Julián Casanova quedó entusiasmado con el homenaje que le brindó su pueblo mediante la confección de un cabezudo a su imagen y semejanza.
Le dijeron que marcara en rojo el 6 de mayo porque iba a ser padrino del primer cabezudo de Valdealgorfa; lo que no esperaba es que estuviera hecho a su imagen y semejanza. El afamado historiador local Julián Casanova forma parte ya del patrimonio de la fiesta popular de su pueblo, de la que se confiesa admirador y firme defensor.
“Le habíamos dicho que tenía que apadrinar a Napoleón”, dijo Jorge Alloza, organizador del Encuentro de gigantes, dulzainas y percusión que ayer celebró una nueva edición. El acto estrella era la inauguración del nuevo cabezudo de la comparsa local. “Queríamos dedicarlo a un referente del pueblo que siempre hace propaganda de su procedencia. Le queríamos dar una sorpresa”, explicó el dulzainero.
“Me hace mucha ilusión”, confesó Casanova, quien aclaró que no va por ahí pregonando que es de Valdealgorfa, aunque sí es verdad que cada vez que cita una obra suya aparece su fecha de nacimiento (1956) y su origen.
“En realidad nunca he dejado de estar en Valdealgorfa. Estuve desde pequeño y he seguido estando. He visto crecer a la gente, y me encanta que tantos gigantes y cabezudos estén hoy aquí”, dijo tras conocer a su imitación, cuyo portador subió al escenario del pabellón con un ejemplar de La Venganza de los siervos, un ensayo del catedrático de Historia sobre las revoluciones en Rusia de 1917 que el autor presentó por la mañana en el salón Don Diego.
“Me interesa mucho la fiesta popular y los cabezudos en particular; es una de las cosas que mejor han consolidado las tradiciones que pasan de generación en generación”, aseguró Casanova, quien aseguró que ha enseñado a su hijo “muchísimos cuentos e historias a través de los cabezudos”, por lo que deseó que, con el paso del tiempo, los vecinos puedan educar a sus hijos a través del cartón piedra. “Que les puedan decir que era un historiador que nació aquí y que dio la vuelta por las mejores universidades del mundo”, dijo.
Casanova es catedrático de Historia Contemporánea en la Universidad de Zaragoza. Es autor, entre otros trabajos, de Anarquismo y revolución en la sociedad rural aragonesa, 1936-1938), La historia social y los historiadores (1991), De la calle al frente. El anarcosindicalismo en España, 1931-1939 (1997), La Iglesia de Franco (2001), República y guerra civil (2007) e Historia de España en el siglo XX, y Breve historia de España en el siglo XX con Carlos Gil Andrés (2009 y 2012).
Sus últimos libros son Europa contra Europa, 1914-1945 (2011) y A Short History of the Spanish Civil War (2014). Casanova ha sido profesor visitante en prestigiosas universidades británicas, estadounidenses y latinoamericanas y es miembro del consejo de redacción de varias revistas científicas (entre ellas, Historia Social, Cuadernos de Historia de España –Buenos Aires- y The Internacional Journal of Iberian Studies).
Colaborador habitual de la páginas de opinión de El País, en el año 2006 seleccionó y presentó para TVE ocho programas de documentales rodados y realizados durante la guerra civil española con el título La guerra filmada (editado por Filmoteca Española, Ministerio de Cultura, 2009).
Más de 300 participantes
La emoción de Casanova por la puesta de largo de su cabezudo sirvió de preludio a la fiesta, que comenzó pasadas las seis de la tarde con un pasacalles con gigantes, dulzainas y percusión en el que participaron alrededor de 20 grupos procedentes de Valdealgorfa, Híjar, Mas de las Matas, Mazaleón, Torrevelilla, Zuera, Quinto de Ebro (Zaragoza), Fraga (Huesca), Bràfim, Masllorenç, Reus, San Carles de la Ràpita, Tortosa (Tarragona), además de grupos de Zaragoza capital.
En total, participaron más de 300 asistentes que aportaron unos 25 gigantes y una decena de cabezudos. La fiesta siguió con baile de gigantes, cena popular, actuaciones de Dulzaineros del Bajo Aragón y Gf de Versiones y discomóvil.