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Actores aficionados recrean la leyenda y grupos de amigos se reúnen en jaimas en Alfambra

La fiesta de la Encomienda de Alfambra es una celebración de carácter popular que busca que los vecinos se diviertan pero también se acerquen a la historia y las leyendas de la localidad.

La fiesta de la Encomienda de Alfambra es una celebración de carácter popular que busca que los vecinos se diviertan pero también se acerquen a la historia y las leyendas de la localidad. Así, se desarrollan diversas escenificaciones teatrales en las que se muestra parte del fuero de Alfambra y se representan leyendas, como la Enterrada Viva. Los actores son aficionados que ponen mucho interés en los ensayos. Cada año se completa el vestuario con la adquisición de nuevos trajes y complementos.

Las jaimas, montadas por grupos de amigos, son el alma de la fiesta y este año se colocarán de nuevo en la plaza Montegaudio. De todas formas, como hay un total de 16 y no caben en este espacio, se ha habilitado otra plaza, la del Rabal, para que se instalen los grupos. Las cuadrillas guisan, comen y preparan juegos en torno a sus tiendas durante estos días.

Una de las principales novedades de este año es que habrá un jurado que valorará no solo la jaima mejor ambientada, que recibirá el Estandarte de Honor de la Villa, sino que valorará cuáles son las más fieles a la historia y las que más se involucran en la fiesta con la participación en los desfiles y el uso de la vestimenta apropiada. Esta puntuación servirá para decidir la ubicación de un grupo en la plaza Montegaudio o en la del Rabal, según concretaron desde el Ayuntamiento.

A las recreaciones teatrales se suma la celebración de los torneos, los juegos tradicionales y las danzas medievales que ambientarán la edición número XII de la Encomienda. Las celebraciones arrancan hoy y concluirán el próximo domingo con el IV Concilio de Comendadores. Uno de los momentos más esperados será la representación de la leyenda La enterrada viva, que tendrá lugar el sábado por la tarde y en la que participarán más de 20 actores en los distintos papeles.

Clemente Alonso profundiza en la historia

Los vecinos de Alfambra no pagaban el diezmo en Semana Santa sino que lo hacían a finales de septiembre, para San Miguel, que era cuando acababan de recoger las cosechas. Tampoco subían al castillo a hacerlo, entre otras cosas porque ni siquiera había camino para acceder a ese cerro. De todo ello hablará hoy Clemente Alonso, catedrático de Literatura y un gran experto en la historia de Alfambra.

El especialista, muy vinculado a la localidad, se declara un gran defensor de la fiesta: "Da vida al pueblo y está muy bien", pero aclara que la "verdad histórica" poco tiene que ver con ella. Por eso en su conferencia de hoy desterrará algunos de los mitos que se han generado en torno al pasado de Alfambra.

Clemente Alonso aclara que la Semana Santa era una época en la que no se hacía nada, "ni juzgar se podía según el fuero", indica.

Sin embargo, reconoce que la fiesta de ambientación histórica sí es muy importante para que los vecinos de la localidad se aproximen a su pasado y conozcan algunos aspectos relevantes, como que Alfambra tenía fuero.

Se conservan tres copias de ese documento, todas ellas del siglo XIII. Dos están en el Archivo Histórico Nacional y uno en el de la Seo de Zaragoza, según explicó Alonso. Precisamente el experto matiza que el segundo día de Pascua –que es el martes tras el lunes de Pascua– tenía lugar el intercambio de las copias de los fueros entre los jurados –que eran personas del pueblo elegidas por sorteo– y el comendador. "Se hacía para que nadie los variara a su antojo", comenta.

Autor:M. C. A. Teruel