La celebración de las festividades de invierno se caracteriza por realizarse en torno a una hoguera, con todo de renovación y renacer que conlleva el fuego y lo que se prende en él.
Así lo hicieron este fin de semana las localidades de las Cuencas Mineras de Castel de Cabra y Escucha, quienes comenzaron con sus actos festivos en honor de San Blas el viernes, alargándose hasta el domingo en esta última.
Las celebraciones en honor de San Blas son muy populares en España, más de cincuenta poblaciones eligen a este santo como fecha señalada en su agenda festiva.
Entre estas poblaciones hay dos en la Comarca de las Cuencas Mineras: Escucha y Castel de Cabra.
En Castel de Cabra comenzaron los actos festivos el viernes con una discomóvil para los más jóvenes y fue el sábado cuando todo el pueblo se reunió alrededor de la hoguera para asar los productos de la matanza y degustar sabrosos bocados. Terminaron la jornada festiva bailando acompañados por la orquesta en la nave de fiestas, y como coincidió con Carnaval hubo sorpresa para el que acudió a bailar disfrazado.
En Escucha, como marca la tradición, la hoguera la prendieron el viernes por la tarde con un bonito juego pirotécnico que iluminó la fría noche, manteniéndola encendida hasta el sábado, donde todos los vecinos se congregan al caer la tarde para compartir cena y conversación al calor de la lumbre.
Actos religiosos
El domingo fue el turno de los actos más religiosos y todos los fieles fueron hasta la parroquia a oír la preceptiva misa en honor del Santo para terminar con la bendición de los bizcochos y dulces llevados hasta allí para compartir con los feligreses. Al terminar la celebración religiosa, tomaron la peana con la imagen de San Blas cuatro mujeres de la localidad y fueron todos en procesión por las calles de la localidad acompañados por los sones de la banda local Salvador Salvador. Terminaron de nuevo en la iglesia para degustar los productos bendecidos y que, según cuenta la tradición protegen de las afecciones de garganta, ya que al santo se le atribuye la salvación de la vida de un niño que se ahogaba al quedarse alojada en su garganta una espina de pescado. Por eso es considerado como el patrono de los otorrinolaringólogos y de los enfermos de garganta.
Autor:Sara Falo / Montalbán