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Fuentespalda custodia 152 pergaminos históricos que se salvaron de guerras y hogueras

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La alcaldesa muestra uno de los documentos

Bajo llave y cuidadosamente ordenados y clasificados tras haber sido restaurados por manos profesionales. Así se guardan ahora los 152 pergaminos de Fuentespalda, una colección de documentos históricos de gran importancia para conocer como era la sociedad local y de la comarca del Matarraña entre los siglos XIII al XVII y cómo cambiaron las relaciones, transacciones y la actividad oficial con el paso de los siglos

Bajo llave y cuidadosamente ordenados y clasificados tras haber sido restaurados por manos profesionales. Así se guardan ahora los 152 pergaminos de Fuentespalda, una colección de documentos históricos de gran importancia para conocer como era la sociedad local y de la comarca del Matarraña entre los siglos XIII al XVII y cómo cambiaron las relaciones, transacciones y la actividad oficial con el paso de los siglos. Esta colección es relevante desde el punto de vista sociolingüístico, pues si los más antiguos están redactados en latín, los hay, posteriores, que fueron escritos en catalán, mientras que los últimos ya aparecen en castellano. Los pergaminos estaban "amontonados y desordenados, guardados junto con los protocolos en un armario que posiblemente estuvo siglos sin abrirse; había otros tirados en el altillo y en un cuarto del Ayuntamiento", relató Antonio Albesa, secretario municipal. El archivo de Fuentespalda es el fondo municipal de tipo histórico y administrativo más importante en volumen y antigüedad de la comarca. Es también el más completo de los que han sobrevivido a los avatares y destrucción que dejaron las diversas guerras. Según la archivera Alexandra Maicas, "en el Matarraña se puede considerar el archivo público más completo y mejor conservado hasta la actualidad y, en consecuencia, resulta un patrimonio cultural importante en la historia local y de Aragón". El proceso de organización, catalogación y restauración de los pergaminos se ejecutó hace ya una década. Previamente, hubo una organización de los fondos documentales a principios de los años ochenta en el marco del proyecto de "Ordenación, catalogación, microfilmación y publicación de los Archivos Municipales Turolenses con fondos anteriores a 1700", dirigido por Javier Aguirre González. Después,  en 1987 se llevó a cabo su ordenación y catalogación en fichas bajo la coordinación de Pilar Gay, dentro de los programas de empleo suscritos entre el Instituto Nacional de Empleo y la Diputación General de Aragón. El trabajo más reciente se ejecutó en tres fases, entre 2005 y 2007, y corrió a cargo de la archivera Alexandra Maicas y de la restauradora Gema Perales. Ambas intervinieron en 2005 en 82 documentos y posteriormente en otros 70 pergaminos más. El proyecto se denominó "Restauración e Informatización del Archivo Histórico de Fuentespalda" y se puso en marcha mediante un convenio con el Inaem que luego se amplió hasta 2007. Muy completo Maicas hizo hincapié en la importancia de la colección del Ayuntamiento de Fuentespalda, pues la localidad "custodia varios fondos documentales, de tipo municipal, judicial, notarial y documentación de particulares" que abarcan "desde siglo XIII hasta la actualidad". Pero entre todos ellos, "destaca la colección de pergaminos", en los cuales queda recogida valiosa información sobre la sociedad medieval. "La mayor parte de ellos son referentes a donaciones, aprovechamientos de aguas, capitulaciones, censos, concordias, defensa de fronteras, vasallaje, albaranes, libros de actas, capellanías, capitulaciones y acequias", detalló la archivera. El soporte de los pergaminos es de piel de animal caprina y vacuna. El más antiguo de ellos es de 1232: la carta de donación del término de Fuentespalda.   En palabras de la especialista, se trata de "una colección singular que recoge la historia social y económica de la zona entre los siglos XIII al XVII" y que incluso "permite la investigación de las lenguas de la zona (catalán, latín y castellano)". Además puntualizó que la cantidad exacta de pergaminos restaurados es 152, "a pesar de que en la obra  Catálogo de Archivos Municipales Turolenses (II) se citan 148 documentos". Por otra parte, aún quedan más: "han sido localizados más ejemplares reutilizados como encuadernaciones de libros y documentos" en la casa consistorial. Restauración Pese al tiempo transcurrid y a los factores externos naturales y condiciones en las que habían permanecido durante siglos, o, su estado de conservación era óptimo. Además, no se habían visto afectados por la hoguera en ninguna de las guerras carlistas y tampoco en la guerra civil de 1936. Según detalla la restauradora Gema Perales, esta documentación había sido afectada por deshidratación, suciedad, falta de soporte, así como desgarros o cortes. Según Perales las "alternaciones principales obedecían a altas por la acción de roedores y de insectos bibliófagos". La humedad había provocado "infecciones de microorganismos" y "como se habían almacenado doblados, los documentos sufrían fatiga en la zona de los dobletes, agrietamientos y pequeñas pérdidas"., comentó. El tratamiento que la restauradora aplicó "estuvo encaminado a retirar elementos de deterioro, efectuar una limpieza mecánica y estabilización del soporte, puesto que el pergamino estaba deshidratado y hubo que consolidarlo e hidratarlo". Asimismo, se reintegraron las faltas con pergamino estabilizado y se fabricó un soporte para cada uno. El Ayuntamiento adquirió además un armario llanero de madera para su conservación. Perales califica el archivo como "valioso". No en vano, "en la zona la mayoría habían sido destruidos durante la guerra". Además, destacó que "hay varios de los documentos que son muy interesantes desde el punto de vista lingüístico, puesto que los más antiguos están escritos en latín, pero también aparecen otros redactados en catalán, mientras que el castellano predomina en los más recientes". Los tres proyectos de restauración consecutivos que se llevaron a cabo también permitieron actuar sobre el archivo de "Escribanías y protocolos notariales". Allí se encontraron pergaminos que habían sido utilizados para forrar los libros de protocolos. "Extrajimos 30 encuadernaciones de pergamino e hicimos una réplica de la encuadernación auténtica, reproduciendo el mismo tipo de costura y tapa", detalló Perales. Según la restauradora, el trabajo "está inacabado, porque todavía quedan" muchas encuadernaciones de protocolos hechas con pergamino. Quién sabe qué tipo de información desvelarán si algún día continúa el trabajo y se recuperan del olvido. El archivo documental está abierto a la consulta, pero con limitaciones Los documentos están disponibles para la consulta, pero hay que solicitar cita previa, puntualizó la alcaldesa, Carmen Agud, que califica esta colección como "una joya" de la que "nos sentimos orgullosos en el pueblo". Se guarda en la casa consistorial protegida bajo llave y alarma de seguridad. El Ayuntamiento tiene limitado el acceso al fondo documental. "No está disponible para que lo vea el público en general, pero sí se permite la consulta a estudiosos o expertos que estén interesados en conocer y estudiar los documentos. Previa concertación de cita, se les autoriza la visita y si otras personas tienen interés también estamos dispuestos a enseñarlos", comentó Agud. Han sido varios investigadores universitarios los que ya han analizado esta colección que ahora se guarda bajo llave y correctamente archivada y protegida. "Les hemos abierto las puertas hasta ahora y lo seguiremos haciendo, porque nos interesa dar a conocer el patrimonio que tenemos", señaló la regidora.  

Autor:Maribel S.Timoneda