La Fundación Santa María de Albarracín ha iniciado esta semana las obras en el claustro de la Catedral, que se centrarán principalmente en hacer un lavado de cara a este espacio y en eliminar las humedades. Además, los restauradores recuperarán los óleos del vía crucis que hay encastrados en los muros y también los dos retablos que decoran esta estancia.
La humedad afecta principalmente a la zona que hay en la entrada a la Catedral y junto al acceso desde la calle. Estos dos focos se eliminarán y los muros serán saneados. Además, habrá que recomponer algunas molduras que se han perdido.
La intervención implica, según comentó Antonio Jiménez, gerente de la Fundación Santa María, también el saneamiento del interior del claustro y la eliminación de las hierbas que han aparecido en el aljibe central. Y es que el claustro contaba con un depósito cuyo fin era abastecer de agua corriente a la casa del Obispo. Con la restauración del Palacio hace varias décadas se actuó también en el claustro y se saneó la salida de aguas desde el aljibe a la calle. "Se canalizó para que no hubiera problemas de humedad", comentó el responsable.
Sin embargo, aunque el agua que se almacena en el aljibe está canalizada para que salga a la calle, Jiménez recordó que tanto el claustro como la propia Catedral se asientan sobre roca por lo que la humedad es muy difícil de atajar. "Habrá que ir remendando estos problemas cada cierto tiempo porque las humedades no se solucionan nunca al 100%", concluyó.
Catas en los muros
Los técnicos han realizado catas en varias zonas para conocer si debajo de la pintura actual hay restos de decoraciones anteriores. Las llevadas a cabo hasta el momento desvelan la presencia de zócalos muy similares a los que ya se descubrieron en la Catedral y en el Palacio, "aunque mucho más sencillos", concretó el gerente. Los operarios rescatarán esos zócalos en las zonas en las que aún se conserven.
En la parte superior del zócalo también es posible que aparezcan pinturas antiguas, aunque Antonio Jiménez apuntó a que lo más probable es que sean tonos neutros.
El claustro de la Catedral de Albarracín está totalmente cerrado, aunque cuando se construyó en el siglo XVI se cree que estaba formado por unos arcos apuntados y celosías en las paredes. En una reforma posterior se cerraron esos arcos y solo se dejó abierto un óculo para dotar de iluminación a la estancia. "Todo apunta a que se hizo para evitar el frío en esos corredores", comentó el responsable de la Fundación Santa María.
Por otra parte, el claustro está decorado con trece pinturas que relatan el vía crucis de Cristo. Se trata de óleos sobre lienzo que están encastrados en la pared. Algunos de ellos ya fueron restaurados en el Curso Superior de Restauración de Pintura de Caballete y los que quedan se abordarán en la edición de este año.
Una de las peculiaridades de este vía crucis es que en vez de tener una docena de escenas, como es habitual en este tipo de representaciones religiosas, cuenta con trece.
También se actuará sobre los dos retablos que hay en las pareces del claustro. La restauración se centrará en la estructura puesto que el lienzo que tiene cada uno de ellos ya fue recuperado con anterioridad. "Nos gustaría darles estabilidad porque están desencajados", manifestó el responsable de la entidad.
El coste para acometer estas actuaciones se elevará a unos 50.000 euros en los que se incluye la instalación del andamiaje. En la actuación están trabajando tres operarios que, una vez que la concluyan en el mes de abril, serán quienes se ocupen de la instalación eléctrica en el interior de la catedral.
Esta actuación en el claustro se está desarrollando a la vez que los técnicos en restauración abordan el retablo central de la Catedral de Albarracín. El objetivo es que el templo esté totalmente concluido en septiembre.
Autor:M. C. A. Teruel