Un 3 de mayo de 1987 se inauguraba la nueva sede del Archivo Histórico Provincial de Teruel, un lugar que al principio miraban con quizás demasiado respeto quienes no se dedicaban al mundo de la investigación o la docencia, pero que actualmente atesora no solo valiosos legajos y documentos históricos, sino también retazos del pasado más reciente que consultan, por ejemplo, quienes buscan a un familiar represaliado durante la dictadura o saber los limites de propiedades.
Pero cuando se inauguraron las nuevas instalaciones hace ahora treinta años no se hablaba de eso. A aquel acto oficial asistieron el alcalde de Teruel, Ricardo Eced, y el consejero de Cultura de la DGA, José Bada, administración de la que depende el Archivo. También estuvo presente la directora general de Archivos del Ministerio de Cultura, Margarita Vázquez, y la propia directora del Archivo Provincial, Magdalena Gómez, además de jóvenes trabajadores como Pilar Abós, que recuerda aquella inauguración treinta años después y ya jubilada, después de toda una vida trabajando para guardar y sobre todo ordenar estos tesoros.
Llegaron a esta sede desde la Casa de Cultura, el espacio que ahora alberga la Biblioteca Municipal, pero que hasta entonces fue la casa además del Archivo y del Museo Provincial. En aquellos inicios, recuerda Abós, el personal era muy limitado para organizar los pocos materiales que había, según el plan diseñado por Javier Aguirre como director de la Biblioteca y del Archivo.
Las antiguas escuelas del Arrabal en las que se ubica el Archivo estaban a punto del derribo cuando se adquirieron para albergar el material que comenzaba a llegar, desde protocolos notariales a 2.000 cajas de Hacienda y luego toda la información de la Organización Sindical, recuerda Pilar. El Archivo tenía hasta entonces solo un administrativo y a Aguirre como director conjunto, mientras Abós entró contratada para desarrollar el plan de archivo y con el traslado comenzó a llegar también personal.
Al nuevo edificio llegaron algo más de mil protocolos notariales, y unas 2.900 cajas de Hacienda que no cabían en su anterior ubicación.
Con el traslado el Archivo “comenzó a tener mayor visibilidad” y con ello aumentaron las consultas, recuerda Pilar, abriéndose cada vez más a los ciudadanos. En aquella inauguración la directora del Archivo entonces, Magdalena Gómez, ya hacía una declaración de intenciones, tal y como recogía el periódico en su edición del 4 de mayo. Magdalena Gómez abrió el turno de intervenciones indicando que el Archivo, además de servir para guardar documentación, debe ser principalmente parte del entramado cultural de la ciudad, dinamizando la labor de los investigadores. También su servicio a los investigadores destacaba en su intervención la directora general del Ministerio, que resaltaba también el trabajo que quedaba por hacer.
En aquel tiempo la red de archivos de Aragón estaba germinando, tal y como explicaba el director general de Cultural de la DGA, José Bada: Todo esto se engloba dentro de un importante plan de archivos que se ha llevado en los últimos años, en el que Teruel ha tenido unos niveles de realización más altos que en Huesca y Zaragoza. La red de Archivos de Aragón se completará con uno central en la ciudad del Ebro, para el que ya hay previsto un solar.
Reiteraba Bada su deseo de que este archivo sirva para incrementar la investigación en Teruel, ya muy importante de por sí. Pero en los últimos años el Archivo se ha abierto no solo a investigadores sino a cualquier ciudadano que aquí encuentra, no solo numerosa documentación ordenada y clasificada, sino el asesoramiento para encontrar lo que buscamos. Y eso se ha traducido en las consultas, con ayuda también de las nuevas tecnologías. Así, actualmente se atienden unas 3.000 consultas al año, entre correo y presenciales, para unos 500 usuarios.
“El mundo digital ha provocado un cambio espectacular” explica Abós, que ha ejercido como directora del Archivo en los últimos años, “está todo mucho más a mano y se puede llegar a más gente”.
Materiales
El Archivo conserva sobre todo documentación de protocolos notariales o toda la generada por el Gobierno Civil, lo que es una fuente inagotable de información para el estudio de la época contemporánea; desde la República hasta la Guerra Civil, la posguerra y todos los procesos judiciales de los represaliados. También reciben consultas para conocer los lindes y propiedades de tierras, a partir de documentación de Hacienda.
También conservan el archivo minero que había en Ojos Negros, otro de los materiales más consultados, aparte de las imágenes. “Tenemos digitalizadas alrededor de un millón de imágenes”, cuenta Abós, entre las que hay de distintas administraciones como Regiones Devastadas, que muestran cómo estaba Teruel tras la guerra, o documentos de la Sección Femenina o la Organización Sindical.
