La Asociación para la conservación del Patrimonio Minero de Escucha, dentro de su amplio programa estival, retomó de nuevo la actividad, así la mañana del sábado preparó una subida a San Just para ver de primera mano los vestigios que quedan de las trincheras y nidos de ametralladoras construidos durante la guerra civil entre Valdeconejos y el repetidor de San Just, un paraje en el que se pueden apreciar los kilómetros que se excavaron en este estratégico enclave.
El grupo de vecinos desplazado hasta allí recogió restos de historia en forma de latas, con fecha de 1937 e inscripciones en francés, casquillos de balas o trozos de alambrada, material que fue expuesto por la tarde en la sede de la asociación. Tal y como comentó su presidente, Juan José Martínez, tienen previsto poner en valor este patrimonio por eso quieren comenzar a tramitar los permisos necesarios para poder hacer talleres de recuperación de este espacio de la historia
Para la tarde tenían previsto un acto más íntimo, un homenaje a uno de sus vecinos, Wenceslao Aranda que falleció hace 75 años en el campo de concentración de Gusen, en el holocausto nazi.
Tras la presentación del acto por parte de Agustín Sanz, secretario de ACCPAME, acompañado en esta ocasión por Francisco Sánchez, presidente de la Asociación Pozos de Caudé, comenzó la proyección del documental de Mirella R. Abrisqueta Aragoneses en el infierno de los campos de concentración. En este documental se recogen desgarradores testimonios de supervivientes aragoneses de los campos nazis durante la Segunda Guerra Mundial, de las atrocidades que allí se cometieron durante los cuatro años en los que estos aragoneses estuvieron prisioneros y en los que murieron 850 de ellos
Francisco Sánchez comenzó tras la proyección un interesante coloquio con los vecinos y visitantes que se habían acercado hasta la sala, explicando cómo se trabaja desde su asociación para completar el mapa de fosas de Teruel, tarea cada vez más difícil porque los principales informadores, los abuelos, se "están muriendo". También contó experiencias sobre las últimas excavaciones de fosas comunes y la necesidad de hacer un merecido reconocimiento a las mujeres que fueron fusiladas en la guerra civil y han sido las grandes olvidadas, ya que se han solido omitir estos asesinatos y en algunas de las excavaciones aparecen también cadáveres de mujeres, normalmente asesinadas como represalia por la huida de algún familiar que buscaban
Para concluir esta jornada, la asociación para recuperación del patrimonio minero quiso entregar a Pilar, sobrina de Wenceslao Aranda, una placa conmemorativa del homenaje y un ramo de flores como solidaridad con el dolor de la familia. Numerosos vecinos quisieron acompañar a Pilar en este emotivo momento, quien recordó emocionada comentarios de su padre acerca de lo que pasó Wenceslao en el campo de Gusen. Por su parte dos jóvenes de la Banda municipal quisieron rendir su especial homenaje interpretando al clarinete el tema central de la película de Spielberg La lista de Schindler
Autor:Sara Falo Escucha