Mostrar los cambios de imagen y usos de los espacios urbanos que rodean el Centro Histórico de Teruel y que a lo largo del tiempo fueron utilizados para el uso y disfrute de los turolenses fue el objetivo de la conferencia que el arquitecto Antonio Pérez ofreció, dentro de las jornadas organizadas con motivo del Día Mundial de la Arquitectura, y que se desarrolló ayer en el Museo de Teruel bajo el título Espacios urbanos de Teruel, evolución de su imagen y usos.
El paseo del Óvalo y la Glorieta, las rondas y la plaza Domingo Gascón fueron objeto de su charla, en las que explicó cómo han evolucionado estos espacios hasta llegar a las últimas intervenciones, de las que dará explicaciones hoy durante la visita guiada que se ha programado dentro de las mismas jornadas.
Apoyado en imágenes de la época, Antonio Pérez se refirió al eje que va desde el portal de Guadalaviar hasta los Arcos rodeando el Centro y explicó que el paseo del Óvalo se llama así por la forma que tenía un monumento dedicado al botánico José Pardo Sastrón, en el entonces denominado paseo Infanta Isabel, en honor precisamente a la visita que la conocida como la Chata realizó a Teruel en julio de 1912.
Pérez recordó aquella visita, que quedó documentada gracias a la cámara del fotógrafo, corresponsal de prensa gráfica en Teruel, Domingo Uriel.
Aunque ahora solo queda uno, "el paseo del Óvalo era zona de hoteles y de diligencias" recordó Pérez, unos usos que se combinaba con el de paseo para los turolenses. Una hilera de árboles separaba las diferentes actividades de este espacio del que ya se tiene noticia desde el siglo XVIII.
En conexión con la Glorieta, con la que le unía la conocida como cuesta de los Curas, ambos espacios extramuros han sido utilizados por los turolenses como punto de encuentro a lo largo de las décadas.
A diferencia del Óvalo, punto de salida de los autobuses hasta que se construyó la estación, la Glorieta, que data de finales del siglo XIX, era un espacio al que no accedían coches, lo que provocaba situaciones de relajo entre los turolenses que acudían allí a pasar su tiempo.
El pabellón de la nueva peña, al que también fue invitada la infanta Isabel en su visita a Teruel, o el templete ocuparon espacios destacados en la Glorieta, que fue destrozada en la guerra civil y recuperada por Regiones Devastadas. Volvió a ser un lugar de reunión para los turolenses hasta que se levantó la fuente, donada por Ibercaja -entonces Caja de Ahorros de Zaragoza, Aragón y Rioja- que en opinión de Pérez "quitó ambiente" a este espacio que quedó deshabitado hasta posteriores intervenciones.
La Glorieta ha acogido diferentes ferias a lo largo de la historia, aunque estas también se organizaban en las rondas, que representaban el borde del casco urbano, lugar de paseo, de ferial o de instalación de teatro y circo.
Antonio Pérez se detuvo también en la conferencia en la actual plaza de Domingo Gascón, conocida por la plaza del Mercado, o paseador, que está documentado desde el siglo XIV. "Era un lugar más inhóspito que el Óvalo o la Glorieta pero también se utilizaba para pasear", explicó Pérez que ofreció imágenes del antiguo mercado, levantado en 1928 y derruido a principios de los años 70 para levantar otro de ladrillo, muy criticado en la ciudad y que se tiró hace una década para levantar el actual centro de ocio.
Durante su charla, salpicada de anécdotas, Pérez habló también del ascensor que conecta San Julián con la ronda o de la plaza del Torico, corazón de la ciudad.
Autor: P.Fuertes Teruel