferial, lo que ha podido restar público en momentos puntuales.

En lo que sí estaban todos de acuerdo es en que el volumen de ventas no ha bajado. Muchos de los visitantes son habituales de otros años y ya tienen sus expositores favoritos en los que encuentran la trufa perfecta para dar aroma a sus guisos.

El alcalde de Sarrión, Jorge Redón, reconoció que ayer hubo menos masificación en los pabellones, pero a su juicio influyó tanto que es "un puente malo" como el hecho de celebrar las conferencias en otro lugar. "Este año los festivos han caído mal y no sabíamos cómo acertar", matizó.

También María José Rozalén, de Viveros José Rozalén, concretó que los festivos no beneficiaban a la feria y señaló que mientras que el año pasado apenas se podía caminar por el recinto este año no se habían producido aglomeraciones. También Rafael Alegre, de Quesos Hontanar, notó la diferencia: "El año pasado no estuvimos parados ni un momento y este año nadie ha tenido que esperar", aseguró. No obstante, ambos reconocían que aunque habían descendido los visitantes, no las ventas.

Sin embargo, hubo varios expositores que aseguraron que la afluencia de público no había descendido el sábado, aunque sí el viernes, que fue muy flojo durante toda la jornada.

Las barras de la Comisión de Fiestas y de la Asociación de Mujeres no pararon ni un minuto puesto que los almuerzos –en los que las mujeres sirvieron un total de 500 huevos fritos con trufa– se solaparon con las tapas del aperitivo o las comidas. Y es que algunas de sus propuestas, como las albóndigas o las migas con trufa, se han convertido ya en un clásico de Fitruf.

El ganador del concurso infantil de búsqueda de trufa con perro fue Samuel Gonzalvo Bertolín, hijo y nieto de truferos y que ya se proclamó campeón el pasado año. El segundo puesto fue para Adrián Guijarro mientras que en tercer lugar quedó Sheyla Marzo, que también repitió puesto con respecto a 2015. La niña es de Cuevas de Almudén, donde sus padres tienen una finca plantada con carrascas a la que acude habitualmente a cazar.

Un total de 14 piezas se presentaron al concurso de trufas. La ganadora en cuanto a peso fue la de Daniel Doñate, de 132 gramos. Desde la organización reconocieron que este año los hongos participantes eran de menor tamaño que en anteriores ediciones, en las que se llegaron a pesar más de 400 gramos. El premio a la trufa de mayor calidad fue para la presentada por Lola Lizandra, de Manjares de la Tierra.

Ambas piezas salieron a subasta ayer por la tarde y la de mayor calidad la compró Viveros José Rozalén por 300 euros. La ganadora del certamen de peso fue adquirida por la empresa local Manjares de la Tierra por 250 euros. El dinero recaudado se destinará a la Asociación Española Contra el Cáncer.

Las conferencias de ayer, cuyo acceso tiene un coste de entrada, fueron un éxito total y tanto en la que pronunció sobre poda y cultivo Ricardo Ibáñez, subdirector de Agricultura del Servicio Provincial de Teruel; como en la de riego, que fue impartida por el ingeniero forestal Daniel Oliach; o la exposición de Millán Millán, director del Centro de Estudios del Mediterráneo (Ceam) sobre las avionetas anti lluvia, se cubrió el aforo disponible, que era de unas 200 personas, y hubo interesados que no pudieron acceder al salón de actos.

El antes y el después

Fitruf ha marcado un antes y un después en algunas empresas locales. Es el caso de Carnicería Ramón, que fue la primera en vender embutidos trufados durante la feria. Lo hizo para probar y por colaborar con el pueblo, pero sus propietarios reconocen que la exposición ha propiciado que ahora tengan clientes por toda España a los que envían sus productos trufados o no por correo. Empezaron con salchichón y longaniza con Tuber melanosporum y ahora cuentan con todo un elenco de productos con trufa. Entre ellos están los favoritos de sus clientes, como el paté o la sobrasada, y otros innovadores, como la morcilla de miel que hacía la abuela de la dueña en la matanza y ahora han recuperado.

 

Autor: M. Cruz Aguilar Sarrión