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El CV Teruel hace otra gesta en Los Planos y se lleva la Supercopa ante Unicaja

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volei Proféticas sonaron las estrofas de Raphael al inicio de la velada, cuando los acordes de su canción Mi Gran Noche dieron el pistoletazo de salida a la primera final de la temporada para el Club Voleibol Teruel. La Supercopa arrancaba en Los Planos en medio de las celebraciones del XXV aniversario de la entidad. Y la fiesta se consumó en forma de título. El equipo naranja logró ayer su primer trofeo del año, después de una campaña en blanco desterrando, por añadidura, los fantasmas del pasado con su bestia negra andaluza. El Teruel se proclamaba campeón de la Supercopa, un torneo que hasta la fecha se le ha dado particularmente bien. El primer punto del partido cayó del lado turolense. Como una señal de lo que se les venía encima, Ereu anotó el primero tras una recepción de Balsa. El venezolano, que se preservó en el encuentro del sábado para legar en óptimas condiciones al encuentro de ayer, fue el encargado de levantar en todo momento a los suyos y también de conjurar al pabellón de Los Planos, que anoche ofreció el aspecto de las grandes ocasiones. El primer punto cayó del lado naranja, pero la igualdad se mantuvo en el marcador. Ereu, pero también el polaco Lech se encargaron de sumar puntos para la cuenta local, con la insólita ayuda de Folguera, que se permitió anotar un bloqueo. A partir del 6-6 el CV Teruel empezó a abrir distancias gracias a ajustadísimo saque y a una recepción fuera de dudas que paró los pies a los almerienses, que venían a por el título y se encontraron con un rival que les desbordó. Primero fueron seis, luego siete y así la diferencia fue aumentando a favor de los anfitriones, que empezaron a trabajar con los centrales desesperando al bloqueo andaluz, que no era capaz de acertar por dónde le llegaban los ataques. Con 22-15, el técnico andaluz, Piero Molducci, pidió un tiempo técnico para tratar de reordenar su juego, pero fue estéril. El primer balón en juego lo bloqueo el opuesto polaco que también anotó el siguiente. Set point que apuntilló Ereu. En la segunda manga Molducci dio entrada a Parres para tratar de refrescar a Moisés, desparecido en el primero. Pero tuvo un efecto muy limitado. Con Lech y Ereu inspiradísimos y un Balsa Radunovic que ha encontrado su punto de forma, el CV Teruel parecía no tener rival. Sin embargo, el Almería iba a vender cara su piel y peleo con denuedo buscando igualar el parcial de sets. Los errores, sobre todo en el saque, de los turolenses y la presión de Szot hacían que los guarismos fueran parejos toda la manga. Mediado el set, los de Rivera habían logrado una renta de cinco puntos, pero los andaluces, acuciados por la necesidad, lograron un parcial de seis para acercar posturas. Con 23-22 Rivera pidió un tiempo técnico para frenar la sangría que sufrían los suyos. Funcionó y anotaron. 24-22, y Molducci llamaba a los suyos. De poco sirvió, y Lech que había abierto la manga, era también el encargado de cerrarla. Unicaja salto enrabietado al tercero y empezó a ajustar mucho más su saque, arriesgando más pero con acierto, poniendo en dificultades a la recepción turolense que no acertaba a levantar los servicios de los verdes, y por primera vez en todo el partido los almerienses se adelantaban en el marcador, 3-4. Una igualdad que se mantendría hasta el final del set en un intercambio de puntos más propio de un combate de boxeo. Así llegaron al 22-24, con tres balones de set para Unicaja. Bajo los gritos de "sí se puede" de los aficionados almerienses que habían viajado con su equipo, Teruel fue capaz de levantar los dos primeros, pero al tercero cayó el primer set y los fantasmas de la temporada pasada llamaron a la puerta. Un partido que parecía destinado a resolverse en tres sets, entraba ya en el cuarto. Desde el primer momento Unicaja supero a Teruel, que veía impotente cómo Rodríguez y Szot, con Moisés en el centro de la red, sometían a la defensa local. El Teruel pareció atravesar una crisis y su rendimiento cayó en picado. Los de Rivera arriesgaban en el saque, pero el balón les era esquivo. El técnico turolense dio entrada a Víctor Rodríguez por Altayó, y el joven central pudo descolocar, por lo menos por un tiempo, a sus rivales., pero la sangría de puntos seguía pasando factura a los intereses naranjas y el set terminó tiñéndose de verde. Empate a dos. Un nuevo partido a quince puntos comenzaba pasadas las dos horas de juego. Teruel y Almería se lo jugaban todo a una carta. Los de Molducci se apuntaron un parcial de cinco tantos para adelantarse 1-6 al Teruel que parecía desdibujado. Y entonces apareció Ereu. Folguera cargaba buena parte de la responsabilidad ofensiva en las manos del punta americano y del opuesto polaco. Y funcionó. El CV Teruel pudo remontar el desastre y logró igualar el marcado a doce con un error de Rodríguez, que estrelló el balón en la red. La igualdad se mantendría en unos minutos de infarto hasta que Lech, que había estado arriesgando mucho con el servicio toda la tarde, marcaba un ace apoteósico que daba al Teruel el primer título de la temporada. La explosión de júbilo se plasmó con todo el pabellón cantando "yo soy de Teruel" y "campeones" y terminó en fiesta en la plaza del Torico.