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Avionetas que rompen las tormentas, ¿mito o realidad?

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Buena parte de los truficultores de la comarca de Gúdar-Javalambre están convencidos de que las tormentas estivales ya no se producen porque, cuando se forma alguna, las grandes empresas del sector hostelero de Valencia y/o los negocios de seguros, envían avionetas a la zona para evitarlas.

Buena parte de los truficultores de la comarca de Gúdar-Javalambre están convencidos de que las tormentas estivales ya no se producen porque, cuando se forma alguna, las grandes empresas del sector hostelero de Valencia y/o los negocios de seguros, envían avionetas a la zona para evitarlas. Los expertos reconocen que sería posible evitar una tormenta con medios aéreos, pero indican que se trata del método más caro de los varios que hay para lograr el mismo efecto y precisan que las tormentas de Gúdar-Javalambre se desintegran por la falta de humedad, que es consecuencia de la construcción masiva que se ha llevado a cabo en la costa.

El truficultor Eladio Salvador, que además es el vicepresidente de Atruter, la Asociación de Truficultores y Recolectores de Trufa de Teruel, asegura que desde el campo es habitual ver las avionetas. "En cuanto se forma un cúmulo de nubes oyes el sonido de la avioneta, la ves pasar y a los diez minutos ya no hay tormenta", comenta. Manuel Doñate, presidente de la Comunidad de Regantes de Sarrión, respalda esta teoría y va más allá: "Cuando anuncian tormenta ya las oyes, aunque no haya ninguna nube", dice.

Millán Millán, director emérito del Centro de Estudios Ambientales del Mediterráneo (Ceam), indica que las precipitaciones no se producen porque no hay humedad derivada de la construcción masiva en el Levante. Así, asegura que son esas edificaciones costeras lo que han afectado al régimen de precipitaciones y precisa que hay estudios que se iniciaron hace algunas décadas que respaldan esta idea.

Millán matiza que las avionetas que se ven y escuchan en los pueblos truferos son realmente aviones de la línea regular entre País Vasco y Levante, que atraviesan el corredor de Gúdar-Javalambre todos los días. El hecho de que solo se oigan en días de tormenta es porque en esos momentos se dan unas condiciones meteorológicas que permiten escuchar el sonido de los aviones. "Se oye el avión y aunque la tormenta no cuaja porque no tiene bastante humedad, hay quien asocia esa tormenta disipada con la avioneta", dice.

Además, Millán Millán cuestiona quién estaría dispuesto a pagar a una avioneta para disipar una tormenta de granizo, que es algo muy localizado puesto que en ocasiones y como se pudo comprobar el pasado mes de agosto en Alcalá cae piedra en un punto y apenas llueve un kilómetro más allá.

Mirar hacia otro lado

Millán matiza que el método más eficiente (y barato) evaluado por las Naciones Unidas para romper una tormenta son los cohetes, un sistema que se sigue empleando en algunos países de Europa. A su juicio, la falta de precipitación en la cuenca del Mijares tiene que ver con otros intereses más vinculados al sector inmobiliario que al de los seguros o la hostelería. Alerta de que mientras se siga mirando hacia otro lado no se hará nada por reforestar, un método que ayudaría a recuperar las tormentas. Y es que, como el experto ha reiterado en varias ocasiones, "cambiar el uso del suelo en 10.000 hectáreas de Castellón se nota de inmediato en Teruel".

Autor:M. C. A. Teruel