“La Era de los Hombres ha llegado. Aparentemente, todo ha terminado, la muerte parece tener la última palabra. La Resurrección es la respuesta de Dios, es el sí de Dios a Jesús, es la victoria sobre la Muerte". Con estas palabras pronunciadas por el sacerdote se daba por finalizado el Sellado del Sepulcro en Alcañiz, momento vestido de solemnidad y simbolismos en el que la hermandad del Santo Entierro representó ante cientos de espectadores reunidos en la plaza de España el momento en el que el cirineo sella la tumba de Jesús bajo la vigilancia de la guardia romana.
La imagen tallada por José Bueno en 1952 del Cristo yacente quedó cubierta primero con un paño blanco y finalmente con una tapa sobre la que se escenificó la colocación de cuatro sellos, uno para cada costado. Toda la atención se centraba en la imagen de Cristo muerto a los pies del paso de Nuestra Señora de las Lágrimas y rodeado de la guardia romana. Alrededor, cientos de cofrades ataviados con su túnica azul celeste. Todos ellos habían arrancado a tocar el tambor dos horas antes para participar en la procesión más larga y completa de cuantas se organizan en la Semana Santa alcañizana.
Fueron más de dos horas de recorrido en el que la imagen del Crucificado sobre el Sepulcro procesionó por la parte alta y baja de la ciudad (ver Galería de imágenes) a paso ligero y acompañado de los pasos de la Virgen de las Lágrimas, La Verónica, La Oración en el Huerto y el Nazareno. A estas imágenes les precedían los personajes bíblicos que tomaron protagonismo en el acto del Sellado. Como representantes del Viejo Testamento, las figuras de las sibilas o profetisas, los estandartes y banderas de las tribus y naciones y los patriarcas y profetas de Israel, que desfilaron ante la imagen de Jesús rindiéndole homenaje. Pura simbología en esta puesta en escena en la que el Viejo Testamento -identificado por todos esos personajes bíblicos que reconocían la figura del Hijo de Dios- daba paso a la "Era de los hombres" y al Nuevo Testamento que contará la buena nueva de la mano de los Evangelios.
Solemnidad en la plaza
[caption id="attachment_77566" align="aligncenter" width="660"] Niños tocando el tambor en Alcañiz[/caption]La breve representación se realizó en un absoluto mutismo. Casi dos horas de redobles precedieron al silencio repentino de los tambores de Alcañiz que se hizo cuando el paso del Sepulcro ocupó el centro de la plaza. Momento solemne, sí, pero también cargado de positivismo y de esperanza ante la llegada de la Resurrección o lo que es lo mismo, "la victoria de la vida sobre la muerte", anunció el párroco.
Los tambores reanudaron el toque acompañando con su sonido a las imágenes de la Virgen y del Cristo yacente, que se dirigieron hacia la iglesia, a la espera de la Vigilia Pascual y de que se diera por terminado el repique de tambores hasta la próxima Semana Santa.