Bajo Aragón y Matarraña "abren los ojos" ante la alternativa de fabricar su propio combustible
La madera que se obtiene de la poda de jardines y campos de labor, de la limpieza de bosques y áreas de ribera o de fajas auxiliares y cortafuegos se quema o simplemente se aparta una vez ha sido realizada la tarea. Sin embargo, su aprovechamiento está al alcance de cualquiera, según demostró ayer en Fuentespalda el técnico del Ayuntamiento de Serra (Valencia), Juanjo Mayans, que detalló cómo este municipio de 3.000 habitantes ha pasado en cinco años a producir con su propios residuos arbóreos casi 400 toneladas de pelet.
La jornada técnica organizada por el Grupo de Acción Local Omezyma en la localidad matarrañense con motivo de la sexta edición de la Feria de la Energía en el medio rural fue seguida con interés por técnicos de medio ambiente y desarrollo rural, por alcaldes y concejales de ayuntamientos del entorno. No en vano, el municipio valenciano es un ejemplo exitoso de autoabastecimiento energético que a muchos pueblos y ciudades les gustaría seguir.
Con una mínima inversión inicial (39.000 euros frente al millón que les pronosticaban) el Ayuntamiento de Serra ha calentado durante cinco años tres edificios públicos: la casa consistorial, la guardería municipal y el colegio. Usa para ello la biomasa que obtiene de la poda de jardines, de campos agrícolas y bosque público.
Han aprovechado el residuo verde procedente de todas esas labores de limpieza. "Primero reconvertimos ese residuo verde en astilla, pero como ésta tiene un poder calorífico muy bajo y nos generaba problemas decidimos hacer pelet", explicó Mayans. Con el tiempo, el ejemplo que dio el Ayuntamiento ha llevado a que los vecinos hayan cambiado sus calderas tradicionales de gasoil por otras de biomasa y compran el pelet al consistorio. La venta del pelet "nos genera unos ingresos que nos han ayudado a poder contratar gente", comentó este ingeniero valenciano.
Llegar a 800 Tn
Aunque su producción actual es de 400 toneladas, el éxito de la experiencia les ha llevado a cambiar el sistema casi manual de producción con el que empezaron por otro semiindustrial, de manera que su capacidad de producción actual es de 800 toneladas. Calculan que llegarán a esta cifra en 2020, según el plan de desarrollo del Ayuntamiento, que ha generado cinco empleos desde que en 2011 comenzara el proyecto. En tres años, los empleos pueden llegar a 10 o 12.
El municipio valenciano ha terminado creando una marca propia y va a comenzar a comercializar el pelet.
De las 400 toneladas que produce Serra, 200 van para consumo municipal de sus tres calderas y el resto se vende a los vecinos a un precio más asequible en comparación con lo que cuesta en el mercado. En cualquier caso, el técnico subrayó que "lo más importante ya no es que puede haber por parte del vecindario un ahorro económico a la hora de consumir este pelet, sino que la gente es consciente de que comprando el pelet de su ayuntamiento ayudan a proteger el medio ambiente y su propio monte".
55% masa forestal
El proyecto de la localidad valenciana de Serra surgió hace cinco años con la intención de "reducir el coste de gestión del residuo verde", así que comenzaron con la jardinería. Sin embargo, el proyecto se amplió y la jardinería representa hoy en día sólo el 35% de los residuos que se reciclan, mientras que un 10% procede de labores agrícolas y el resto de labores de prevención contra incendios forestales.
La exposición de Mayans concitó mucha participación, algo que destacó el gerente de Omezyma, Joaquín Lorenzo. "Se nota que es un tema que interesa", apuntó. La organización promovió en el anterior programa Leader la realización de auditorías energéticas en las comarcas del Bajo Aragón y Matarraña. El resultado de aquellos estudios fue que muchos ayuntamientos han conseguido ahorrar en su factura de la luz.
Una alternativa factible
Según Lorenzo, "la experiencia del Ayuntamiento de Serra ha demostrado que en nuestro territorio tenemos todo lo que hace falta para imitar un proyecto como éste, porque sobre todo tenemos materia prima". Además, hizo hincapié en que "muchos representantes de los municipios lo han visto más claro cuando se han dado cuenta de que las calderas que están usando en Serra son de multiuso, es decir, que pueden consumir residuos de poda de olivo, forestal o de jardines, lo cual se considera una ventaja". No en vano, "al tratarse de calderas menos tecnológicas y más rústicas en las que no se exige calibración de la astilla da mucha confianza a la gente, porque dan mucho juego".
Como conclusiones de la jornada, Lorenzo apuntó que "actualmente el proceso que va del monte a la caldera cuenta con la suficiente tecnología como para que la administración local y las empresas hagan el cambio, que comiencen a consumir producto local y astilla de la zona y no necesariamente gasoil o gas, que no sabemos de donde viene".
Asimismo, para el gerente de Omezyma, "es importante que el Grupo de Acción Local, las administraciones públicas y las empresas continuemos trabajando juntos, porque todos vamos a salir beneficiados". En este aspecto, puso el énfasis en que la colaboración público privada es en este tipo de proyectos necesaria. A su juicio, la experiencia de Serra pone de manifiesto que "se puede aprovechar lo que tenemos a nuestro alrededor y generar valor añadido y también empleo".
Por otra parte, ha habido un cambio de mentalidad en muchos ayuntamientos, opinó Lorenzo, después de que años atrás y gracias al programa Leader se realizaran diversas auditorías energéticas. "Creo que aquello les abrió los ojos a muchos, que fueron conscientes de que mejorando los contratos y optimizando los sistemas han obtenido ahorros en gasoil y en las facturas de la luz", señaló.
Autor: Maribel Sancho Timoneda