trufas
El Consejo de Gobierno ha aprobado un gasto plurianual de 8 millones de euros al Departamento de Desarrollo Rural y Sostenibilidad, con el objeto de la puesta en funcionamiento del riego de 850 hectáreas para producción de trufas en Sarrión. Se trata de una iniciativa que nació hace 16 años y que supondrá garantizar la producción de Tuber melanosporum incluso en los años de sequía.
El regadío social de Sarrión, declarado de interés general por la Ley 62/2003 de 30 de diciembre, cumple con los requisitos del Programa de Desarrollo Rural de Aragón 2014-2020 para ser subvencionado a través de la medida de Creación de Regadíos.
El presupuesto de la obra asciende a la cantidad de 16, 4 millones de euros, según el presupuesto inicial presentado. De acuerdo con los criterios del Programa de Desarrollo Rural de Aragón 2014-2020 le corresponde una subvención de 8 millones euros que se distribuirán entre este año y 2021. En este ejercicio 2017 la subvención será de 100.000 euros mientras que en 2018, 2019 y 2020 se elevará a 2 millones de euros por año. El montante correspondiente a 2021 será de 1,9 millones.
La aprobación por parte del Consejo de Gobierno es el punto de inicio para la tramitación administrativa de la subvención, según explicaron fuentes del servicio provincial de Desarrollo Rural. El siguiente paso será la firma de un convenio con la Comunidad de Regantes de Sarrión, un documento del que ambas partes ya tienen un borrador en su poder desde hace tiempo para su estudio. Además, la Dirección General de Servicios Jurídicos debe llevar a cabo un informe justificando el interés público de esta ayuda, algo que fue declarado el 30 de diciembre de 2003. Por último, Intervención General tiene que aprobar la inversión.
El proyecto de regadío social de Sarrión tiene sus orígenes en el año 2001, cuando los truferos decidieron recabar apoyos para garantizar la producción del preciado hongo. Desde entonces los pasos han sido numerosos, el primero la concesión de agua por parte de la Confederación Hidrográfica del Júcar, que les cedió 900 metros cúbicos por hectárea.
En este tiempo se ha redactado el proyecto en dos ocasiones debido a que, a causa del numeroso tiempo transcurrido desde que se gestó la idea, algunos de los que estaban interesados en sus inicios se fueron descolgando. Estas modificaciones en el primer proyecto hicieron necesaria una segunda Evaluación de Impacto Ambiental.
Finalmente, a finales de julio de 2015 se publicó en el Boletín Oficial de Aragón la declaración de impacto ambiental del proyecto modificado y en él se incluían un total de 848,98 hectáreas distribuidas en 1.170 parcelas.
El director provincial de Desarrollo Rural y Sostenibilidad, Héctor Palatsí, calificó la aprobación de ayer de “muy buena noticia” puesto que, como apuntó aunque el Gobierno de Aragón “tenía el compromiso de subvencionar este regadío, ha sido difícil de realizar porque con la nueva legislación era complicado”.
Finalmente se hará, como especificó Palatsí, a través de los Planes de Desarrollo Rural. La distribución de la financiación es, como se recoge en la nota de prensa emitida tras el Consejo de Gobierno, de un 53% correspondiente a fondos Europeos (Feader), al Gobierno de Aragón en un 28% y a la Administración General del Estado en un 19%.
Adjudicación libre
En un principio la subvención prometida era del 75% sobre un proyecto de 16 millones que iba a ejecutar Tragsa. Ahora la ayuda del Gobierno de Aragón se eleva a 8 millones de euros independientemente de lo que cueste el proyecto, que previsiblemente será más barato porque saldrá a licitación pública y podrán presentar sus ofertas diferentes compañías. “Los regantes pueden adjudicar a la empresa que más les convenga, calculamos que se ahorrarán bastante dinero con respecto a esos 16 millones del proyecto inicial”, dijo Palatsí. Según los regantes los promotores y la Administración entregará las ayudas una vez presentadas las facturas.
Héctor Palatsí destacó la preocupación que tiene el Gobierno de Aragón por llevar a cabo este tipo de obras que redundan en el desarrollo socioeconómico del territorio. A su juicio, iniciativas como el regadío de las carrascas truferas suponen “asentar población en el territorio y beneficiar a la que ya está asentada”, dijo.
Para regar las 850 hectáreas hay tres sondeos en el término municipal de Sarrión con un caudal de elevación de 60, 80 y 90 litros. El agua se almacenará en dos balsas y se elevará y distribuirá mediante un sistema de impulsión con motobombas (uno para cada sondeo). También serán necesarias cinco estaciones de bombeo para distribuir el agua a las fincas, según se desprende de la evaluación de impacto ambiental publicada en el BOA de julio de 2015.