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Charlas de toros

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De toros se aprende en la plaza y en las charlas. Digo esto porque ayer, una abrió la senda para los muchos coloquios que se van a celebrar en la provincia de Teruel a lo largo del invierno, y otra hoy en Escucha completa el fin de semana. Por eso hay que animar y agradecer a sus organizadores el esfuerzo y el interés puesto en la difusión del toreo y su filosofía, algo que por razones que nunca llegué a entender quedó en manos exclusivas de los aficionados y no de los taurinos, los más interesados en la difusión del espectáculo. Por eso, gracias a José Luis Traver por su trabajo de ayer y gracias a Joaquín Latorre por el de hoy. Y es que escuchar hablar de toros y debatir sobre ello se hace hoy más importante que nunca por el hecho de que el toreo apenas tiene voz en los medios y nadie lo explica al margen de su defensa legal. Porque no hay tertulias televisivas en las que se contraste un encaste con otro, por ejemplo, y ya no existen debates radiofónicos en los que se pondere la tauromaquia de Tomás contra el concepto ecléctico de Ponce, también por ejemplo. Hoy solo se habla del toros-sí-toros-no, dejando de lado un universo de matices y conocimiento que ha quedado reducido en su divulgación a la buena voluntad y el esfuerzo de quienes aman la fiesta de los toros desinteresadamente como Traver y Latorrre. Y esto no lo entiendo. No entiendo que el toreo, algunos de sus profesionales, tengan tanto reparo en acudir a estos actos cuando son elemento necesario para su futura existencia. Si no se habla de toros, de su esencia, su mundo, su pensamiento y su actualidad cómo lo explicamos a quienes nunca han escuchado lo que aportó Paquiro en la liturgia de la faena o lo que supuso el Guerra en la evolución de la verónica. Andaremos cojos en la formación de nuevos aficionados y en la forma de entender lo que de verdad significa la Fiesta. Por eso entiendo que una figura como Joselito, quizá el más inteligente de los toreros y desde luego quien mejor ama su profesión, acuda allá y acullá para despertar con su palabra el interés por esta cultura. Otros siempre están de safari, que debe ser la excusa perfecta para no salir de Sevilla. Así que mi enhorabuena a quienes ayer y hoy han echado horas de su tiempo en organizar actos que difunden la verdadera esencia, pensamiento y actualidad que vive la Fiesta.