Al ritmo de la maza de madera que golpea Pepe Zayas, el jefe de peana, los 18 cofrades de la Hermandad de los Caballeros del Santo Sepulcro y Cristo del Amor descendieron la peana por las escaleras de la iglesia de San Andrés. Es una plataforma estrenada el año pasado y que ha permitido que sean más hermanos los que lleven este paso, el último en ser conducido a la iglesia de San Martín, para participar hoy en la procesión general. Entre ellos se encuentra David, que se estrena como peanero. “Es otra forma de vivir la Semana Santa”, aseguró.
Delante, la banda de tambores y bombos, formada por 45 integrantes y dirigida por José Julio Torres bajó por la calle San Andrés precediendo a su paso. Muchos de ellos son niños y hay muchas chicas jóvenes, cada vez más, contó Torres, que participan activamente en las procesiones y que aportan novedades, como la de mañana, cuando un grupo de timbales acompañen al Cristo yacente, el otro paso de la Hermandad, llevado por 34 peaneros, la mayoría mujeres, y escoltado por la Guardia Civil.
El público esperaba la procesión a lo largo del recorrido. Muchos de ellos turistas, interesados por saber cuál era el trayecto y si iba a haber más procesiones durante la noche.
Ya en la plaza del Torico comenzó el Via Crucis, que por primera vez presidió el nuevo obispo de la Diócesis de Teruel y Albarracín, Antonio Gómez Cantero.
Las estaciones del Via Crucis se desarrollaron alrededor de la plaza del Torico. Una vez finalizado, la procesión continuó por la calle de los Amantes hasta la iglesia de San Martín, donde hoy el Cristo del Amor se incorporará al paso con el resto de figuras:?San Juan, la Virgen María y María Magadalena, para cerrar la procesión general.
Estas figuras así como el Cristo yacente, que mañana procesionará, permanecen durante todo el año en la iglesia de San Andrés.
Por otra parte, a medianoche de ayer se desarrolló la Procesión del Silencio de la Hermandad de Jesús Nazareno por las calles más estrechas del Centro Histórico.