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“Hay mucha gente que vive sola en los pueblos, pero hay que salir a conocer a otros”

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Alejandra, en la última fiesta de la villa de Alcorisa, vestida de época.

Todo en esta madrileña afincada en Alcorisa por amor es una explosión de energía, sobre todo ahora que está inmersa en su último evento social, el primer encuentro de solteros y solteras del Bajo Aragón que tendrá lugar en Mas de las Matas el uno de octubre.

Todo en esta madrileña afincada en Alcorisa por amor es una explosión de energía, sobre todo ahora que está inmersa en su último evento social, el primer encuentro de solteros y solteras del Bajo Aragón que tendrá lugar en Mas de las Matas el uno de octubre. Es de buena conversación, porque le gusta estar acompañada, y es buena gente. Eso se ve en sus ojos, pero se nota enseguida cuando se está un rato con ella, mientras cuenta las razones que le han llevado a preparar una fiesta para que los solteros, divorciados o personas solas del medio rural salgan en busca de ese amor que les está esperando.

-Por amor una hace locuras como dejar Madrid y afincarse en Alcorisa.

-Sí, yo trabajaba en dos empresas y conocí a mi marido, que es transportista, por teléfono.?Me hizo gracia su acento y su desparpajo y finalmente me atreví a pedirle una cita.

-¿Y donde fue el flechazo?

-Quedamos en Alcorcón, un pueblo a 16 kilómetros de Madrid en cuyo Ayuntamiento estuve trabajando. Quedamos en un sitio donde hay un camión que echa agua, y la verdad es que cuando le ví por primera vez me di cuenta de que era el hombre de mi vida. No sé si fue su cara o su expresión, o el hecho de que estaba muerto de miedo por venir a la capital. Fue un flechazo.

-En fin, como "first dates" pero sin cámaras de por medio.

-Más o menos (risas).

-¿Y desde entonces al momento de decidirse a dejar Madrid cuánto pasó?

-Estuvimos viéndonos durante cinco años más hasta que nos casamos hace dos. Cuando mi empresa hizo un ERE me vine a vivir aquí.

-El amor no la deja a usted en paz, porque es la coordinadora del primer encuentro de solteros del Bajo Aragón que se prepara en Mas de las Matas.

-Sí, pensé que era una buena idea, porque me he movido por muchos pueblos del Bajo Aragón y he visto que hay mucha gente joven sola, algunos porque no salen del ámbito rural y ni se plantean que puede llegar el amor en algún momento. Por eso, a todos aquellos que piensan que no van a encontrar al amor de su vida porque siempre están rodeados de tractores, de cosechadoras, de vacas, de cabras o de minas de carbón les diría que el amor siempre está ahí, en el aire, y que puede llegar en cualquier momento.

-Nos anotamos el 1 de octubre en la agenda, ¿entonces?

-Sí, a partir de las seis y media de la tarde. Pondremos autobuses para que la gente no tenga que coger el coche. Y será una diversión sana, es decir, que los que piensen que esto es para echar una canita al aire, que se olviden, esto es para que alguien intente encontrar a su media naranja o al menos a un grupo de amigos para salir y compartir aficiones. El mundo no se termina por que uno esté divorciado, sino que la vida sigue, y si tu tienes cinco hijos y yo cuatro, pues entre los dos tendremos nueve. Un equipo de fútbol. ¿Me entiendes? Esa es la filosofía de este evento: propiciar el encuentro.

-¿Cómo se le ocurrió?

-(Mi cuñado me va a matar). Es una persona encantadora, guapo, el típico hombre rural. A mí me apetecía tener una cuñada con la que charlar de nuestras cosas, así que se me ocurrió organizar un encuentro social de solteros. Mi cuñado fue uno de los motivos que me movió a hacerlo.

-Está en plenos preparativos, entonces. ¿Ya sabe cuánta gente irá, de donde...?

-Estos días me estoy dando cuenta de que hay gente muy maja que quiere conocer a otras personas, pero personas que tengan la cabeza bien amueblada. Y se está apuntando gente de 35 y 38 años de media hasta los 52. En la Finca El Tajar, que es donde lo organizamos, podrían entrar hasta 400 personas, pero vamos a poner un cupo de unas 120, porque queremos que de aquí salgan parejas y que haya otro encuentro el año que viene y los siguientes. Además, vamos a hacer que haya un número similar de chicos que de chicas. El objetivo es que la gente se mire cara a cara y que se conozca, no que la fiesta sea un pupurrí. Y de paso animo a las chicas a inscribirse, que se me están apuntando poco a poco, aunque cuando lo hacen se registran de ocho en ocho o de diez en diez.

-¿Quiénes se animan más, los chicos o las chicas?

-Los chicos son más atrevidos. Hay personas que porque son viudos o viudas no se atreven, y quién no ha tenido un problema en la vida.A mí, por ejemplo, se me quemó la casa familiar, y ardió toda nuestra identidad y nuestro pasado, y ahí seguimos y aquí estoy. Hay que seguir adelante, y no tenemos que encerrarnos en casa a llorar las penas, sino salir adelante. Yo aquí estoy, y he salido.

-A usted, que es periodista, esto de hablar con la gente le va, ¿verdad?

-La verdad es que me gusta hablar con la gente. A veces llego a casa y hasta me noto mareada de oirme, porque me paso el día charlando con unos y otros explicándoles lo que hemos montado para el día uno de octubre.

-La veo a usted capaz de vender agua en el desierto.

-Sí, quizá... me gusta mucho. Pero no se trata solo de vender. Yo creo en el proyecto y en las posibilidades de la finca, aunque me gustaría que ese espacio se convirtiera en el futuro en lugar de encuentro para actividades profesionales y culturales de diverso tipo. Ya que yo he venido aquí por amor, me gustaría que la gente se conociera en nuestro encuentro de solteros, porque hay muchas personas que viven solos en los pueblos, chicos y chicas, que no conocen a otros de otros pueblos y han de salir a conocer a gente. Todos tenemos algo que le puede gustar a los demás.

Autor:Maribel Sancho Timoneda