El Ayuntamiento de Teruel redujo su deuda global más de una cuarta parte -un 27,2%- a lo largo del pasado año, al pasar de los 32,7 millones de euros que debía a entidades financieras y a particulares al finalizar 2014 a 23,8 millones el pasado 31 de diciembre.
La mayor parte de esa cifra corresponde a deuda con entidades de crédito por préstamos solicitados en corporaciones anteriores para financiar inversiones en la ciudad. Por este concepto, el consistorio tenía al finalizar 2015 pagos pendientes a bancos y cajas por importe de 21,6 millones que deberá afrontar en los próximos años conforme vayan venciendo las cuotas de amortización.
La cifra se redujo un 25,5% a lo largo del pasado ejercicio, que se inició con un endeudamiento financiero ligeramente superior a los 29 millones. Durante el año recién concluido, el consistorio dedicó por tanto 7,4 millones a amortización de préstamos.
El resto de la deuda municipal engloba pagos pendientes a proveedores de bienes y servicios o a particulares y entidades por conceptos como expropiaciones o subvenciones. A 31 de diciembre, sumaban un total de 2,15 millones de euros, frente a los 3,65 millones pendientes de abono un año antes. La reducción en este caso ha sido del 41%.
El equipo de gobierno valora de forma muy positiva la evolución de la deuda municipal desde que, en noviembre de 2010, el PP?tomó las riendas del consistorio. Desde esa fecha, el endeudamiento total ha bajado un 60,4%, al pasar de 60,15 millones de euros a los 23,8 millones contabilizados el pasado 31 de diciembre.
La mayor reducción se ha producido en la deuda a terceros, que a finales de 2010 superaba los 17,75 millones porque estaban pendientes pagos de grandes obras como la vía perimetral de barrios o el centro de ocio de Domingo Gascón. Desde entonces, ha caído un 88%, hasta los 2,15 millones actuales.
En cuento a la deuda con entidades de crédito, ha bajado en el mismo periodo un 49%, de los 42,39 millones iniciales a 21,66 al cierre del ejercicio de 2015.
Estos resultados obedecen, por un lado, a que el Ayuntamiento recibió subvenciones -fundamentalmente del Fondo de Inversiones de Teruel (Fite) y del Gobierno de Aragón- para pagar las certificaciones pendientes de las obras ejecutadas en la etapa de bonanza económica y a que ha podido hacer frente a las cuotas de amortización de los préstamos que mantenía con entidades financieras, aun a costa de recortar otros gastos corrientes para actividades o subvenciones a asociaciones o clubes de la ciudad. Pero, además, el consistorio ha tenido vetada, por imposición estatal, la posibilidad de suscribir nuevos préstamos, algo que en el último quinquenio ha reducido la inversión local a la mínima expresión.
En el presupuesto de 2016, por primera vez desde 2009, se podrá recurrir al crédito para financiar inversiones, aunque solo por importe de 726.100 euros. Esto permitirá recuperar pequeñas actuaciones, centradas sobre todo en el mantenimiento de la ciudad, prácticamente abandonado desde que estalló la crisis. Además, está previsto suscribir un préstamo de legislatura -a devolver antes de finalizar la actual corporación- para solventar el remanente negativo de tesorería que arrastra desde hace años el consistorio y que ascendía a 3,48 millones al cierre de 2014.
Este año el Ayuntamiento destinará 4,7 millones a amortización de préstamos y la estimación es que al finalizar el ejercicio la deuda viva con bancos y cajas quede en 20,6 millones, incluyendo los nuevos créditos a concertar.
En el pleno de aprobación del presupuesto de 2016, tanto el alcalde, Manuel Blasco (PP), como la concejala de Economía, Rocío Féliz de Vargas (PP), resaltaron la buena evolución de la deuda municipal, que en estos momentos es "asumible", según el regidor, quien abogó por "mantener el criterio de prudencia en los próximos años".
Autor:EVA RON / Teruel