Sonia de la Antonia ha participado esta semana en el Festival Internacional de Cine Buñuel-Calanda, donde acudió al pase de la película El jardín de las delicias, de Jorge Muriel, y de la que es intérprete. Es la primera vez que esta actriz visitaba Calanda y el Centro Buñuel de Calanda y se mostró convencida de que este cineasta ha sido clave para la cultura española por su gran proyección.
- ¿Le gusta el cine que hacía Buñuel?
- Sí, me gusta porque me gustan mucho los ismos y Buñuel está inmerso en todos ellos, sobre todo el surrealismo. El museo me ha encantado y me ha llamado la atención que a él le gustaba mucho el dadaísmo. Yo tenía un profesor de Historia en el cole, que era de un pueblo muy cerca de aquí, no recuerdo el lugar, y le gustaba Buñuel, y nos ponía películas de él.
- ¿Eso a qué edad le pasó?
- Cuando tenía doce o trece años.
- Tan jovencita viendo ya a Buñuel. ¿Le ha quedado alguna influencia de todo aquello o alguna película de la que guarde un recuerdo especial?.
- A mí me dio miedo Viridiana, y además yo soy de Vallecas, donde hay una zona dedicada a películas de Buñuel y hay una que se llama Viridiana y en la que vive una hermana mía. O sea, me persigue un poco Buñuel.
- ¿Y en su carrera, ya que le persigue de esa manera, cómo ha estado presente?
- Cuando empecé a estudiar interpretación, mi profesor Antonio Malonda nos invitó a hacer una serie de performance y entre ellas había una sobre los ismos, y nosotras cogimos el surrealismo y una de las cosas que hicimos fue coger ojos y cortarlos.
- Ahí también hay un poco de violencia surrealista en ese gesto artístico.
- Sí, había un poco de locura.
- También es una manera de golpear al espectador, de decirle que despierte, que reaccione, que no sea tan pasivo, ¿no?
- Sí, bueno, hay que provocar un poco con la cultura, ya sea de forma positiva o más agradable para el público, o más desagradable, pero yo creo que es también como la insignia de Buñuel, ¿no? Fue un provocador, él creó un lenguaje y creo que eso es lo que le ha hecho grande, aparte de que te gusten o no sus películas. Buñuel lo que tiene es que creó su propio lenguaje y eso es lo que más atrae de él.
- En el Festival Internacional Buñuel-Calanda se ha podido ver el corto El jardín de las delicias, en el que participa como actriz.
- Estamos muy agradecidos a este festival y a otros en los que se ha pasado porque nos dan vida, y hay que tener en cuenta que todos los directores empiezan con los cortos y es un honor el que la gente nos deje entrar en los pueblos y las ciudades para mostrar estos trabajos. A los que hacemos cine lo que más nos gusta es que el público vea nuetra locura, en este caso de Jorge Muriel que es el inventor de la historia. Y me recuerda en algo a Buñuel porque todos los creadores siempre llevan a su obra de arte su propia historia, y Jorge Muriel hace mucho eso. Su corto anterior y este hablan de su vida, de su historia, de su familia, y eso también lo hacía Buñuel, por eso Calanda y sus tambores son mucho más conocidos internacionalmente.
- ¿Ha sido esta su primera visita a Calanda?
- Sí, la primera vez. Conocía Calanda por sus melocotones.
- ¿Y cuando la invitaron, qué pensó?
- Me da mucho miedo siempre ir a los festivales, pero me hizo mucha ilusión. Me llamó mucho la atención que Calanda tuviese un festival, sobre todo cuando me enteré que tenía tan pocos habitantes la localidad. Y a pesar de eso vi fotos del museo y dije, "¡guau, esta gente se lo curra!". Y cuando he visto cómo se involucra el Ayuntamiento y la gente me parece admirable, de felicitar. Tenía muchas ganas de venir y ha merecido la pena.
- Son tiempos difíciles para la cultura, ¿cómo lo están viviendo los actores?
- Yo creo que a la cultura siempre se le ha dañado y voy a decir algo que no va a gustar a la gente, pero creo que lo más bonito sería que nuestra cultura, ya sea de cine, de teatro, de artes plásticas, la que sea, que es muy rica en España, se pudiese mantener por sí sola sin subvenciones, porque cuando eso ocurriese nos daría igual lo que dijesen los políticos porque seríamos la fuerza. Creo a veces que la cultura no debería tener subvenciones porque la empobrece y creo que no tenemos esa mentalidad de que somos capaces de vivir sin subvenciones.
Autor:F.J.M. Teruel