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El Parador de Alcañiz recibe la cuarta estrella como recompensa por su calidad

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Parador de Alcañiz, ubicado en el cerro de Pui Pinos, donde se encuentra el antiguo castillo y el palacio del Infante Dos Felipe El Parador de Alcañiz obtendrá mañana su cuarta estrella. Se trata de un nuevo hito en la historia de este establecimiento hotelero situado en la cúspide del cerro de Pui Pinos, en un emplazamiento que durante varios siglos fue un antiguo castillo convento de la orden de Calatrava. El Parador de Alcañiz obtendrá mañana su cuarta estrella. Se trata de un nuevo hito en la historia de este establecimiento hotelero situado en la cúspide del cerro de Pui Pinos, en un emplazamiento que durante varios siglos fue un antiguo castillo convento de la orden de Calatrava. Inaugurado en 1968 como Parador de Turismo, cuenta con 37 habitaciones dobles desde que en el año 2002 Turespaña acometiera una ampliación valorada en 4,8 millones de euros. Aquella inversión permitió triplicar su capacidad hotelera, mediante la construcción de un nuevo edificio y mejorar sus servicios con la adecuación de un nuevo salón multiusos, entre otros espacios. El Parador de Alcañiz domina desde el cerro de Pui Pinos las vistas sobre la ciudad y el valle del río Guadalope. Forma parte de un conjunto histórico-artístico que está integrado por el antiguo castillo-residencia de la orden de Calatrava -constituido a partir del siglo XII- y el Palacio de los Comendadores, también conocido como Palacio del Infante Don Felipe, que ocupa el ala sur del complejo y que es fruto de una importante reforma barroca llevada a cabo a mediados del siglo XVIII. El primero comenzó a construirse a modo de fortaleza cuando el territorio era todavía zona de frontera entre el mundo islámico y el cristiano. El segundo es un edificio de tres plantas construido siguiendo la tradición del palacio aragonés del tardorenacimiento y flanqueado por dos torres. Es ahí donde se encuentran la mayor parte de las instalaciones del Parador alcañizano. El conjunto tiene muchos atractivos. Entre los restos de mayor antigüedad siglos XII y XIV- se encuentran la capilla románica dedicada a Santa María Magdalena, que conserva el sepulcro de Juan de Lanuza, virrey de Aragón y comendador mayor de Alcañiz, obra esculpida por Damián Forment en 1537. Asimismo, también encontramos dentro un claustro protogótico, la torre del Homenaje gótica y la torre de Lanuza, reformada en el siglo XVI. La historia del conjunto histórico-artístico está llena de avatares. Conoció diversas reformas y añadidos entre los siglos XII y XIV, momento en el que terminó su construcción como castillo-convento de aquellos monjes guerreros que durante la Edad Media dominaron las villas del Bajo Aragón histórico. Las reformas continuaron hasta el siglo XVIII, mientras que a partir del siglo XIX, momento en el que fue utilizado con fines militares, se inició un proceso de decadencia. Desamortizado en 1856, pasó a manos del Estado y en concreto al ministerio de la Guerra (lo que hoy sería el ministerio de Defensa). El atrio y la iglesia fueron utilizados como almacén y polvorín; en sus edificios se ubicó incluso una cárcel militar y sobre la torre del homenaje se superpuso una construcción de ladrillo que albergó las oficinas del telégrafo óptico. Estado de ruina El estado del edificio llegó a ser tan ruinoso a principios del siglo XX que el ministerio de la Guerra se planteó su demolición, tesis también defendida entonces por el propio Ayuntamiento de Alcañiz. Pero cambiarían mucho las cosas en 1925, durante la dictadura de Primo de Rivera, pues la antigua fortaleza medieval fue declarada "monumento arquitectónico-artístico" por parte del Gobierno. Finalmente, el Castillo se salvaría para siempre del abandono a partir de 1968, momento en el que el antiguo Palacio de Don Felipe, el refectorio y la sala capitular fueron adecuados como Parador de Turismo. Su inauguración en julio de aquel año supondría una nueva etapa para este edificio que ha ido restaurándose con el paso de los años hasta que el Gobierno de Aragón lo declaró Bien de Interés Cultural en el año 2006. ERTE de cuatro años El Parador funcionó con 12 habitaciones hasta su ampliación en el año 2002, cuando triplicaría su capacidad y ampliaría sus servicios. Eran los momentos dulces de un establecimiento que en los últimos años también ha vivido días amargos como consecuencia del Expediente de Regulación Temporal de Empleo (ERTE) efectuado en toda la red de paradores de España para reducir costes laborales. Otra de las medidas de ajuste llevadas a cabo ha consistido en el cierre durante 40 días (entre enero y febrero) de las instalaciones, situación que según el nuevo director del Parador, Alberto Hernández, "ha pasado a la historia" y no se repetirá en 2017. Dejados atrás los momentos más agrios de sus 48 años de historia, el Parador de Alcañiz recibe ahora su recompensa por el trabajo realizado. La Torre del Homenaje, una obra gótica del siglo XIV Dentro del conjunto, mención aparte merece la Torre del Homenaje del castillo, una obra gótica construida en el siglo XIV. Según la historiadora del arte Teresa Thomson, las plantas de esta torre se cubren por alfarjes separados por arcos diafragmas apuntados, un sistema de cubrición que fue muy utilizado en el gótico levantino. Cuenta Thomson que la torre tuvo en el siglo XIX diversos usos militares. En 1821 se eliminó su parte superior para colocar sobre ella elementos de artillería. Más adelante, se adosó a nivel de la primera planta una construcción para alojar la oficina de telégrafo óptico. Este añadido y el que se le superpuso como remate posteriormente fueron eliminados en la reforma de mediados de siglo XX, cuando se recuperó el conjunto del castillo. Autor: M.S.Timoneda