La construcción de una casa de acogida y capacitación para mujeres maltratadas en el estado de Maharashtra, en India, es el proyecto de Manos Unidas que se sufragará este año, en parte, con cargo a las aportaciones recogidas en los arciprestazgos de Alcañiz, Caspe y Valderrobres y a la recaudación del Rastrillo de Alcañiz. Operativo durante ocho semanas, desde octubre a diciembre, el Rastrillo de Manos Unidas que hace 25 años pusieron en marcha dos decenas de voluntarias en colaboración con la parroquia, ha estado abierto en las antiguas cocheras de Abasa todos los domingos y festivos de octubre y noviembre. Su resultado ha sido una recaudación que supera los 10.000 euros, que ahora servirán para sufragar la construcción de una casa de acogida para mujeres maltratadas de India, un país donde la mujer que sufre violencia por parte de su marido se ve obligada a soportar los malos tratos y aguantar. El centro ofrecerá techo a las víctimas de esta violencia y a sus hijos y también asesoramiento psicológico y formación. El proyecto estará gestionado por la congregación del Císter, una orden que "lleva más de 40 años trabajando en proyectos de desarrollo para los pueblos y que tiene una amplia experiencia en ayudas sociales", explicó Alicia Justes, una de las voluntarias y fundadoras del Rastrillo de Alcañiz. Con éste serán 25 proyectos de ayuda a países en vías de desarrollo que se han apoyado desde este grupo de voluntarias, que ahora ven felices cómo su arduo trabajo de todo el año se ha saldado con una buena recaudación para un fin justo. Como comentaba Justes, los más de 10.000 euros recogidos en "ocho domingos" son fruto de "muchísimas ventas". Y es que la mayor parte de los artículos que se venden en este mercadillo están tasados a precios "muy asequibles, de 10, 20 o 30 euros", lo que facilita que "la gente se anime enseguida para colaborar y comprar alguna cosa todos los domingos". Por otra parte, la función de este Rastrillo solidario es doble y tiene sus efectos también en el territorio, porque los precios a los que se venden los artículos de segunda mano "permiten que muchas familias con escasos recursos puedan comprarse un comedor o una habitación completa con muy poco dinero", valoró Justes. Este año, las voluntarias abrieron también durante el puente de la Constitución. Ese fin de semana se recaudaron 1.100 euros que "hemos decidido destinar a Caritas, para ayudar también un poco a la gente de la zona que está necesitada", explicó la voluntaria. Una vez hecho balance y terminada la edición de 2016 las voluntarias están "muy satisfechas" con lo que se ha conseguido, según Justes. "Ya estamos recibiendo cositas para la edición del año que viene, pero necesitamos más colaboración por parte de personas jóvenes, para que se pongan al frente del Rastrillo, que nosotras nos hacemos mayores", reclamó.
Autor:Maribel S.Timoneda