El problema de la despoblación se coló entre las reivindicaciones del Primero de Mayo en Andorra y Teruel. Junto a las demandas de un empleo de calidad y estable, de salarios justos y de mayor protección social, los representantes sindicales reclamaron equiparación de derechos y servicios entre el medio rural y las ciudades.
La manifestación del Día del Trabajo en Andorra reunió a unos 300 trabajadores. A las doce del mediodía arrancó la marcha, que esta vez recorrió las calles La Fuente, Ramón y Cajal, Avenida San Jorge y Avenida del Dos de Mayo para terminar en el punto de salida. El homenaje a los maquis del cementerio se celebró por la mañana, antes de que arrancara la concentración y no después como ha venido siendo en los últimos años.
Los secretarios generales de la Unión Comarcal de Andorra de CC.OO y de UGT, Antonio Jiménez y Felipe Ginés, respectivamente, tomaron la palabra y leyeron el comunicado conjunto que habían preparado las dos organizaciones sindicales. Después de homenajear con un ramo de flores al pastor y al minero en el monumento que preside la plaza del Regallo, los dos portavoces sindicales prometieron que la de ayer marcaba “el principio” de una serie de reivindicaciones por mejores servicios, salarios y condiciones laborales.
Rodeados de pancartas en las que podían leerse lemas como Contra las violencias machistas no hay excusas o La central sin inversiones nos lleva a la despoblación, Jiménez y Ginés leyeron un alegato contra la pasividad de la clase trabajadora. “Seremos una parte activa en la lucha por los derechos de la ciudadanía, porque no se nos tiene que olvidar que aquí nadie da nada a cambio de nada; nadie regala nada y los derechos laborales y sociales se luchan, por lo que tendremos que ganárnoslos con la lucha obrera, reclamando todos lo nuestro”.
Por otra parte, nunca de una manera tan clara se había hecho mención a la despoblación y a la falta de servicios en los pueblos como ayer. Fue un giro copernicano, ya que, por primera vez se habló más de despoblación que de carbón. “Queremos quedarnos en nuestros pueblos y trabajar aquí”, y “para ello necesitamos puestos de trabajo dignos y asegurarnos servicios de los que disponen las personas que viven en las ciudades o en otros territorios”, señalaron los dos portavoces sindicales, que exigieron “servicios públicos de calidad para el medio rural” y criticaron que empresas como Correos hayan reducido los suyos en pueblos de la provincia.
Con el Comité de empresa de Endesa en la plaza del Regallo, el Primero de Mayo andorrano se acordó de la minería, aunque no se nombraron ni una sola vez las palabras Endesa ni carbón. Con todo, la preocupación por la negativa de Endesa a invertir en la central térmica para darle continuidad a la planta de carbón más allá de 2020 quedaba clara en las palabras pronunciadas por los dos portavoces sindicales: “seguimos sin tener respuestas tangibles sobre el futuro de nuestra tierra, de nuestras comarcas, donde continuamos viviendo en la incertidumbre y esperando soluciones que no llegan”.?En ese sentido, en este Primero de Mayo ?la cuenca minera de Andorra volvió a evidenciar su “hartazgo” por el “futuro incierto que sobrevuela nuestras comarcas, sobre todo en la de Andorra Sierra de Arcos”.
[gallery columns="2" size="full" ids="79048,79114"]En la capital, más de 300 personas se movilizaron convocadas por los sindicatos CCOO y UGT en la manifestación que partió a las doce horas de la plaza de la Catedral en Teruel con motivo del Primero de Mayo y tras una pancarta donde se podía leer “No hay excusas”, para exigir empleo estable, salarios justos pensiones dignas y más protección social. Ciudadanos anónimos pero también representantes de distintos partidos políticos tomaron parte de este acto que finalizó en el mismo punto de partida con la lectura de un manifiesto por parte de los secretarios generales de CCOO y UGT en la provincia, Pilar Buj y Alejo Galve.
“No hay progreso sin trabajo digno y en Teruel añadimos que no hay progreso si no hay inversiones”, afirmó Buj, para agregar que en esta provincia “estamos hartos de Fites (Fondos de Inversiones de Teruel) con usos desvirtuados, de disminuciones presupuestarias, de promesas incumplidas y de ver cómo nuestro territorio agoniza mientras la incomprensión y la pasividad política no hace más que profundizar en nuestros problemas”.
En el manifiesto se pudo escuchar también que la falta de infraestructuras “nos ha conducido a que a día de hoy tengamos grandes dificultades para subirnos al carro del progreso y desarrollo”.
Los convocantes se refirieron a problemas concretos de la provincia como la de la agricultura “con una PAC discriminatoria para nuestra provincia” y la minería por la falta de creación de empleos alternativos a los que se pierden en el sector. También exigieron medidas fundamentales para fijar población en los municipios y exigieron que no se cierre la mina de Riodeva.
“Hay que evitar el cierre de la provincia”, afirmó Alejo Galve que aseguró que la etapa de los recortes “tiene que acabar”.
Los representantes sindicales turolenses exigieron medidas como derogar las últimas reformas laborales, un plan de choque por el empleo, la recuperación del Estatuto Básico del Empleado Público, la reforma del sistema de prestaciones por desempleo o un salario mínimo interprofesional de mil euros. También recordaron que los dos sindicatos han propuesto un modelo de Prestación de Ingresos Mínimos y consideraron que hace falta una reforma fiscal integral.
La manifestación recorrió la calle Yagüe de Salas la plaza del Torico y la calle y la plaza San Juan donde dio la vuelta para volver al mismo punto de inicio. Durante todo el recorrido estuvieron acompañados por un grupo turolense de batucada, que sustituyó a los tradicionales gritos de consignas.
Por su parte, CNT, CGT y STEA organizaron una manifestación conjunta que a las doce horas partió de la plaza del Torico, recorrió el Tozal y finalizó en la plaza del Labrador y que en su pancarta exigía “Justicia Social” ante la precariedad.
Cerca de un centenar de personas participaron en este acto del llamado sindicalismo alternativo. El objetivo era “plantar cara” a la pérdida de derechos. Según el portavoz de estas organizaciones, Juan Brovia, “el trabajador tiene que dar la cara y plantarse ante el poder empresarial”.
En el caso de la provincia de Teruel, Brovia apuntó que nos encontramos ante “un doble hándicap” al tratarse de un territorio despoblado, por lo que “hay que dar un paso más allá”.
En su opinión el sindicalismo convencional “no ha hecho los deberes” y nos encontramos ante una realidad similar a la de hace un siglo.
“Hay que dar la vuelta a la situación para que la clase obrera gane poder y exista un verdadero contrapoder sindical”, apuntó Brovia.