Desde ayer y hasta el próximo 5 de febrero la Fonda del Tozal ofrece la exposición fotográfica Tiempo de Berrea, obra del fotógrafo turolense Juan Carlos Reixach. La muestra está compuesta por una selección de 17 fotografías de las más de 4.000 que tomó durante el pasado mes de otoño Reixach, durante un viaje a Dinamarca, uno de los paraísos para observar y fotografías a los ciervos durante el periodo de berrea o celo.
La selección muestra algunos de los mejores ejemplares de ciervo que Reixach pudo capturar en el parque Dyrehave, en Klampenborg, algunos de ellos en momentos muy significativos como una cópula o el amamantamiento de un cervatillo por su madre.
Las tomas se realizaron sin hide, una especie de refugio que suelen utilizar los fotógrafos de naturaleza para camuflarse y no asustar a los animales. "Íbamos prácticamente a rececho", explica el fotógrafo turolense, "ya que es un parque enorme donde no se puede cazar y es fácil ver los ciervos durante la berrea, entre septiembre y octubre".
Juan Carlos Reixach utiliza habitualmente dos cuerpos de cámara Canon, una EOS 5D Mark3 y una EOS 7D, un teleobjetivo 150-600 mm y un gran angular 24-105 mm, aunque también tiró algunas fotografías con un 300 mm f2.8, que le cedió un compañero de la Asociación Española de Fotógrafos de Naturaleza (AEFONA) y de la Asociación Aragonesa de Fotógrafos de Naturaleza (ASAFONA) que viajaron con Reixach a Dinamarca.
Además de pertenecer a la Sociedad Fotográfica Turolense, que organiza la exposición que puede verse durante todo el mes en la Fonda del Tozal, Juan Carlos Reixach forma parte de esas dos asociaciones, porque el turolense se considera fundamentalmente un fotógrafo de naturaleza. "Me gustan otras especialidades de la fotografía, pero básicamente todo lo que hago tiene que ver con la naturaleza", admite.
Las imágenes expuestas en Tiempo de berrea fueron tomadas durante un viaje de cuatro días, en sesiones de 7.00 a 20.00 horas, mientras duraba la luz diurna. Para un lego la fotografía de naturaleza puede parecer aburrida e incluso exasperante, pues para obtener buenos resultados no solo hace falta armarse de paciencia y saber esperar, sino que es necesario conocer bien los hábitos de cada especie, intuir sus movimientos y reacciones y saber dónde y cómo hay que buscarlos para que la fotografía no sea una simple cuestión de azar. "Hay que tener mucha paciencia, es verdad, pero si alguien te dice que la fotografía de naturaleza es aburrida no te lo creas", asegura. "Lo que pasa es que tiene que gustarte estar ahí. Y cuando un día consigues llevarte unas buenas fotografías la satisfacción es tremenda. Esto es como todo en la vida, hay que echarle tesón, constancia y esfuerzo".
Reixach, que empezó sobre todo con paisaje y durante los dos últimos años se ha ido decantando por la fauna, sostiene que lo más atractivo de la fotografía de naturaleza es que "te obliga a estar en ella". Uno nunca sabe si el monte le acaba llevando a la fotografía o es ésta la que despierta la afición por aquel. En el caso de Reixach, "creo que fueron dos aficiones que crecieron de forma simultanea".
Además de practicar el hide, donde se pone a prueba la paciencia y el oficio de cualquier fotógrafo, y el "rececho", como Reixach la define, el turolense suele cultivar la alta velocidad, que le ha permitido capturar pequeños mamíferos y aves en poses espectaculares y el macro extremo. Una muestra de esto último pudo disfrutarse durante el Teruel Punto Photo de 2014, en alguna de las exposiciones callejeras que se instalaron en diversos puntos de la capital.
Juan Carlos Reixach practica la fotografía desde hace unos 30 años, cuando con 18 se compró su primera Praktica con un 50 mm y un 70-210 mm que encendieron su pasión por la imagen fija.
"Nunca he pensado en dedicarme a esto porque es casi imposible, pero para mí la fotografía es más que una simple afición", reconoce. Reixach se ha quedado a las puertas de estar entre los seleccionados de alguno de los concursos internacionales más prestigiosos, como el Mamphoto, y actualmente está compitiendo en el Asférico de Italia y podría hacerlo en la próxima edición del Glanzlicher alemán.
Entre los planes a medio plazo de Juan Carlos Reixach está regresar al parque danés de Dyrehave, declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco, el próximo otoño. Ese ha sido el primer viaje fotográfico internacional del turolense, que sin embargo sí que ha recorrido buena parte de la geografía española para observar y mostrar su fauna y su flora a través del objetivo.
De todos los rincones que ha visitado, Reixach se queda por su belleza con Andalucía y con Extremadura. "En particular Extremadura", subraya, "está muy bien preparada para los aficionados a la fotografía de naturaleza, con abundantes puestos de observación e instalaciones para practicarla. En realidad toda España está montando hides y explotando la fotografía de naturaleza, excepto Teruel", añade.
Autor:Miguel Ángel Artigas Gracia Teruel