Hay documentación correspondiente al Concejo de Teruel y de la Comunidad de Teruel, y también mucha documentación del Salud de Teruel, de Tráfico o de familias como los Sánchez Muñoz o el Marquesado de Bárboles de manera más reciente.
Especialmente atractivo es el archivo DARA, completamente digitalizado, que puede consultarse a través de la web. Se trata de un proyecto cooperativo de todos los archivos para que a través de Internet haya acceso a todos los archivos de Aragón, no solo los tres archivos históricos sino que pueden sumarse otros de comarcas o ayuntamientos. Además, emiten boletines con las novedades del archivo y material destacado.
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El material más antiguo puede consultarse en formato electrónico[/caption]
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En los archivos se conservan clasificados no solo documentos[/caption]
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Conservan el Protocolo de Yagüe de Salas[/caption]
Retos
Abós se ha jubilado satisfecha del trabajo realizado en las últimas décadas, aún a sabiendas de los retos pendientes como reunir todos los archivos notariales, puesto que solo están archivados los de Teruel y el de Mora de Rubielos, “para que la gente que tenga que consultar no se tenga que mover de un sitio a otro”. Completar la digitalización es un reto para el que hacen falta técnicos para tratar la documentación, ordenarla y describirla para que los investigadores la vean.
Una vez digitalizado toda la documentación de la época medieval, ahora el material de las administraciones como juzgados, llega con un inventario y en cajas de archivo, y a partir de ahí comienza el trabajo de ordenar, sacar la serie y describir. Ahí está la mano experta de los técnicos que es la que hará que el investigador o ciudadano no se pierda.
El origen de la catalogación de los documentos históricos de Teruel
Fue el catedrático del Instituto provincial Severiano Doporto, autor también de un cancionero turolense, el que inició el catálogo cronológico municipal de documentos históricos de Teruel desde 1208 hasta 1817, en el que colaboraron dos de sus discípulos: Víctor Sancho y Eduardo Gómez, ambos licenciados en Filosofía y Letras. Así lo recoge el historiador Serafín Aldecoa en el artículo dedicado a la historia del Archivo Histórico Provincial, publicado en su sección dominical de este periódico. Este ordenamiento, limpieza y clasificación de los fondos documentales municipales realizado por Doporto a principios del siglo XX, más otros trabajos llevados a cabo en décadas posteriores por el archivero Antonio C. Floriano, que también trabajaría en el Archivo de la Diputación pero nunca se le permitió entrar en el de Racioneros, dieron lugar a la formación de un archivo que, en principio, era municipal, esto es, contenía documentos exclusivamente de la capital. Sería Jaime Caruana el continuador de la labor archivística y de catalogación de los dos anteriores eruditos tras la Guerra Civil, ya entrados los años cuarenta. No tuvo sede como tal a pesar de algunos intentos, recuerda Aldecoa en su artículo, hasta que en 1953 cuando, tras remodelar la Plaza del Seminario el programa Regiones Devastadas se construyó el llamado Palacio de Archivos, Biblioteca y Museos (conocido como Casa de Cultura). El Archivo Histórico se ubicó en la planta tercera de este inmueble el rico fondo de protocolos notariales existentes en la ciudad que sería el núcleo originario del archivo, aunque la fundación oficial se retrasaría hasta 1958 tras el descubrimiento del protocolo de Yagüe de Salas de 1619 que narraba la historia de los Amantes de Teruel. Pero a medida que crecía la cantidad de documentos que llegaban al archivo, se hizo notorio que el espacio destinado al Archivo se quedaba pequeño por lo que se decidió rehabilitar el edificio construido por Pablo Monguió en 1911, dedicadas en origen a las Escuelas del Arrabal, para acoger estos fondos, lo que se materializaría con esta inauguración en 1987.
9 de junio, Día Internacional de los Archivos en todo el mundo
El 9 de junio de 2017, como cada año, se celebra el Día Internacional de los Archivos en todo el mundo por distintas instituciones y organizaciones profesionales para conmemorar la fundación del Consejo Internacional de Archivos (CIA), creado en 1948 en la ciudad de París, como órgano asesor de la UNESCO. A través de diversas actividades, como visitas guiadas, muestras, conferencias y actuaciones musicales, distintas instituciones pretende acercar los archivos a los ciudadanos mostrando que, además de su papel cultural como custodios del patrimonio documental, desempeñan otra importante función en la defensa de los intereses ciudadanos, de la gestión pública y de la transparencia de las administraciones. Este año se celebra bajo el tema de 2017 “Archivos, Ciudadanía e Interculturalismo” y en Teruel han organizado una jornada de puertas abiertas, con una muestra de documentos y recorrido por las instalaciones y un powerpoint explicando qué es un archivo, sus funciones o documentos que allí se custodian. Abós recuerda que con actividades como esta o visitas de escolares intentan acercar el archivo a los ciudadanos.