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Joaquín Escuder regresa a las salas de exposiciones en el Palacio de Montemuzo

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Una de las pinturas que pueden verse en el palacio de Montemuzo de Zaragoza

El palacio de Montemuzo de Zaragoza acoge, hasta el próximo 8 de enero, la exposición Cruzar las líneas del pintor alcañizano Joaquín Escuder.

El palacio de Montemuzo de Zaragoza acoge, hasta el próximo 8 de enero, la exposición Cruzar las líneas del pintor alcañizano Joaquín Escuder. La muestra, compuesta por un gran número de obras de formato pequeño y muy pequeño, es una buena radiografía del momento creativo del artista, que pasa por algunos de sus temas recurrentes a través de una estética evolucionada, que no revolucionada.

Aunque siempre hay algo de revolución en la pintura de Escuder, a quien su trabajo de profesor de Bellas Artes en el campus de Teruel deja menos tiempo del que sería deseable para participar en exposiciones individuales. El título de la muestra, Cruzar las líneas, encierra una polisemia sabiamente buscada, para representar muchos de los conceptos que encierran los lienzos del alcañizano. Cruzar las líneas es rebeldía y búsqueda de libertad, lo que en el fondo se esconde en cada acto creativo del ser humano. El propio pintor reconoce que, aunque vivimos en la sociedad de la imagen y parece que todo es pintura, el propio acto de pintar es rebeldía, en especial cuando se hace de manera tradicional como gusta Joaquín Escuder, con acrílicos pero también con óleos, temples y lienzos textiles.

Y Cruzar las líneas también es aventurarse en territorio desconocido, avanzar en terreno hostil, y eso lo hace Escuder siempre que coge un pincel. A pesar de que, en su opinión, por mucho que un artista evolucione siempre termina regresando puntualmente al principio, a sus temas fetiche, ese regreso se produce cada vez por un camino diferente, tras haber visitado nuevos lugares estéticos y conceptuales.

Uno de los lugares donde Escuder suele regresar a través de la pintura es la geometría definida por las líneas que invita a cruzar en la exposición de Zaragoza. Líneas que acotan los espacios y que marcan ritmos sensitivos, como si de la escritura se tratara.

Líneas que también encuentran acomodo en una de las obras más reconocidas del turolense, el portentoso mural acrílico de 68 metros cuadrados que decora el techo del Teatro Municipal de Alcañiz desde 1997, y que transformaron la gran lámpara de la platea en un ombligo u omphalos, título de la pintura.

Esta obra, sin embargo, está realizada para ser observada desde lejos, y la línea se conjuga con el color para crear un entramado geométrico regular que recuerda a la bóveda celeste. Gran parte de las pinturas que forman Cruzar las líneas, sin embargo, no responden a la idea de orden sino todo lo contrario, al caos sin perder la geometría.

Otra diferencia significativa es que son obras en pequeño formato, ideadas para ser observadas desde muy cerca y reforzar la idea intimista que el autor quiere establecer entre el lienzo y el observador. En ese acercamiento los ojos recorren las líneas, las saltan, las cruzan y buscan la corporeidad a través del relieve sugerido por la superposición de colores. Porque son esos elementos, los básicos, las líneas y los colores, de los que Joaquín Escuder echa mano para construir todo un discurso estético que no se cierra en sí mismo.

Joaquín Escuder es licenciado en Bellas Artes por la Universidad de Barcelona y doctorado en Bellas Artes por la Politécnica de Valencia. Ha sido profesor en la Universidad Internacional de Cataluña y Murcia, y actualmente da clases de Bellas Artes en el campus turolense de la Universidad de Zaragoza. Tiene un amplio currículo de exposiciones individuales y colectivas por todo el territorio nacional y en Utrecht, Venecia, París o Tokio. Casi desde sus inicios Escuder ha trabajado diferentes tipos de abstracción, basados habitualmente en las formas elementales que simbolizan los procesos de pensamiento:?diagramas, ideogramas, signos o composiciones rítmicas basadas en el punto o la línea.

Su trabajo aparece bien retratado en el documental Joaquín Escuder. Todo son rayas, dirigido por Jean Marc Chouvel, en el que se muestra el proceso de creación de una parte de la obra del alcañizano.

Autor: Miguel Ángel Artigas Gracia Teruel