Un tramo de 30 metros de la muralla medieval del Castillo de Alcañiz ha quedado reducido a nada, primero como consecuencia de la escorrentía de tierras que el pasado 18 de abril se llevó por delante tres viviendas completas del Muro de Santiago, y después por los trabajos de descarga efectuados en el cerro por las máquinas excavadoras. El deslizamiento arrambló con dos tercios del lienzo suroeste de la muralla -de los siglos XIV y XV- y lo que quedó en pie se lo llevaron las palas excavadoras durante la consolidación posterior.
La muralla está catalogado como Bien de Interés Cultural (BIC) por el Gobierno de Aragón y quedó recogida en el ‘Catálogo arquitectónico, urbano y arqueológico’ del Plan General de Ordenación Urbana (PGOU) de Alcañiz, redactado por EIN Navarra consultoría y Gestión S.L. y 3G Arquitectos. Cuenta con el máximo nivel de protección (Grado I) en el Plan urbanístico.
El epígrafe dedicado a la muralla suroeste, el PGOU, que puede consultarse íntegro a través de la página web del Ayuntamiento de Alcañiz, recomienda su “urgente consolidación y reparación”. En el Capítulo I, dedicado al patrimonio arquitectónico y urbano, el PGOU advertía del peligro de derrumbe de la muralla suroeste, y no sólo por su deterioro, sino por el relleno de escombros que presionaba la pared desde el interior. En este sentido, en las ‘determinaciones particulares’, los redactores del plan sugirieron la “retirada de las tierras que cubren la parte interior de la muralla, cuyo empuje la pone en peligro”.
(Más información en la edición del 9 de mayo de 2017)